Añado es frase porque me gustó mucho.
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Gwren.
Nine no está por el asunto de su cita. Estoy feliz por ella, de verdad, pero eso no evita que me muera de aburrimiento al tener como compañero a un chico de cabellos castaños con las puntas teñidas de dorado que se la pasa todo el tiempo en su celular, a una francesita risueña que siempre tiene de qué hablar.
Ay dios, solo veo la hora de ir a casa.
TeaCoffe está en todo su apogeo y eso me ocasiona emociones contradictorias: por una parte estoy ansiosa ya que eso significan unas buenas propinas y por otra, no puedo dejar de pensar en mis pies que han andado de allá para acá dando y pidiendo las órdenes.
Janette igual está agotadísima y con una capa de sudor en su frente, que limpia constantemente, por el calor que se aglomera en la cocina. Hay dos ayudantes con ella, pero yo sé que a la hora de preparar sus delicias, básicamente no permite que nadie meta sus manos. A ella le encanta poner el alma al cocinar.
Mientras tanto yo estoy detrás de la barra, viendo a los comensales con sonrisas de oreja a oreja y compartiendo lugar con el sustituto de Nine. Me ha dicho que se llama Rhodes y básicamente ese ha sido toda nuestra comunicación.
No hay tanto problema en ello, no soy de estar molestando con preguntas a extraños, pero sí que me una ansiedad muy grande al ser una lengua suelta. Me gusta hablar, es mi actividad favorita por excelencia y si no tengo a nadie con quién hacerlo, es como si me muriera en vida.
—Orden lista — dice Rizpah, una de las ayudantes, detrás de mi espalda. Podría reconocer su voz en cualquier lado, es igual de cantarina que la de Mickey Mouse —. Para la mesa cuatro. Gredel.
—¿Otro intento por buscar mi nombre en griego?
—No es mi culpa que tenga un nombre tan extraño... es muy ¿americano?
—Celta — corrijo. Me pienso un poco mi respuesta —. Aunque mis padres sí que lo modificaron un poco. Sustituyeron la «i» por la «y» y añadieron una «e».
—Aún más raro, «Guendolina»
Arrugo el rostro al oír su pronunciación.
Suena muy, pero muy, extraño.
—Intenta otro.
—¿Qué tal Gwyneth?
—Me gusta.
Tomo la bandeja con los platillos en ella y le lanzo una sonrisa. Rizpah tiene una cara agradable, de esas que te provocan pellizcar las mejillas como si fuesen suaves bombones. Es regordete y con un precioso cabello morado y rizado que combina extrañamente bien con su piel morena, sus ojos pálidos son la mejor parte.
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Ángel [Vancouver #1] || ✔
Teen FictionCuando Ángel Vancouver apareció en mi vida, fue un rotundo terremoto de emociones que arrasó con gran parte de mi cerebro. No recuerdo si fueron esos ojos verdes acuosos, o aquellas pestañas rizadas; incluso no recuerdo si fue aquella voz cargada de...