La caída del régimen de Cíclope fue un fenómeno global. Junto a él, todos sus terratenientes en todos los distintos lugares del mundo fueron cayendo uno a uno en manos de las poblaciones furiosas que reclamaban por su libertad.
Una vez que cayó hasta la más pequeña de todas las resistencias, una asociación con distintos representantes de todo el mundo se formó y abolió totalmente la ley anti-héroes, y además se dispuso a someter a juicio a Cíclope y todos sus seguidores. Por supuesto que el proceso iba a llevar muchos años, pero no por eso iba a dejar de hacerse.
El primero en recibir sentencia fue Cíclope, quien fue condenado a cadena perpetua en una celda solitaria, hecha enteramente de Marcum, el cual fue donado desde distintas partes del globo para contener al terrible titán. Sin embargo, y como medida de precaución, se dejó la punta de la flecha dentro de la cavidad ocular del condenado.
Todo el mundo festejó la sentencia, todos, excepto nosotros, que ese día enterramos a mi padre, y los cajones vacíos de Malcom y el Dr. Wells. Finalmente había llegado el día que podíamos estar de luto.
Mi madre y mi hermana no me culpaban por la muerte de mi padre, pero eso no evitaba que yo lo hiciera. Y así, poco a poco, me fui alejando de mi familia, y dedicándome enteramente al trabajo que tenía como Vigilante.
Al poco tiempo de la caída del régimen, los antiguos países comenzaron a reorganizarse, y para evitar que algo como lo de Cíclope volviera a ocurrir, se solicitó que los Vigilantes siguieran activos, y hasta se nos proporcionó una verdadera base en el medio del campo, con la última tecnología, y llena de las mejores mentes del mundo, todas dedicadas a la protección del planeta de cualquier clase de amenaza.
Continué trabajando con mis amigos, quienes lentamente se fueron recuperando de los daños sufridos durante toda nuestra rebelión. Sin embargo algo había cambiado para mí. Ya no me sentía el mismo de antes, y supongo que tenía que ver con esa oscuridad que había dejado entrar en mí, la cual lentamente me consumía.
La relación que empecé pocos meses luego de la revuelta con Felicity duró poco, y no fue su culpa. Ella me amaba, y yo a ella, pero yo me estaba volviendo alguien demasiado frio, así que decidí dejarla para que no saliera lastimada, y una vez que dejé a la chica que amaba, también abandoné el grupo en su totalidad. Su luz contrastaba demasiado con mi propia oscuridad, era algo que ellos no necesitaban en ese instante, así que me alejé.
Sin embargo, nunca dejé de pelear por quienes más lo necesitan, y en mis viajes alrededor del mundo, siempre intenté luchar contra los tiranos.
El mundo había cambiado delante de mis ojos. Ya no era ese lugar frio y terrible donde no se podía ni siquiera salir a la calle sin temor a terminar muerto. Era un mundo mejor, pero sin lugar a dudas no era perfecto. Con la reaparición de los antiguos gobiernos, también reaparecieron antiguos problemas, y así, las antiguas guerras y disputas, el crimen organizado, las conspiraciones, y un largo etcétera.
Sin embargo, ahora había gente para detener a todo aquel que sintiera que podía pisar a otra persona para cumplir con sus objetivos, ya que gracias a la abolición de la Ley Anti-héroe, todas las personas con poderes que estuvo escondida toda su vida resurgió, y así, las calles se fueron llenando de noticias de superhéroes volviendo a volar, deteniendo a los malos, salvando el mundo.
El mundo de Cíclope se había acabado, y acababa de empezar algo distingo, algo nuevo, algo mejor, algo que había llegado para quedarse: un mundo de héroes.
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Mundo de héroes: El inicio de Los Vigilantes
Science FictionHace 20 años los héroes que defendían el planeta perdían la batalla contra el temible enemigo conocido como Cíclope. Muchos de ellos murieron, otros tantos eligieron unirse al bando ganador y unos pocos decidieron esconder sus poderes y habilidades...