vi.
Mis sueños estaban llenos de sangre y muerte. Al despertar el sudor me acompañaba, mi corazón estaba acelerado y mi cabeza dolía. Todo eso sin contar el dolor en mi espalda, había aminorado significativamente pero aun así, era un dolor gigantesco, mi brazo sin embargo había sanado por completo, no sentía ningún dolor y la herida provocada se redujo a un moretón insignificante. A pesar de todo lo que sentía, no podía dejar que esto me hiciera caer por completo, esto es solo el comienzo. Algo me dice que vendrán cosas mucho peores y realmente tengo que estar preparada para eso. Mantuve los ojos cerrados desde el momento en que logre despertar de los horribles sueños que había tenido, sentía movimiento, pero en realidad no me sentía lista para hablar con nadie aun. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y sabia lo que estaba sucediendo, había vampiros cerca. Me obligue a abrir los ojos, sin importar quien fuera la persona que estuviera cerca y exclame:
— Hay vampiros cerca — Concentre mi vista y la persona que conseguí no fue realmente la que deseaba. Antoine se reía de mí mientras aplaudía.
— ¿Eres estúpida acaso? No solo pretendes asustar a los demás, también traes a un Mohiri a casa y todos lo aceptan — Su mirada de repulsión me hizo retirar mi vista de sus ojos verdes.
El sentimiento seguía ahí, intensificándose con el tiempo. Yo no estaba loca, sabía que había un vampiro cerca.
— Hay vampiros, puedo sentirlos — Susurre, alguien tendría que escucharme.
— ¡Por supuesto! Por eso la vida de Laila estuvo en peligro, porque podías sentirlos. Mira pequeña perra se que piensas que puedes jugar con nosotros porque crees que no nos hemos enterado de lo que eres — La repulsión en su voz me hizo sentir pequeña, pero no tenía ganas de demostrarlo.
— Nunca pondría la vida de Laila en peligro. Hay vampiros cerca — Dije cada palabra demasiado marcada y demasiado lento, haciendo énfasis en cada una de estas.
— Nunca pondrías la vida de Laila en peligro, claro — Antoine se acerco peligrosamente, intente retroceder lo mas que pude acto que lo hizo sonreír. — Es por eso que decidiste poner a Peter y a Daemon en peligro también.
— ¡Claro que no! Yo no...— La mano de Antoine cubría mi boca con demasiada fuerza, lagrimas caían por mis ojos.
¿Dónde están los chicos?, Antoine poso sus labios en mi oreja, temblé ante su tacto.
— No me grites, cariño. No sé que haces con todos ellos pero a mí no podrás manipularme. No sabes cuánto disfruto verte de este modo — Cada palabra era como una bala en mi pecho, mas y mas lagrimas caían como una cascada de sufrimiento.
Unos pasos se escucharon en las escaleras, me sentí aliviada pensando que Antoine me dejaría en paz entonces. Antoine intensifico su agarre sobre mí, mientras que yo con las pocas fuerzas que tenía intentaba apartarlo. Cada golpe era fallido y el reía. En lo que parecieron segundos Antoine fue apartado de mí, sus ojos verdes fueron sustituidos por unos ojos amarillos que conocía muy bien. Abrace a Peter con todas las fuerzas que tenía, llore en su hombro todas mis angustias sin importarme que hubiera pasado con Antoine. Peter fue arrebatado de mis brazos.
— ¡Cómo puedes dejar que esa perra te manipule de ese modo! — Antoine elevo su tono de voz.
— No hables así de Halia — Un gruñido se escapo de los labios de Peter, nunca lo había visto de ese modo. Tan alterado.
— Esa niña se te metió en la piel y solo te está manipulando. Estas tan loco por ella que no te das cuenta de lo que es — El puño de Peter se fue cerrando a medida que Antoine hablaba, me levante del sofá antes de que Peter hiciera otra cosa.
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When The Sun Goes Down.
FantastikHalia Zondervan es una adolescente normal, o al menos intenta serlo. Toda su vida ha ocultado un secreto el cual ha aprendido a manejar muy bien. En la noche de la fiesta de bienvenida de la secundaria Halia ha sido atacada por un vampiro, cambiando...