No sé como llegué a casa sana y salva, estuve todo el camino llorando y a punto de chocarme con varios autos, pero el coche también estaba sin un rasguño.
Mi maquillaje y mi ser por dentro, totalmente destruidos.
Miré mi celular. Ni una llamada de Harry. Lo apagué.
Me decepcioné del "Harry tipo" que habían creado mis fantasías.
Yo y mi imaginación. Yo y mi esperanza por ver a Harry cambiar.
Y pensar que esta iba a ser la noche perfecta, soñada de los dos.
Todo se había arruinado por sus locas hormonas y su ser de mujeriego por experiencia.
Me había dolido ver que Harry no hacía nada para alejarla, es más, disfrutaba de su compañía. Tampoco había notado mi ausencia al parecer. Ni una llamada.
Y pensar que me decía "te amo".
Fue bueno, mientras me lo creí.
Lo odiaba con todo mi ser, si pudiera me iría de vuelta con mi padre, pero estoy en época de cursos y sería prácticamente imposible.
Me quería escapar de alguna manera. Yo y mi estúpida sensibilidad.
Todo me afectaba.
Lo odiaba, lo detestaba.
No.
Lo amaba más de lo que deseaba, por eso me importa tanto.
Me martirizaba a pensamientos. Quien sabe lo que estarían haciendo... ¿Y sí ya tuvieron un buen polvo? No, en realidad no era de mi incumbencia.
Necesitaba beber como nunca, necesitaba dejar esta Ema por esta noche, necesitaba escapar por un rato.
Me dirigí -con el auto de Harry- hacía el bar más cercano, donde en este momento al parecer había una fiesta.
Entre sin preámbulos y me dirigí hacía la barra.
-Dame el trago más fuerte que tengas-pedí al guapo barman que atendía el lugar.
-¡Vaya chica! ¿estás segura?-preguntó y asentí.
Tomé un pañuelo y me limpié la cara, de seguro me veía horrenda.
Pero a estas alturas, ¿a quién rayos le importaba?
El chico dejo un vaso en frente de mí y me observó.
-¿Mal de amores?-preguntó, recostándose en la barra.
-Uhm, sí-dije yo tomando el vaso y dirigiéndolo hacía mi boca.
Tome el contenido sin vacilar, la garganta ardía.
-Tráeme otro-pedí apoyando el vaso fuertemente sobre la mesada.
El barman asintió y fue en busca de otro vaso.
-¿Cuánto cuestan?-pregunté, no traía demasiado dinero.
-Si aceptas una cita conmigo mañana, va por mi cuenta-dijo el muy aprovechador, pero como no estaba del todo consciente, accedí.
No era un mal tipo, al parecer. Estaba siendo muy amable.
Definitivamente, estaba ebria hasta el tope.
El chico que me atendió, se negó a darme más vasos ya que estaba en un horrible pero tranquilizante estado.
Entablé una conversación con él, olvidando todos los problemas que me rodeaban.
El chico se llamaba Logan Bentley, y estudiaba en una Universidad fuera de la ciudad. Trabajaba como barman los fines de semana, para pagar su alquiler y valerse de sí mísmo, ya que de la Universidad se encargaban sus padres.
Cuando pude notar algo difusos sus rasgos, supe que sí era muy guapo.
Era normal, altura normal y cabello color negro con un corte normal.
Sus ojos eran claros, celestes como el mar y tenía una mirada inocente que me dejaba atrapada.
Por un momento Harry no existía.
Me contó sus gustos. Le encantaba leer y el aire libre.
Tenía los mejores padres y no tenía novia por el momento, ya que buscaba a alguien con su futuro y objetivos claros. No las chicas fáciles de hoy en día.
Me había caído de maravilla. Era agradable, a pesar de mi estado.
(...)
Ya eran altas horas de la madrugada. Definitivamente mis cinco sentidos estaban inconscientes.
Solo reía o lloraba y no podía crear frases coherentes.
Logan al parecer, había terminado su turno, por lo que se quito el traje de barman y salió a mi encuentro vestido normal, nada extravagante. Me gusto eso. Era un chico corriente y educado. Al menos eso descifraba mi cerebro inconsciente.
-Te ves horrible, préstame tu móvil para llamar a que vengan por ti-afirmó Logan.
-Claro quuee no, esstoy perfecta-aseguré arrastrando las palabras y golpeando su hombro amistosamente.
-Sí no queda otra-susurró, quitándome el bolso de mano para buscar mi móvil.
Yo traté torpemente de evitar que lo consiguiera pero me fue en vano.
-Tienes unas cuantas llamadas perdidas de un tal "Harry"-dijo revisando mi móvil. Yo me encogí de hombros, en este momento no me importaba.
-Que se joda-dije frunciendo el ceño.
-Lo llamaré para que pase por ti-dijo y comencé a reír a carcajadas, no podía parar y el alcohol en mi sangre no ayudaba realmente.
-Me lleve su auto, está a pie. Y creo que está muy ocupado para hacerse responsable de mí en este momento-escupí con enojo.
-¿Él es el responsable de tu estado?-preguntó Charlie con ojos tristes.
-Aja-asentí mirando el suelo. Las lágrimas comenzaron a salir solas.
-Oh, no llores-dijo limpiando mis lágrimas dulcemente- Yo te llevaré a tu casa-declaró.
-Está bien-.
Su mano tomó la mía y me llevo por el lugar atestado de gente ebria. En este caso, igual que yo.
Se dirigió a un auto gris, moderno pero corriente.
Me subí como pude en el asiento de copiloto, y el emprendió el viaje.
Le dije la dirección y el supo fácilmente donde se encontraba.
Llegue a mi cuadra y fue frenando el auto poco a poco.
-Ehm, ¿qué hacemos con el coche de Harry?-dije jugando con mis manos y riendo.
-Tranquila, no creo que le suceda nada-dijo tranquilizándome.
Por supuesto me fue inevitable no mirar a la casa de Harry.
Y me regañaba por eso.
Él se encontraba sentado en el umbral de su casa con la cabeza apoyada en sus manos.
Al sentir el ruido del motor deteniéndose, vi su rostro ascender.
Sus ojos estaban rojos e hinchados. ¿Había estado llorando?
No, no me importaba, había sido su culpa.
Bajé del auto, mareada, por supuesto y abracé a Logan.
-Gracias, por todo-dije.
-Está bien, ¿mañana paso por ti a las cuatro?-.
-Claro-.
Esperé a que Logan entrara en su auto y se marchara.
Me di la vuelta y me sobresalte, llevándo mi mano hacia mi pecho, que latía desenfrenado al ver a Harry apoyado con las manos en el bolsillo de su pantalón, en mi puerta.
Me acerqué a ella, tensa con las llaves en mano directamente a abrir la puerta.
Pero su mano tomó mi brazo deteniéndome.
-Harry, ahora no-dije en un estado más consciente del que estaba en el bar.
-Tenemos que hablar, ahora-suplicó.
-No-dije bruscamente y me solté de su agarre.
Abrí la puerta y entre corriendo, directamente hacía mi cuarto.
Me tiré en la cama y quedé profundamente dormida en instantes.
Estaba derrotada.Desperté con una resaca horrible. Mi cabeza daba vueltas.
Me senté en la cama, visualizando partes inconclusas de ayer.
Recordé unos ojos profundos, y recordé a Logan.
De a poco mi memoria iba recuperándose, pero el dolor de cabeza seguía allí.
Repentinamente me comencé a sentir mal, mi estómago daba vueltas como una ruleta.
Corrí hacía el baño y vomité todo lo que había consumido ayer.
Nunca había tomado tanto, me había sobrepasado. Al final no había sido una forma de escape muy inteligente. Estos pensamientos me llevaron a la causa de mi estado desechable. Harry.
La ira surgió deplorablemente, aumentando la migraña.
Maldito Harry y su insistente ser de mujeriego. ¿Por qué, de todas las millones de personas en el mundo, había elegido a Harry? ¿Por qué me enamoré tan condenadamente de él?
Quería estar en todos lados, menos aquí.
-Ema, te ves horrible-dijo Jamie desde la puerta del baño, me sobresalté y lo vi acercarse por el rabillo del ojo.
Me entregó papel para limpiarme la cara y recogió mi cabello desordenado en una coleta, para que no me molestara.
-Te recomendaría ducharte, mientras te prepararé el café-dijo mientras yo asentía- y luego me cuentas bien que sucedió-.
Fui a mi cuarto y me quedé frente al ropero.
Los recuerdos se hacían más nítidos a medida que el alcohol se iba de mí cuerpo. Me acordé y tomé mi móvil.
Ni una llamada perdida más de las que tenía ayer de noche.
Harry no había vuelto a llamar.
Una depresión inimaginable corrió por mis entrañas.
Me deslicé sobre la fría pared hasta tocar el suelo y abracé mis piernas mientras escondía mi cabeza.
Las mentiras son una cosa, pero sentirse traicionada era peor.
Una tristeza inmensa cayó sobre mí y largué un sollozo.
Y decir que antes pensaba que estar en mi estado por un chico era una situación estúpida e innesesaria. Y aquí estoy, llorando por un chico al cual no merezco, pero del cual estoy enamorada.
La tonta era yo y solo yo. Yo tenía la culpa de todo.
Pero no, no quería seguir así. No quería terminar como esas chicas depresivas que se lastimaban a sí mismas con tal de escapar.
No, esa no era yo.
Puedo hacerme valer de mí misma. Mi vida no depende de Harry.
Me levanté y comencé a buscar la ropa indicada para una cita con Logan.
Basta de pensar solo en Styles. Era hora de pensar en mí y por mí.
(...)
-...Y eso fue lo que sucedió-terminé por dado mi discurso del espantoso día de ayer, cabizbaja, a Jamie, mientras tomaba mi café.
-Ese chico nunca cambia-decía el negando lentamente.
Yo suspiré y tomé mi móvil el cual estaba sonando.
Miré la pantalla con una pizca de esperanza a que fuera Harry, pero no. La decepción corrió a través de mí.
Era Logan, el cual me avisaba que estaba por pasar a por mí.
Subí a mi cuarto a tomar mi abrigo y quedé helada al ver la ventana abierta que daba al balcón compartido.
Harry estaba allí, sobre el muro que separaba ambos balcones, de brazos cruzados, mirándome fijamente.
Mi estómago brinco y odié ese malestar que aparecía cada vez que él estaba cerca.
Sus gemas verdes carecían de su brillo habitual, pero él seguía siendo él mismo.
Negué con la cabeza y recordé todo el daño que me hizo, convirtiéndolo en rencor.
"No más" enuncié en silencio, el al parecer entendió el mensaje ya que se revolvió el cabello, como gesto nervioso típico de él y saltó precipitadamente y muy rápido sobre mi balcón.
Me sobresalté y di dos pasos hacía atrás como auto defensa involuntaria.
El abrió mi ventana con facilidad, invadiendo mi espacio personal en segundos, hasta que toqué la pared. Sí quería escapar lo tenía que hacer ahora.
Pero, esperen.
Era mi cuarto, y él irrumpió en él.
Una furia de mi interior resurgió y lo empujé con todas mis fuerzas, derribando la muralla de su pecho.
-Sí quieres que está "relación" no quede más que destruida, vete y ¡YA!
Sigue con tu vida, has lo que quieras ¿por qué sabes qué? Ya no me importa- grazné con las mejillas rojas llenas de frustración.
Me sentía humillada.
-Vete Harry-pedí mientras esperaba alguna reacción por su parte.
-No, escúchame, hay una explicación para esto-dijo con su voz ronca que me dejó algo hipnotizada, pero volví a la realidad.
-HARRY, VETE. NO MÁS OPORTUNIDADES. YA TE DI LAS SUFICIENTES Y LAS PERDISTE DE LA MISMA MANERA. SIGUES SIENDO EL MISMO HARRY ESTÚPIDO DE SIEMPRE, TENÍA LA ESPERANZA DE QUE HABÍAS CAMBIADO POR MÍ, POR UN NOSOTROS, PERO ME EQUIVOQUÉ, COMO SIEMPRE. BASTA DE ESTO, ¿NO TE HAS DADO CUENTA, QUE NO ESTAMOS HECHOS EL UNO PARA EL OTRO?-dije manteniendo mi voz fría, no iba a llorar en frente de él.
Su rostro se transformó, y una sonrisa de costado tiró de sus labios.
-¿Sabes qué?-comenzó, acercándose sigilosamente nuevamente- Haré lo imposible para recuperarte. Aunque pienses que todo lo que te dije era una mentira. Después de todo, como tú dices, soy Harry Styles. Se que puedo conseguirte, por que al fin y al cabo, todo el mundo sabe que eres solo mía-finalizó confiado y me dio un rápido beso en los labios que me dejó desconcertada.
-Ya lo veremos-dije aturdida y se fue.
Yo no le pertenecía a nadie. ¿O sí?
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No Todo Es Lo Que Parece {Harry Styles} TERMINADA
FanficPrólogo "You have to believe it and you hate it. I don't have to and I think it's beautiful." Harry Styles, el típico mujeriego de la zona, jugar con las mujeres es su habilidad y seducir su estrategia. No le importa lastimar a nadie, con el hecho d...