Ángel.
Despierto con el murmullo del viento golpear la ventana de la habitación, me remuevo en la cama intentando volver a dormir, sin embargo, al sentir el lado de mí vacío abro los ojos.
Esto completamente sólo.
Me siento en la cama, mirando la habitación con suma atención, buscando algún rastro de Gwren pero mis resultados son nulos. Cojo mi ropa del suelo y me pongo mis pantalones, salgo de la cama descalzo y sin la camiseta, con los tirantes caídos al lado de mis costados.
Encuentro mi camiseta frente a la barra y no puedo evitar reírme ante su comentario de Gwren anoche: "ya puedes decir que me lo hiciste sobre el mostrador", vaya proeza, si hubiésemos estado en otras circunstancias sin duda alguna, me sentiría bastante afligido por el hecho de irse tan temprano, antes de que siquiera tuviera la oportunidad de levantarme pero sin duda alguna, éstas son las circunstancias en las que comprendo perfectamente el que se haya marchado.
Saco mi móvil del bolsillo trasero de mis pantalones y me sorprendo al encontrar varios mensajes por parte de Elena siendo apenas 8.30, admito que no es demasiado temprano como para mostrar el que me siento contento de que hoy voy a casarme pero tampoco es como si estuviera lanzando flores con una enorme sonrisa en el rostro.
Abro sus mensajes.
Elena.
[7.30 am] Bueno, llegó el día del infierno, digo, de la boda.
Pongo los ojos en blanco, divertido, sin duda alguna: Elena desde la mañana ha tratado de hacerme mejor el día pero después de lo ocurrido a noche no creo que eso sea posible.
¿Cómo diablos pretendo desprenderme de Gwren si ella ha sido capaz de sacrificar cada una de sus reglas auto personales por mí? Peor aún, ¿Cómo puedo librarme de esa sensación en mi pecho que reclama dolor con la simple idea de dejarla? Admito que anoche cumplí una de mis más grandes fantasías a su lado pero no es razón como para decir el que me he aburrido de ella o el que lo he probado todo porque eso es una mera mentira. Yo no podría aburrirme de ella y por supuesto, nunca tendría suficiente.
Vuelvo la vista a mi teléfono y leo los mensajes:
Elena.
[7.45 am] ¿A dónde fuiste a parar anoche? Pasé por tu habitación y no te encontré, quería ver si necesitabas huir, ya sabes, los nervios de la boda ¿no? Sabes que tengo el Maverick esperando si no te sientes realmente listo.
¡Ja! Sin duda: Elena tiene el mejor sentido del sarcasmo que cualquier otra persona, es más que notable incluso en un mísero mensaje sin vida. Sonrío ante la forma tan reciproca de apoyarme en la peor decisión de mi vida o al menos a su manera.
Elena.
[8.00 am] ¿No me estás contestando a propósito o estás con alguien que inicia con G en la cama? Me estoy imaginando cosas, hermanito.
Trago saliva con fuerza. En algo que estoy más que conforme y de acuerdo con Gwren es en el hecho de no querer que nadie se entere de lo que pasó anoche — además de que no es algo como que vaya a contar a cualquiera que tope en mi camino — y mucho menos Elena. Siento mis nervios de punta al pensar en el que su imaginación puede ir más allá del surrealismo.
Elena.
[8.20 am] ¡Oh no! Sea donde sea que estés... ¡sácame de ésta! Jane está en mi habitación pidiendo respuestas de tu paradero, le dije que saliste del hotel así que más vale que te vayas si es que no te has ido, ¡y no regreses! Yo puedo decir que has contraído una fuerte infección y con ello impedir la boda.
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Ángel [Vancouver #1] || ✔
Novela JuvenilCuando Ángel Vancouver apareció en mi vida, fue un rotundo terremoto de emociones que arrasó con gran parte de mi cerebro. No recuerdo si fueron esos ojos verdes acuosos, o aquellas pestañas rizadas; incluso no recuerdo si fue aquella voz cargada de...