3. Hogar dulce hogar.

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Hay casas a diestro y siniestro, todas parecen acogedoras, pero ninguna es como esta. De entre todas las estancias la mía es posiblemente o aparentemente la más grande. Todas están dispuestas a lo largo de una gran calle, unas en frente de otras y esta, mi nueva casa, está al final del camino, donde solo se puede salir girando a la derecha que sigue la carretera. Mi padre para el coche para que vayamos bajando las maletas y todas las cosas que harán de esta, nuestra nueva casa. Mamá y yo bajamos primero y empezamos a sacar todas mis maletas.

Uff, a veces pienso que no tengo ropa o al menos, nunca se que ponerme, pero luego llegan las mudanzas y empiezo a plantearme que no se mirar bien o soy una compradora algo compulsiva. Son 6 maletas grandes solo mías. Pero claro, hay que meter ropa, zapatos y complementos, necesito mucho espacio. 

- ¿Crees que es necesario tener tantas cosas Charlotte?- pregunta mamá realizando esfuerzos mientras baja cada una de las maletas desde el maletero.- Creo que deberías mirar todo lo que tienes, seguro que hay algo que no usas y podrías prescindir de ello, tendrías más espacio, ¿no crees?

- Mamá, ahora esto no.- la verdad es que tiene razón, muchas de las cosas no me las pongo pero, no me gusta eliminar de mi armario las cosas porque basta que algo desaparezca para que quiera usarlo, y sí, ya me ha pasado otras veces.-Sabes que es muy difícil para mi deshacerme de mis cosas, no niego  lo que dices solo lo veo imposible, sabes que luego no me desprendo de casi nada.

- Bueno, en subir mira que no te pones o no te gusta ya y listo, de lo contrario no podrás comprarte más ropa porque necesitarías una casa sola para ti y tus cosas, ¿entiendes?

- Entiendo...- esta mujer sabe como deprimir a cualquiera, pero prefiero pasar de sus preguntas e interrogatorios. Llega mi padre y cada uno coge dos de mis maletas para llevarlas al interior de la casa.

Al abrir la puerta no he podido ni pestañear, es enorme, creo que es más grande que la de Nueva York. Tal vez como está vacía... pero es muy acogedora. El suelo es todo de madera, o al menos la parte de abajo de la casa. El hall es norme, tiene como un gran pasillo ancho con algún que otro mueble decorativo, un espejo sobre él y percheros y lugares donde dejar cosas nada más entrar. Todo recto hasta el final del pasillo se encuentra el salón. Es muy amplio, con una gran mesa para comer, que si tenemos invitados vendrá fenomenal. También tiene dos grandes sofás y dos sillones con una mesita decorativa en medio y justo delante de esto un gran mueble con un televisor enorme. Las paredes están vacías, pero no dudo ni un segundo en saber que mi madre las decorará con millones de cuadros. A un lado de esta estancia hay una puerta que dirige a la cocina, también es muy amplia y de mármol con muchos armarios y cajones para depositar el inventario. Para un amante de la cocina, es el lugar idóneo.

Al salir de allí, he podido apreciar una puerta del mismo color de la pared justo al lado de la del salón, está en la zona del hall y se camufla a la perfección. Mi curiosidad me lleva a abrirla y resulta ser uno de los tres cuartos de baño que tiene este magnífico sitio. No es muy grande, posiblemente sea el de los invitados, consta de un lavabo, un retrete, algún que otro mueblecillo y un gran espejo. Está claro que no va a ser el mío, será el de invitados.

Subo unas escaleras y hy otra planta con tres habitaciones pero.... ninguna es la mía. La habitación del fondo es la de mis padres. Asomo la cabeza para mirar y me deprimo.

- Yo también quiero una habitación así de grande...- las palabras salien de mi boca sin avisar, es enorme, con una cama de matrimonio en el centro y un gran armario empotrado que para la ropa de los dos bastaba.- ¿Me la cambiáis?

- Si insistes...- el hecho de que mi padre me diga eso me preocupa e incluso me da que pensar, pero decido pasar de su comentario y seguir explorando las habitaciones. Dentro de su cuarto tienen un baño, lo se porque me lo han dicho, yo simplemente decido no adentrarme con tal de no deprimirme. 

CINCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora