Capítulo 3. Anillo de Bodas.

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Elena:

— ¿Tenemos todo para la fiesta? — pregunto a Gwren mientras coloco uno de los tantos floreros que mandé a comprar hace al menos una media hora.

La verdad es que incluso a mí me sorprende o que hemos hecho Gwren y yo, es decir, sólo somos nosotras dos y con eso logramos que el jardín, justo donde está el invernadero de mi madre, fuera una maravilla. Cuando mi progenitora, Eloísa Broken de Vancouver, cultivó en la parte trasera una pequeña siembra tipo invernadero. Yo sin duda amo aquella siembra, cuentas con lirios, horquillas, tulipanes, girasoles y quizá algunas azucenas. Mi mamá adoraba la floricultura.

Hemos adornado con esmero y detalle. Gwren se ha encargado de colocar pequeñas telas de encaje rojo en las paredes de la parte trasera, junto con las mantas del mismo color en las mesas mientras cubre las blancas.

En el jardín se encuentras pequeñas veladoras en lugares estratégicos para que ilumine, también hay un enorme marco de una foto donde salen Jane y Ángel sonriendo mientras ella está sentada en su regazo y lo abraza por el cuello. Él tiene su mano en la espalda y la otra en su plano vientre.

En la parte del podio donde se instalará la orquesta ya que será un evento de "etiqueta", todos sabemos que debemos ser lo más formales posibles al igual que utilizar una forma burócrata de hacerla. Por ello, hemos recurrido a una mesa que se encuentra en el centro y está adornada con tulipanes rojos (si, son rojos) que cubren el alrededor de la parte de enfrente ya que hemos colocado las doce mesas a su alrededor y sólo permite la vista frontal.

Hay pequeños pétalos de rosas blancas, rocías y rojas que cubren el césped desde la entrada hasta las mesas formando un corazón a su alrededor y por último detalle, una mesa que se usará como ermita que estará encargada con un barman contratado. Las ideas de Gwren han sido fantásticas.

— Sip. — contesta ella mientras se pone de pie tras haber colocado unos hongos de porcelana alrededor del marco. Van desde el más pequeño al más grande. — creo que hemos terminado. Vaya, esto ha sido más agotador de lo que creí. En fin. ¿qué opinas?

— Está bien. — respondo de manera sosa. Me encojo de hombros. — ¿tú crees que ellos serán felices?

— ¿Quién? ¿Tu hermano y su novia? — pregunta Gwren mientras deja volver todo su cuerpo. Asiento. — no lo sé, creo que si son almas gemelas y están destinados a estar el uno con el otro estará bien —. Ella de una manera, levanta el mentón y m mira ceñuda —-. ¿Por qué preguntas?

— Bueno... —. Me debato entre decirle o no. Es mi mejor amiga, pero... esto no es algo que deseé hablar. Al menos por el momento —. Nada, olvídalo. Sólo tenía duda.

Gwren no dice nada, solo asiente y continúa con su trabajo. Veo como lleva los floreros al lugar exacto en las mesas y de ahí, como mira satisfecha el trabajo hecho. Ambas estamos muy entretenidas con nuestro trabajo el tiempo consiguiente. Gwren con los arreglos y yo haciendo llamadas a todos lados. Por ejemplo, a los medios de comunicación — un importante empresario debe informar sobre su vida — para dar a conocer la buena nueva, los socios más conocidos y demás.

Suspiro, esto de demasiado cansado, eso sí. Prefiero mil veces hacer llamadas a hombres monótonos y de pajarita, que hablar con mi abuela. La mamá Cecil. Que es lo que hago ahora. A pesar de que ella viva en Estados Unidos y yo en Grecia —es decir, están en continentes distintos —, eso no impide para ella hablarme al móvil y contarme los cotilleos y anécdotas "interesantes que vive".

Justo cuando estoy en una importantísima platica acerca de las flores que su mejor amiga Deida Jensen le ha dado por su aniversario de mejor floricultora de su comunidad en Nueva York, Ángel aparece en mi vista, caminando a paso estridente en dirección a la casa. Luce fatigado.

Ángel [Vancouver #1] || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora