Capítulo 57. Cenizas quedan

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Gwren.

Me sentí fatal cuando entré a casa después de que Ángel me dejara, una opresión en el pecho me caló por completo y las lágrimas comenzaron a salir. Le había dicho a Ángel que sin importar nada iba a estar de su lado siempre, que iba siempre a estar ahí para él pero sabía que era una mentira, yo no soy valiente ni de cerca, no soy lo suficientemente valiente como para ver al hombre que amo casarse con otra.

Me adentré en mi habitación sin importar el que mi padre me llamara preguntándome el cómo estaba. Puse el pestillo y me tumbé sobre mi cama, el llanto pudo conmigo.

Había terminado, así iban a acabar las cosas, Ángel iba a casarse con esa mujer que no había hecho más que invadir mi vida, ella era la culpable de que hubiese perdido mi trabajo, era culpable de que Ángel y yo no estuviésemos juntos. Ella era culpable de todo.

Respiré hondo y cogí mi teléfono, era tarde, más allá de media noche, pero no me importó. Llamé a Darren con un nudo en mi garganta, necesitaba hablar con alguien y sabía que Elena estaba de sobra, Ángel muy seguramente le pondría al tanto de todo.

— ¿Hola? — preguntó después del segundo tono. Sentí que mi pecho se hinchaba, maldita sea, las lágrimas estaban pudiendo conmigo.

— ¿Qué posibilidad hay de que vengas por mí?

— ¿Ahora?

— Ahora.

— Dame veinte minutos.

Darren llegó exactamente veinticinco minutos después de nuestra llamada. A mi padre le tomó por sorpresa el que tocara el timbre tan tarde y aún más el que saliera despavorida a los brazos de mi amigo mientras traía mi chaqueta de cuero acolchada sobre mis brazos. Me despedí de papá con un beso en la mejilla y antes de que pudiese preguntar algo me escabullí por la puerta y subí al auto de Darren mientras él arrancaba a toda velocidad.

Me reí fuertemente, Darren también lo hizo. Recordamos nuestros primeros años como amigos cuando iba a mi casa y me recogía a una velocidad suprema con tal de que mi padre no dijera nada, a papá le caía bien Darren — más por el hecho de que estaba súper seguro de que no pasaría nada de nada con él — sin embargo, no le caía muy bien el que me recogiera sin su permiso. Lo siento papá pero eso te ganas por tener una hija con un amigo gay, pensé.

Darren apretó sus manos al volante y se colocó el cinturón de seguridad sin mirarme, observé el camino, ya habíamos salido de Plaka, lo noté porque las flores rosadas habían desaparecido de mí vista al igual que el pequeño restaurante que se encontraba a final de la calle.

— ¿A dónde vamos? — preguntó Darren haciéndome recordar que así eran nuestras salidas furtivas. Nunca planeábamos a donde ir, simplemente escapábamos de las garras de mi padre, sin embargo, era demasiado noche como para elegir con facilidad.

— Tengo ganas de un buen chute.

— No me digas que quieres ir a un bar.

— Con los problemas que me cargo tras mi espalda, un buen tequila me parecería increíble.

— Vamos, pues.

Le conté a Darren lo ocurrido, desde lo de la reconciliación de la cual estaba más que enterado porque lo había visto con sus propios ojos hasta lo de los mensajes y por consiguiente el bebé de Ángel y Jane, el simple hecho de pensar en ello se sintió fatal. No quería recordar el que esa maldita bruja va a tener un bebé con Ángel y mucho menos el hecho de que, van a casarse. Darren me escuchó con atención y me alegró bastante que no se inmutó cuando pequeñas lágrimas comenzaron a derramarse por mis mejillas.

Ángel [Vancouver #1] || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora