No Todo Es Lo Que Parece {Harry Styles} TERMINADA

Capitulo 1

-¡Hija! ¡Es hora de levantarse! Te deje el desayuno en la mesa, me voy a trabajar.- Gritó mi madre desde el living, como parte de mi rutina diaria.

Me levante, me bañé y vestí.

Observé al espejo mi físico, no era ni flaca ni rellenita, tenía un cuerpo común, mi pelo era largo, lacio y castaño, y mi ojos marrón claro le daban un toque más de normalidad, además de que usaba lentes, y la ropa dos tallas más grande de lo que en realidad era.

Por esto mismo, siempre me repetía que Harry no se fijaría en una chica como yo, sin un solo pelo de rubio, ni las voluptuosas curvas de infarto, como su séquito de admiradoras.

Ya estaba acostumbrada a sufrir y ocultarlo, llevo años disimulándolo, que hasta el propio Leeyum ni lo sabía.

Yo sola tengo que aguantar este peso en mi corazón y razón, yo sola me había enfrascado en esta siuación.

Tomé el desayuno, cerré todo y esperé a Liam en la puerta de mi casa.

Él llego con su auto, me subí y partimos hacia el lugar que menos me gustaba.

Llegamos, dejamos el auto en el estacionamiento y nos adentramos en el "lujoso edificio".

Apenas di un paso adentro y las burlas se hicieron inminentes como por arte de magia.

- ¡Hey! Chicas, ¿miren quien llego? La rara que le teme al agua- dijo Harry, mientras reía junto a las zorras que lo acompañaban.

Liam se le abalanzó pero lo detuve, él era más extrovertido que yo por lo que siempre se aseguraba de defenderme.

- ¡De seguro nunca se baña! - exclamó Alice, una rubia, que dudaba si tenía cerebro.

Pero como siempre, huí de allí, como la cobarde e ignorante que era, sí, lo admito. El día que le haga frente a Harry debía estar inconsciente.

Llegamos a la clase con mi mejor amigo y nos sentamos juntos-como todos los días- esperando a que llegara el profesor, para que comenzara la rutina diaria.

Pasaron las clases y toco el timbre para el almuerzo.

Salimos al exterior del edificio, en donde siempre almorzamos los dos y nos sentamos debajo de un árbol en el pasto, al aire libre.

Hablamos de cosas sin sentido y entre medio de risas se paso la media hora del almuerzo, con Liam era todo más divertido y más fácil.

Nos levantamos con pocas ganas y entramos al salón.

-¿Que asignatura tenemos?-pregunté con el ceño fruncido.

- Historia-contestó desganado.

Perfecto, historia, la materia que más odio con la persona más odiosa, a Harry le tocaba la misma clase, para mi desgracia.

Entramos todos al salón y como siempre, minutos más tarde entró Styles, con la sonrisa más perfecta y egocéntrica que hacía caer a cualquiera, y yo era una de esas.

En medio de la aburrida clase, entró el director al aula y anunció a un nuevo estudiante, el chico entró y se escucharon suspiros de muchas chicas.

Alcé mi cabeza y entendí el por qué. Me encontré con un chico perfecto. Debido a su culpa pasé toda la clase distraída.

Con la llegada del anhelado timbre, me levanté desganada y salí torpemente detrás de Liam.

Y como me pasaba a menudo, me choqué contra alguien. Mi madre me repetía lo torpe que era.

El chico nuevo estaba delante de mí, disculpándose. Y yo... No podía creer que me estaba dirigíendo la palabra. Automáticamente su reputación bajaría.

-N-no pasa nada- Le dije nerviosa.

-¿Como te llamas?-preguntó él amablemente.

- E-ema-dije titubeando. Odiaba ponerme nerviosa todo el tiempo.

- Bonito nombre Ema, yo soy Zayn Malik-dijo estrechando su mano con la mía-¿me llevarías a dar una vuelta por el edificio?-preguntó y me sorprendió nuevamente.

- Si.. por supuesto-contesté insegura.

Mire atrás pensando que Liam estaba, pero había desaparecido.

-Gracias, ¿te puedo llamar "Em"?-.

-Claro- asentí embobada con su sonrisa.

Recorrimos varios lugares, y llegamos al gimnasio.

Como de costumbre la suerte no estaba de mi lado. Allí se encontraba Harry, pero no mal acompañado, estaba acorralando a Alice contra la pared, y bueno, eso no fue muy agradable y como por inercia me pegué a Zayn, retándome por la confianza que había tomado rápidamente.

-Lo-lo siento, es que..- dije nerviosa, mi mejillas se habían tornado rojas.

-No te preocupes- me callo él, y yo le sonreí.

Decidida, salimos del gimnasio pero no sin antes mirar hacia atrás y ver a Harry con el ceño fruncido, mirándome.

Agh, estúpidas emociones.