Thieves and their hands - Rachael Cantu.
Ese típico olor a tostadas haciéndose, gente hablando y el ruido de platos chocando llegaba a la habitación. Un hilo de luz se colaba entre las cortinas blancas y acababa sobre sus sábanas de flores.
- Será mejor que baje ya -pensó en voz alta.
- ¡Elizabeth! Levántate, es hora dormilona -gritó su madre desde abajo.
Conforme voy bajando las escaleras escucho a mis hermanas, discutiendo sobre sabe dios qué, y a mi hermano hablando con un amigo por Skype.
En mi queridísima familia están mis hermanas de cinco años, Nicky y Jenni, gemelas. Mi hermano Mike de diecinueve, mi madre Rosalie, mi padre Jack y yo, Elizabeth.
– Ya veo que el desayuno especial no se repite hoy... –dije poniendo cara de angelito.
– Hoy no es tu cumpleaños así que no hay desayuno especial –comentó Nicky centrada en la televisión.
– ¡Eres vieja! -dijo riéndose Jenni.
– ¡Eh! Que haya cumplido ayer los diecisiete, no significa que tenga arrugas y canas.
– Buenos días, cariño –dijo mi madre dándome un beso en la frente.
– Enhorabuena. Oficialmente este es tu primer día con diecisiete querida hermanita –me dijo Mike con tono sarcástico, dándome un puño en el hombro.
– Por cierto Elizabeth, tu abuela quiere que vayas a verla. Llamó ayer pensando que irías, pero como estabas con tus amigas... –me comentó mi madre.
– Lo sé, lo sé. Me espera mi propina –interrumpí a mi madre y puse cara de felicidad.
– Sí, bueno supongo que sí. Pero creo que esta vez es especial ¿Recuerdas? La abuela tenía muchas ganas de que cumplieras los diecisiete, quién sabe...
– Vale, después iré.
– Bueno, pues yo me voy –gruñó mi madre.
– ¿Qué? ¿Dónde?
– Te recuerdo que aunque tú tengas tres meses y medio de vacaciones, tu madre no.
– Lo siento mamá, lo había olvidado –dije mientras me tumbaba en el sofá.
– No importa ¡Adiós chicas!¡Adiós Mike! La comida está en la nevera Elizabeth, encárgate tú.
Más tarde, Elizabeth subió arriba, y pasó de largo de la habitación de Mike, que mientras jugaba a un videojuego en el ordenador. Cuando de repente recordó algo y retrocedió.
– Mike ¿Cuándo vuelve papá del congreso?
– Creo que mañana por la tarde.
– Ajá... Vale, gracias. Ya puedes seguir jugando con tus cochecitos y monstruos.
– Déjame en paz, pesada.
Cuando por fin se dirigía a su habitación, la puerta estaba entreabierta y consiguió ver apoyado encima de la mesa su libro. Tenía intenciones de leer un rato.
– Toc toc –llamaba a la puerta un pequeño ser.
– ¡¡¿Puedes pintarnos las uñas?!! –le suplicaron al unísono Nicky y Jenni.
– Bueeeeeno, está bien.
Un rato más tarde...
More of you - MoZella.
Estaba plantada delante del armario. No sabía qué ponerse. Siempre lo tiene claro, tampoco hacía falta pasarse, iba a ver a su abuela. Decidida, sacó un vestido verde agua que contrastaba con sus ojos grises. Se calzó sus sandalias marrones. Se maquilló un poco, rimmel por aquí, quita ojeras por allá, no le gustaba maquillarse mucho. Se recogió su suave y castaño pelo en una coleta alta, cogió su bolso, las llaves y se fue.
Ya en casa de la abuela...
Me encantaba esa habitación, de las paredes sobresalían estantes y librerías altas. Estaban repletas de libros. Había incluso escaleras para moverse y encontrar el libro adecuado. Cruzando una puerta que había justo en medio de las librerías, estaba la mesa y las sillas antiguas con tapizado viejo.
– ¿Y cuál ha sido el último? –pregunté a mi abuela.
– " Orgullo y Prejuicio " de Jane Austen.
– Interesante... ¿Tendría que leerlo?
Rolling in the deep - Adele.
– Pues una chica tan lista e inteligente como tú, que vive en Inglaterra, debería de leer esta novela ya que va a estudiar...
– Ingeniería abuela... –la interrumpí enfadada.
– No entiendo nada, desde que eras pequeña siempre te he visto con un libro en la mano, es tu pasión. Te gusta escribir, amas la lectura y la escritura. Lo sé, lo veo en tus ojos –me comentó muy segura.
– Ya... –bajé la cabeza.
– ¿Un simple ya, lo dice todo, no?
– Es difícil. Papá lleva educándome y convenciéndome desde pequeña que debo llegar a ser una gran ingeniera como él. Pero no sé cómo decírselo, tengo miedo –dije asustada.
– Pues debes sacar fuerza y plantarle cara, para que tanto tú como yo estemos orgullosas –me dijo mirándome a los ojos.
– Lo haré, pronto.
– Bueno y ahora, el momento que llevo esperando desde que naciste.
– ¿Qué? –me preguntaba de qué estaría hablando.
Desapareció cantando por las librerías y estantes de la biblioteca. Y regresó con una caja de madera entre las manos, era blanca, pintada a mano con unos adornos color añil.
Cuando abrió la caja, pude ver que en su interior había varias cartas y fotos antiguas en blanco y negro, pero resaltaba una cadena. Era de plata y tenía una pequeña piedra en forma de rombo.
– Este colgante existe en la familia desde hace mucho tiempo. Ha pasado de generación en generación.
– Es precioso abuela. Pero... Un momento, ¿Cómo es que mi madre no lo ha llevado nunca? Porque no se lo he visto.
– Bueno... Se lo enseñé cuando cumplió los diecisiete y dijo que lo guardara para cuando tuviera una hija. Supongo que no le gustó, era su época rebelde –me dijo riéndose.
– Pues es increíble. Espera ¿Mi madre? ¿Época rebelde? Vas a tener que contarme más de esto otro día -dije sorprendida y riéndome.
– Ven aquí, voy a ponértelo.
El colgante resaltaba en la piel tostada de Elizabeth. Cuando su abuela se lo puso, rozó su pelo.
– Cariño, siempre has tenido este pelo tan suave, ¿Recuerdas cuando te hacía las trenzas para el colegio? Eras tan pequeña. Y cuando ibas con tu mochilita y me decías adiós cuando entrabas en clase...
– Sí, me acuerdo –sonrió–. Y cuando me pasaba las horas buscando y rebuscando...
– Libros en la biblioteca -me interrumpió, acabando la frase-. Anda toma, tu propinita –cambió de tema.
– Me lo suponía...
Se abrazaron muy fuerte, Elizabeth le dio un beso en la mejilla y se fue.
ESTÁS LEYENDO
Un simple ya, lo dice todo
Teen FictionLa música, las emociones, las situaciones, los personajes... Siéntete dentro de la historia con cada canción. Elizabeth acaba de cumplir los diecisiete años, ama leer. La lectura es su pasión. Tiene una familia perfecta, un grupo de amigas increíble...