Capitulo 38:

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*Narra Jesus*

No daba crédito a todo lo que estaba escuchando.

Esas palabras provenientes de la boca de mi hermano me estaban dejando helado.

Mire a Alba.

Estaba llorando.

No pude mas y la abracé.

Ella me abrazo mas fuerte, acurrucando su cabeza en mi pecho y llorando cada vez mas.

Jesus: Ya esta pequeña, ya esta -dije acariciándola la espalda-

Alba: No quiero perderte -dijo llorando-

Jesus: No vas a perderme -cerré los ojos y la abrace mas fuerte-

*Narra Dani*

Les miraba.

Me dolía?

Claro que me dolía.

Pero, en verdad, es lo mejor.

Yo...ya encontraré a alguien.

Dani: Bueno...yo...mejor me voy...

Jesús: Dani..dile a Miriam que vuestro plan no a funcionado

Dani; Vale...lo siento...

Y me fui.

Llegue a casa de Miriam y llame a la puerta.

Miriam: -me abrió la puerta- Que haces aquí?

Dani: Miriam, puedo entrar?

Miriam: Si...supongo

Entre.

Subimos a su cuarto y nos sentamos en su cama.

Miriam: -cerro la puerta y se sentó a mi lado- Que pasa?

Dani: Se acabo...nos han pillado

Miriam: Mierda...bueno, en verdad...lo prefiero Dani...

Dani: Yo también lo prefiero...

Nos miramos a los ojos.

*Narra Miriam*

Mierda Mierda mierda.

Que me esta pasando?

Dios , me recuerda tanto tanto a Jesús.

No puede ser.

Esta empezando a...gustarme?

El empezó a acercarse.

Mientras los dos cerrabamos los ojos.

Y así, hasta fundirnos en un bonito, largo y profundo beso.

*Narra Alba*

Estábamos sentados en el sofá de Jesus.

Yo estaba con las piernas subidas al sofá y las rodillas dobladas.

Con la cabeza apoyada en su hombro.

Y el, con su cabeza apoyada en la mia y con su brazo por mis hombros, abrazándome.

Alba; Jesus...Todo eso que me has dicho antes...

Jesus; -me interrumpio- Mentira, todo mentira.

Alba: De verdad?

Jesus: Alba, jamás te e utilizado, siempre te e amado, y jamas , en la vida, me arrepentiría de besarte, jamas me arrepentiría de amarte

Le mire y le bese.

A lo que el me siguió el beso.

Abri un poco la boca a lo que el paso la lengua.

Jugueteamos con nuestras lenguas durante un rato.

Me cogió, poniendo las manos en mi culo y poniéndome encima de el, con una pierna a cada lado de su cintura, sin apenas dejar de besarme.

Le mordi el labio.

El me miro sonriente y empezó a besarme el cuello.

Oh dios.

El cuello no.

Mi punto débil no.

Mi casualidad mas bonita (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora