23. El gran escape

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Las luces presagiaban mi muerte, pero hasta que mi corazón no dejara de latir, y mi último suspiro se escapara por mis labios, no iba a dejar de pelear, así que me puse en movimiento de inmediato y busqué las flechas eléctricas en mi carcaj. Saque dos y las mire con algunas dudas.

—Por favor, que esto funcione...

Clavé las dos flechas en el pecho de mi difunta amiga y las accioné. De repente la electricidad emitida por ambos proyectiles me disparó al otro lado de la sala. Ni bien pude levantarme corrí hacía Felicity.

—Despierta, vamos... —comencé a apurarla— ¡Despierta de una vez, Felicity! ¡Tenemos que irnos!

Estaba a punto de aplicar otra descarga, cuando ella tomó una larga bocanada de aire, y se incorporó de repente. No voy a negar que me asusté un poco al verla saltar de esa manera, pero me sentía feliz de verla de pie nuevamente. Aún un poco confundida, Felicity bajó la mirada y se quitó las dos flechas que aún tenía clavadas en su cuerpo.

—¿Felicity? ¿Estás bien? —pregunté ingenuamente.

—Yo... estoy... —comenzó a decir ella, inspeccionando su cuerpo, incrédula y confundida. Las palabras todavía salían algo deformadas por la hinchazón de sus labios, pero ahora eran bastante más entendibles y eso me hizo sonreír, hasta que ella me dirigió una mirada decepcionada y dijo:— No me tendrías que haber despertado, Daniel...

—¿De qué estás hablando? Tenemos que movernos, los soldados van a estar aquí en cualquier momento —dije mientras le tomaba la mano y le insistía con retirarnos, pero ella se soltó enseguida.

—No, no puedo irme de este lugar.

—¿A qué te refieres con que no puedes irte?

—No pertenezco ahí a fuera, al mundo —aseguró ella con desesperación y lágrimas asomando por sus ojos—. Soy... soy un fenómeno.

—Felicity... intento entenderte, pero tienes que ser clara.

—Daniel, cuando estaba aquí me hicieron unos análisis para tratar de determinar porque tengo poderes...

—¿Qué importa eso? Por favor, me lo puedes contar en...

—¿Puedes callarte un segundo? —me cortó seriamente Rocket y yo no pude hacer otra cosa que quedarme helado—. Los experimentos descubrieron porqué tengo poderes y es porque... mierda, todavía me cuesta aceptarlo.

—¿Qué?

—No soy humana, Daniel, o por lo menos no del todo, una parte mía coincide con el ADN humano, pero el resto... Los científicos estaban totalmente confundidos, pero luego de un tiempo perdieron interés y me dejaron para que me torturaran; por cierto... perdón por decirles su ubicación y sus nombres...

—Espera un segundo, Me estás diciendo que eres parte humana y parte... ¿Qué?

—No supieron decirlo, prometieron enviar muestra a gente más preparada para entenderla —respondió ella—. Pero si descubrieron algo, dentro de mí, luchando por salir, algo... malo. Según ellos todavía no alcancé el pico de mis poderes, y una vez que lo haga... —Su voz se fue volviendo más débil hasta que finalmente desapareció—. Soy un fenómeno de la naturaleza, soy peligrosa y no volveré a ver la luz del día, no sabiendo esto, así que por favor... vete...

Felicity se alejó hacía un rincón y se sentó en el piso. Por mi parte aún estaba bastante impactado por la noticia, así que tarde algunos segundos en reaccionar, pero cuando lo hice, me acerqué lentamente hacia ella y me senté a su lado.

Mundo de héroes: El inicio de Los VigilantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora