Sin tiempo para perder, debíamos robar el Marcum para detener a Cíclope antes de que detonara Kane-B y DC-52. Así que ni bien tuvimos las coordenadas exactas, decidimos partir hacia el almacén en donde, de acuerdo con la información de Joel, se encontraba un trozo pequeño del extraño metal, pero que era más que suficiente para detener al dictador.
Las buenas noticias era que el lugar no estaba demasiado lejos. Se encontraba justo a las afueras de El Núcleo. Pero lamentablemente el almacén donde se almacenaba el Marcum estaba en el medio de una enorme base militar, y no teníamos tiempo para elaborar un plan o esperar a la noche para entrar sin que se dieran cuenta. Íbamos a tener que improvisar.
—Un ataque frontal no es nunca una buena idea —nos aclaró Edward—. Pero parece no haber otra opción.
—De acuerdo con la información que pudo recolectar Joel, tenemos torretas automáticas que disparan munición calibre .50 aquí, aquí y aquí. —Mi padre marcaba con rapidez un improvisado mapa de la base dibujado por Joel—. Podrían eliminarlas por aire, pero también hay tanques anti-aéreos preparados para destrozar a cualquiera que quiera atacar la base.
—Dentro de la base va a haber aproximadamente mil doscientos enemigos, todos bien armados —continuó Surfer—. Si queremos hacer esto, vamos a tener que atacar rápido, y sin que ellos se den cuenta de qué los golpeó, de otra manera se van a reagrupar y a obligarnos a retroceder. Lo primero que voy a hacer cuando llegue al lugar va a ser cortar las comunicaciones para evitar que pidan refuerzos, pero esto no va a durar mucho, así que tenemos que entrar, tomar el Marcum y salir de ahí de inmediato.
—Muy bien, la base está ubicada en los acantilados de Klein, justo en las afueras de la ciudad, así que no va a haber bajas civiles. —Edward se dirigió a las computadoras—. Pero si fallan, millones de personas van a morir antes del amanecer, así que les recomiendo que muevan el culo y nos traigan ese pedazo de Marcum.
Gladiador seguía tan alentador como de costumbre, pero no teníamos ni siquiera tiempo para pensar en eso, así que sin decir nada salimos nuevamente.
Miramos alrededor para asegurarnos de que nadie nos había visto salir de nuestro escondite y de que no hubiera ningún merodeador o soldado cerca. Nada. Había llegado el momento de avanzar hacia la base de Klein.
—Va a ser mucho más rápido y menos peligroso por el aire —declaró Jax—. Zero tú me llevas a mí y Emma, tú llevas a Archer.
De inmediato seguimos las órdenes impartidas por Exo y empezamos a marchar hacia los acantilados de Klein. Sin embargo, cuando habíamos recorrido poco menos de la mitad del camino, observé con horror como Felicity detenía repentinamente su vuelo y comenzaba a caer a toda velocidad contra el suelo.
Sin esperar a que los demás se percataran me solté de Emma y me lancé en caída libre contra Rocket. El piso estaba cada vez más y más cerca, y Felicity aún no podía remontar vuelo.
—¡Archer! ¿Qué mierda está pasando? —preguntó Jax.
—¡No lo sé! ¡Parece que Felicity no puede volar!
—¿Y tú sí? Maldito idiota.
Finalmente logré llegar a ella y la envolví con mis brazos y ella hizo lo mismo.
—¡No te sueltes! —le grité, y esperé que ella me hubiera escuchado sobre el sonido del viento.
Con ella abrazada a mi cuerpo, di media vuelta y disparé una flecha-paracaídas al aire, que se desplegó en cuestión de segundos, disminuyendo nuestra velocidad, pero no lo suficiente para que no nos diéramos un buen golpe al "aterrizar".
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Mundo de héroes: El inicio de Los Vigilantes
Science FictionHace 20 años los héroes que defendían el planeta perdían la batalla contra el temible enemigo conocido como Cíclope. Muchos de ellos murieron, otros tantos eligieron unirse al bando ganador y unos pocos decidieron esconder sus poderes y habilidades...