Capitulo 45

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Una semana.
Una semana había pasado encerrada en mi habitación a oscuras. Tonto, lo sé. Me había afectado de todas maneras posibles, Harry se había infiltrado bajo mi piel de una manera tan profunda, que nadie podía sacarme de mi lugar.
Mi madre luchaba por sacarme de allí, pero se rendía al final del día al ver que no respondía, por lo que dejaba la comida en la puerta de mi habitación, con la esperanza de que comiera, y lo hacía, a duras penas.
Quería intentar olvidar todo lo que había sucedido, pero era un martirio hacerlo. No quería dejarlo atrás.
Sabía que él me olvidaría fácil, pero en cambio yo se que soy muy débil.
No podía confrontar esta situación.
Pero de una forma u otra tendría que encontrar la manera de ver la luz de vuelta.

Me encontraba con la mirada perdida en el techo, pensando en nada. Era mejor así.

-Ema, alguien vino a verte-dijo la insistente voz de mi madre del otro lado de la puerta.
-Dile que no estoy-musité con la voz ronca, solía no utilizarla a menudo.
-No puedo hacer eso-dijo y abrió la puerta.
Me tapé los ojos, la luz que se infiltraba en ella era cegadora.
Parpadeé repetidamente para acostumbrarme.
Oh, no me esperaba su visita.

(...)

Lancé una enorme carcajada, extrañaba sentirme así. Por lo general no era una persona depresiva.
Era increíble como de un momento para otro, me había hecho sonreír.
Me encontraba en el centro comercial, en el café.
Me habían obligado a levantarme y arreglarme para salir. Y no me parecía una mala idea ya que la estaba pasando genial.
-Gracias por todo Louis-le dije al oji-azul que contaba chistes sin parar.
-Es un placer-guiñó el ojo.
-Pero...¿Por qué decidiste visitarme a mí y no a Harry?-pregunté confundida. Era su mejor amigo, y era ilógico que estuviera aquí para verme exclusivamente a mí, ya que había llegado hoy.
-¿Te digo un secreto?-preguntó y asentí rápidamente.
-Harry me pidió que te ayudara, sabía que la estabas pasando mal-me miró con lástima.
Mi sonrisa se borró al instante y sentí una común punzada que me atravesó el pecho.
No sabía si sentirme alegrada o enfadadísima.
Primero, había pensado en mí y estaba preocupado, pero podría haber hecho algo por mí, lo más mínimo como ir a verme.
Pero no, él había enviado a su amigo de Canadá como mi psicólogo personal.
Lo odiaba, todo era su culpa, si tan solo hubiese luchado por los dos, no habría pasado esto.
-...Ema, ¡Ema!-reiteró Louis captando mi atención.
Pasó su pulgar dulcemente sobre mis mejillas mojadas.
-¿Po-podemos ir a otro lugar?-pregunté balbuceando.
Él asintió tristemente.

(...)

-¿Te encuentras mejor?-preguntó Louis, acariciando mi cabello.
Asentí, mirando las nubes.
Estábamos en un descampado, de las afueras de la ciudad, era un buen lugar para calmarse. Recostados en el pasto, mirando el cielo.
Se lo agradecía infinitamente a Louis, que a pesar de no conocerme del todo, me hacía sentir mejor.
Aparte de que al ser el mejor amigo de Harry, tenían similitudes en su forma de ser, como un vínculo que me recordaban a él.
Cerré los ojos dejándome llevar por la fresca brisa primaveral del día, disfrutando del sol.
Pero el sonido del móvil interrumpió el sonido de las hojas meciéndose.
Louis se alejó rápidamente y atendió. Pero no logré identificar al menos parte de la conversación.
A los minutos el castaño volvió refunfuñando y con el ceño fruncido.
-¿Qué sucede?-.
-Nada Ema, debemos volver, tengo que hablar seriamente con Harry-.
Estiré mis manos y las tomó para levantarme y dirigirnos hacía su coche.
-¿Se puede saber que sucedió?-susurré con miedo.
-Mientras menos sepas, mejor. Harry verdaderamente es un gran idiota-murmuró fastidiado y yo me encogí de hombros restándole importancia.
Lo tenía muy en claro.
Manejamos introduciéndonos en la ciudad nuevamente, hasta llegar a mi hogar.
Bajamos del auto y Louis se acercó rápidamente hacía mí, tomándome de las mejillas.
-Escúchame Ema, entraremos allí y veas lo que veas no dejes que te lastime. Harry intenta hacer que lo odies, ese es su plan, pero vamos a hacerlo entrar en razón, te lo prometo-me abrazó y tomó mi mano para ir a lo de Harry.
No se lo negué porque no sabía con lo que me iba a enfrentar.

Entramos a la casa prácticamente sin tocar la puerta, Louis era ya parte de la familia.
Subimos corriendo las escaleras y nos paramos frente a la puerta que definiría todo.
Cuando él tomo el pomo de esta, fue allí cuando realmente desperté y quise escapar.
Atrapé su mano en la mía, a punto de abrirla. Se escuchaban ruidos extraños dentro de la habitación.
El oji-azul me observó y negué con la cabeza rápidamente.
-No puedo Louis, ya me imagino lo que debe estar pasando allí adentro-dije desesperada, mientras negaba agitadamente.
-No, Ema, vamos a enfrentarnos a él y hacerlo entrar en razón, vamos a terminar con esto, ustedes deben estar juntos. Tú puedes lidiar con esto, eres la persona más fuerte que he conocido-me enredó en un abrazo confortante, alentándome.
Íbamos a entrar. No había marcha atrás. Lo que pasara allí no estaba en mis manos. Pero yo no era fuerte.

Cerré los ojos con fuerza. Louis abrió la puerta y mil dagas atravesaron mi pecho. Como suponía.
No podía descifrar lo que veía en mi mente. No quería.
Harry en la cama, con dos chicas a la vez. No podía describirlo.
Mi estómago se revolvió, el aire se escapó de mis pulmones.
Tomé fuertemente el brazo de Louis, como soporte.
Mi cabeza daba vueltas, me faltaba el aire, temblaba.
Me negué rotundamente a mirar el rostro de Harry.
Dirigí mi cristalizada mirada hacía Louis, quien miraba furioso a su amigo.
El ataque de pánico se reiteraba, me había pasado años atrás con la muerte de mi hermano, a causa de acumulación de angustia y mala alimentación, depresión y síntomas conectados.
No se suponía que iba a suceder de nuevo, me había recuperado.
Mi vista se veía controlada por puntos negros que distorsionaban las imágenes a mi alrededor.
Lou me saco afuera y cerró la puerta con un golpe que resonó en toda la casa e hizo a mi cabeza estallar.
-Louis-dije ahogada en mi propio sufrimiento, antes de que todo se desvaneciera ante mí.
Yo no era fuerte, me repetí y fue lo último que pude controlar.

Respiré abruptamente, abriendo los ojos con dificultad.
Miré a mi alrededor y me di cuenta que estaba en un hospital.
Ugh, como odiaba estos lugares, me producían escalofríos.
Las paredes con azulejos celestes y el olor a medicamentos impregnado en todo este enorme lugar.
A mi lado se encontraba mi madre, durmiendo apaciblemente.
Se veía tan decaída y cansada, todo por mi culpa.
Me acomodé en la cama, mi cabeza giraba pero no me sentía mal. Hasta que recordé lo que había sucedido, allí la migraña aumentó y tuve que recostarme nuevamente.
-¡Ema! Despertaste. ¿Cómo te encuentras?-Dijo mi madre despertándose simultáneamente, tomándome de las manos.
-Mi cabeza da vueltas, pero no me encuentro tan mal como esperaba ¿Hace cuanto me encuentro aquí?-.
-Oh, Ema, estaba tan preocupada por ti, estuviste una semana-dijo ella, con lágrimas en los ojos y se me ablandó el corazón.
-L-lo siento madre-dije cabizbaja, siempre arruinándolo todo, si tan solo desapareciera de este mundo...
-No amor, no es tu culpa, Louis me contó todo-agregó y espero una reacción por mi parte.
-Hu-hum-asentí indiferente.
-Por cierto, se encuentra en la sala de esperas, estaba muy afligido y temía por tí, al igual que Liam y... Harry-comentó dudando sí decírmelo o no. ¿Harry estaba preocupado? ¿Luego de hacerme lo que me hizo?
Que le den.
-Quiero ver a Liam y Louis-le pedí a mi madre y salió de la habitación.
A los segundos, dos cabezas se asomaron por la puerta.
Liam corrió primero y me abrazó fuertemente y luego Louis, quien me miraba con lástima.
Y odiaba que sintieran compasión por mí en este momento, no debían pensar que yo era débil, aunque lo fuera en verdad.
Hablamos un largo rato de mi estado y de lo mucho que Sophie estaba preocupada por mí.
-Mañana vendrá a visitarte, si todavía no te dieron el alta-dijo Liam.
Louis por su parte, se mantenía más callado de lo común y con el semblante serio.
-¿Qué sucede?-le pregunté.
-Uhm... Ema, Harry está afuera, estuvo aquí toda la semana y se negó a volver a su casa apenas se enteró lo que te había sucedido. Está destrozado y lo carcome la culpa. Está ansioso por verte y dijo que haría cualquier cosa por entrar-.
Mi estómago dio un vuelco, no quería verlo pero esta sería la oportunidad de hablar sobre lo sucedido ya que... Había tomado una decisión y creo que sería lo mejor para ambos.

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Bueno, se acercan los ultimos capitulos, si quieren más comenten ¡por favor! Fantasmas no :(

No Todo Es Lo Que Parece {Harry Styles} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora