*Narra Jesus*
No daba crédito a todo lo que estaba escuchando.
Esas palabras provenientes de la boca de mi hermano me estaban dejando helado.
Mire a Alba.
Estaba llorando.
No pude mas y la abracé.
Ella me abrazo mas fuerte, acurrucando su cabeza en mi pecho y llorando cada vez mas.
Jesus: Ya esta pequeña, ya esta -dije acariciándola la espalda-
Alba: No quiero perderte -dijo llorando-
Jesus: No vas a perderme -cerré los ojos y la abrace mas fuerte-
*Narra Dani*
Les miraba.
Me dolía?
Claro que me dolía.
Pero, en verdad, es lo mejor.
Yo...ya encontraré a alguien.
Dani: Bueno...yo...mejor me voy...
Jesús: Dani..dile a Miriam que vuestro plan no a funcionado
Dani; Vale...lo siento...
Y me fui.
Llegue a casa de Miriam y llame a la puerta.
Miriam: -me abrió la puerta- Que haces aquí?
Dani: Miriam, puedo entrar?
Miriam: Si...supongo
Entre.
Subimos a su cuarto y nos sentamos en su cama.
Miriam: -cerro la puerta y se sentó a mi lado- Que pasa?
Dani: Se acabo...nos han pillado
Miriam: Mierda...bueno, en verdad...lo prefiero Dani...
Dani: Yo también lo prefiero...
Nos miramos a los ojos.
*Narra Miriam*
Mierda Mierda mierda.
Que me esta pasando?
Dios , me recuerda tanto tanto a Jesús.
No puede ser.
Esta empezando a...gustarme?
El empezó a acercarse.
Mientras los dos cerrabamos los ojos.
Y así, hasta fundirnos en un bonito, largo y profundo beso.
*Narra Alba*
Estábamos sentados en el sofá de Jesus.
Yo estaba con las piernas subidas al sofá y las rodillas dobladas.
Con la cabeza apoyada en su hombro.
Y el, con su cabeza apoyada en la mia y con su brazo por mis hombros, abrazándome.
Alba; Jesus...Todo eso que me has dicho antes...
Jesus; -me interrumpio- Mentira, todo mentira.
Alba: De verdad?
Jesus: Alba, jamás te e utilizado, siempre te e amado, y jamas , en la vida, me arrepentiría de besarte, jamas me arrepentiría de amarte
Le mire y le bese.
A lo que el me siguió el beso.
Abri un poco la boca a lo que el paso la lengua.
Jugueteamos con nuestras lenguas durante un rato.
Me cogió, poniendo las manos en mi culo y poniéndome encima de el, con una pierna a cada lado de su cintura, sin apenas dejar de besarme.
Le mordi el labio.
El me miro sonriente y empezó a besarme el cuello.
Oh dios.
El cuello no.
Mi punto débil no.