Chapter 9

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- Mi hermano te los prestará ¿Verdad, Mike? -dijo Elizabeth mirando con cara de angelito a Mike.

- Claro -contestó Mike, riéndose.

- Gracias Mike -dijo sonriendo Eddie.

- De gracias, nada -dijo Mike.

- Bueno, nos vamos -interrumpió Elizabeth-. Adiós a todos -dijo saludando.


Falling into you - Isak Danielson.

Mientras Elizabeth y Eddie patinaban por el pueblo...

- ¿Y lo dijiste así sin más, en medio de todos?

- Sí... -contestó Elizabeth riendo a carcajadas.

- Wow, qué valor. Estoy orgulloso de ti escritora -dijo Eddie sonriendo y mirando a Elizabeth a los ojos.

Elizabeth sonrió.

- Gracias. Y para ya de llamarme así. Aún no lo soy.

- ¿Segura?

- Bueno... He empezado algo -dijo Elizabeth tímidamente.

- Lo sabía. Pues si te apetece y quieres... Me gustaría poder leerlo algún día -dijo Eddie muy entusiasmado.

- Está recién empezado... No es muy bueno...

- ¡Ey! He dicho sólo cuando estés segura. Mientras no.

- Vale, prometido.

Los dos habían llegado al final del carril para bicicletas. Así que tenían que bajar unos escalones. Con patines es un poco peligroso.

- Tened cuidado, chicos -dijo un señor que subía los escalones.

Elizabeth, en ese momento vio a Ryan, sentado en un banco. Tocaba. Tocaba la guitarra. Cuando menos lo esperó, sin darse cuenta, se saltó dos escalones y cayó al suelo.

- ¡Elizabeth! -gritó Eddie muy asustado.

-¡Ay! -gritó Elizabeth dolorida.

- ¿Te duele mucho?

- Un poco... Me he doblado el pie, al caer y al apoyar el peso del cuerpo.

Ryan, desde el banco, escuchó y notó que algo había pasado. Despegó la vista de la guitarra. Y lo que vio, le hizo levantarse de un impulso. Soltó rápidamente la guitarra y corrió hacia ella.

- ¡Elizabeth, dios! -gritó Ryan a lo lejos, mientras corría hacia ella.

- Hola... -dijo Elizabeth dolorida.

- ¿Puedes moverlo? -preguntó Ryan preocupado.

- Creo que sí. Duele, pero no es nada grave -contestó-. Bueno... Ryan este es Eddie. Eddie, él, es Ryan.

- Así que el famoso Ryan -dijo Eddie estrechándole la mano.

- Sí... Y tú el famoso Islandés -dijo Ryan bromeando.

- En efecto -contestó Eddie riendo.

Elizabeth reía en el suelo.

- Voy a intentar levantarme -dijo Elizabeth.

- Te ayudo -dijeron los dos al unísono.

- Doble servicio ¡Qué bien! -contestó Elizabeth.

- ¿No habéis traído zapatos? -preguntó Ryan.

Un simple ya, lo dice todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora