Chapter 6

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Psychasthenia - William Fitzsimmons.

Después de la fiesta, Elizabeth y Ryan, volvían a casa, cuando de repente Elizabeth, decidió ir por un camino distinto, Ryan no se dio cuenta.

- ¿Lo has pasado bien? -pregunté.

- Genial, además tus amigas y Ronald son increíbles -me dijo Ryan.

- Me alegro. Ronald se junta con algunos chicos más, seguramente te los presente. Si queréis más adelante podemos salir todos juntos -dije sonriendo.

- Y... ¿Cómo estás? -me preguntó preocupado, cambiando de tema.

- Bien ¿Por qué lo preguntas?

- Porque desde que apareció ese tal Ian, no has comido ni has pronunciado palabra -me dijo Ryan.

- Bueno... Sí, lo siento...

- ¿Lo siento? No tienes que pedir perdón, Elizabeth, a mí nunca -me dijo muy convencido.

Cuando escuché esas palabras... Sentí un escalofrío, que recorrió todo mi cuerpo.

- Yo... No sé, digamos que se me vinieron a la cabeza algunos recuerdos... -contesté.

- Supongo que es normal...

- Bueno, ya está, se acabó este tema. Ahora mira dónde te he traído -dije sonriendo.

Estaba todo lleno de árboles, se encontraban en el bosque, había un pequeño río que pasaba cerca de ellos, todo estaba lleno de flores, pero por la oscuridad no podían apreciarse bien. Esa noche, no había ni una sola nube. Se podían ver todas las estrellas perfectamente.

- Wow... -dijo maravillado por el sitio.

- Así que un wow... Es raro que no me grites diciendo que por qué te he traído hasta el medio del bosque en plena noche -dije riéndome-. Lo sé, es perfecto... Esta es como mi segunda casa, suelo venir aquí cuando necesito pensar, leer, o simplemente por diversión.

- ¿Cómo lo encontraste? -me preguntó muy curioso.

- Pues... Cuando era pequeña, estaba jugando con mi hermano al escondite cerca del parque. Fui a esconderme entre los árboles, y encontré un camino. Seguí el camino, y llegué aquí. Es mi secreto desde que tengo cinco años. Además no suele nadie por aquí, siempre está tranquilo.

- Es muy misterioso este sitio... -me dijo.

- ¿Querías conocer el pueblo, no? Pues debes sentirte un privilegiado. No a cualquiera le enseño este sitio -dije.

- Así que... ¿Yo no soy cualquiera...? -me preguntó mirándome a los ojos.

Mi corazón estalló, no sé cómo no caí al suelo.

- ¿Qué? No, no... Es broma...

- Elizabeth... -me dijo nervioso.

- Dime... -contesté tímidamente.

- Eres especial.

- ¿Por qué? -pregunté.

- Vamos, mírate... Eres valiente, inteligente, divertida, una persona increíble. Es tu pelo, tus ojos grises, tu cuerpo, tu piel, tus labios... Eres tú...

- No... No me mires más así... -contesté.

- ¿Así cómo?

- Con esa mirada, que me pide a gritos que te abrace y...

Me abrazó. Mi corazón explotó. En ese momento me sentí la chica más protegida del mundo.

- Puedo... ¿Besarte? -me preguntó.

Un simple ya, lo dice todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora