La cama roza con la parte trasera de mis rodillas, Robert y yo perdemos el equilibrio al chocar con ella y caemos sobre el colchón.
Me besa por todas partes y yo en poder hago lo mismo. Nuestra respiración es agitada, cansada, pero al mismo tiempo intensa.
Poco a poco vamos arrastrando nuestros cuerpos hasta apoyar mi cabeza en su almohada. Besos, caricias y algún que otro mordisco.
Puede parecer raro, pero sin haber llegado a esto en mi vida con Peter me siento fenomenal. Quizá es el chico indicado o que me gusta mucho mas de lo que pensaba.
De repente todo se acelera, él, yo, y nuestros latidos que posiblemente vayan a mil por hora.
¿Será sano?
Mi novio apaga la luz de su mesilla de noche y el interior de su cuarto queda inundado en una oscuridad profunda, negra. Pero al instante para de ser todo tan intenso.
- ¿Que ocurre?- pregunto dudosa sin elevar mucho la voz.
***
- Shhhh... no hagas ruido, creo que he oído una puerta.- no veo a Charlie, todo esta oscuro, pero puedo notar su frustración.
Una puerta se cierra no muy a lo lejos y yo suspiro aliviado.
- Robert, creo que deberíamos irnos a dormir...- las palabras de Charlie me dejaron perplejo después de los minutos anteriores donde parecía no importarle el mundo, el tiempo, ni los ruidos.
- ¿De verdad?- pregunto un poco dudoso por si no quiere o simplemente es por miedo.
- No quiero cortarte el rollo pero, me gustaría ir más despacio, soy nueva en esto, ¿lo entiendes no?- su voz es titubeante, nerviosa, así que me quito de encima de ella y me coloco a su lado.
- No iba a hacer nada que no quisieras, lo sabes, ¿no?- en cierto modo tengo muchísimas ganas, pero nunca he obligado a nadie a hacer nada que no quiera y ella no iba a ser la primera.
Al contrario que yo, Charlie, no ha tenido ninguna experiencia sexual con nadie y como primera vez, debo hacer lo imposible por que se sienta la chica mas querida y relajada del mundo.
- Lo siento..- y apoyando su cabeza en mi hombro, noto como derrama una lagrima.
***
¿Se puede querer tanto a alguien hasta que duela? O mejor dicho, ¿puedes sufrir tanto por miedo a defraudar a alguien a quien quieres? Sí, se puede.
No me gusta llorar en publico, realmente, en general, solo lloro cuando ya no puedo más, cuando me pueden los nervios o el miedo, y al parecer algo de esto me ha dejado así.
Robert sin decir nada, me abraza fuerte y me besa. Es un chico estupendo, y no veo que quiera aprovecharse de mi, al contrario, si no me quisiera ahora mismo estaríamos vete a saber como.
- No llores, no hay prisa y solo puedo prometerte que será especial.- me da un ultimo beso nos ponemos a hablar mas tranquilamente.
Primero nos ponemos el pijama. Aunque el ambiente este un tanto... recalentado, no deja de ser invierno. Después nos introducimos en la cama y finalmente comenzamos a hablar de miles de cosas.
Poco a poco, voy cerrando los ojos mientras él me acaricia el pelo y de repente caigo rendida. Ha sido un día, muy pero que muy intenso.
A LA MAÑANA SIGUIENTE
Abro los ojos torpemente y la encuentro pegada a mi. Está encogida, de lado y yo tengo mi brazo sobre su cintura. Ella sujeta mi mano.
Intentando que no se despierte acudo al baño y en salir de él me la encuentro sentada escribiendo en el móvil.
- Buenos días Bella Durmiente.- digo con algo de sorna.- ¿Has dormido bien?
- Teniendo en cuenta el acompañante que he tenido, ¿tu que crees?- dice mientras separa la vista de su teléfono.
Sin decir nada mas se levanta, se acerca a mi y me besa.
- Buenos días.- añade sonriendo tras separarse de mi.- ¿Vamos a hacer algo? Quiero ver San Francisco, ¿quieres ser mi guía turístico?
- Obviamente sí.- digo entre risas.- Nos vestimos, desayunamos y nos vamos por ahí. ¿Te parece?
Sacude su cabeza y entra al cuarto de baño. Es hora de arreglarse.
1 HORA MAS TARDE
Acabamos de salir de casa y Robert va cargado con una mochila que tiene pinta de pesar.
- ¿Y esa mochila?- pregunto curiosa.
- Es una sorpresa- dice y comienza a caminar.
Por el camino vamos charlando. Él me explica cosas muy interesantes de su ciudad y yo atiendo felizmente.
A los pocos minutos llegamos a un parque. Esta todo lleno de arboles, césped y setos. Todo es muy verde y tranquilo. Yo me reparo en mirar a todas partes. Incluso al sol que en una mañana de invierno luce perfecto. Al girarme hacia mi novio lo veo extendiendo una especie de mantel en el suelo y me acerco.
¿Es lo que creo que es?
- ¡Bienvenida al picnic de sus sueños señorita!- dice a modo de camarero refinado. Básicamente, como le conocÍ.
- Eres idiota.- digo entre risas.- ¿Y esto?
- Pensé que te gustaría un día solo para ti y para mi, lejos de gente, con tranquilidad....- dice preparando todo.- ¡Listo! ¿Comemos?
Me apresuro a sentarme frente a él y cojo algo. La velada pinta interesante.
***
La comida parece haberle gustado y el detalle, yo diría que encantado. Luce una sonrisa que casi no le cabe en la cara. Y mira a todas partes como si le faltase algo por descubrir.
- Robert...- comienza diciendo suavemente.
- Dime, ¿ocurre algo?- pregunto preocupado.
- No, no, está todo genial. Simplemente quería darte las gracias. Eso es todo.- se acerca y me da dos besos, uno en la mejilla y finalmente otro en los labios.
- No ha sido nada, solo quería sorprenderte.- le sonrío.
- Ah, no me refería al picnic, aunque también ha sido un detalle precioso y me ha encantado, lo decía por lo de ayer por la noche.- me quedo mirándola perplejo.
- ¿El qué exactamente?- en estos instantes ando bastante perdido.
- Cuando te vi desnudarte reconozco que me asusté, no sabía si querías hacer algo, si simplemente te ibas a poner el pijama, era todo muy confuso. Luego empezamos con los besos, las caricias, tantas cosas juntas que temía hacer algo de lo que me pudiese arrepentir.- al terminar de oír sus palabras su rostro se ha vuelto algo triste y el mío quizá en cierto modo también.
- No pretendía incomodarte...
- No lo hiciste, solo creo que me quede un poco parada, no se, fue raro. Pero me gustó.
***
- ¿Te gustó?- me pregunta con los ojos como platos y cambiando el rostro.
Uff, menos mal, ya pensaba que la había cagado.
- Sí, nunca pensé que en una situación así estaría tan cómoda. Supongo que es lo que tiene estar completamente enamorada de alguien. Me gustas mucho y me transmites confianza.- hago una pausa y tras ver que sonríe, continuo.- Como bien te dije ayer, soy novata en esto y seguramente debas tener paciencia conmigo. Pero creo que estoy preparada para... bueno...
Me mira raro, sonríe y al segundo, comienza a reírse.
- ¡Oye, esto es serio!- digo intentando poner autoridad o al menos parecer lo más serena posible.
- Cielo, lo primero, no voy a aprovecharme de ti, pero tienes que entender que soy un chico y estabas un poco... provocativa para mi, ¿comprendes?- asiento y sonrío sonrojada.- Y lo segundo, te refieres a que quieres acostarte conmigo, ¿es eso?
De repente, me quedo callada.
¿Lo digo?
ESTÁS LEYENDO
CINCO
Teen FictionSer la nueva nunca fue fácil, cambiar de ciudad, de instituto, de amigos... son muchos factores que condicionan todo. ¿Algo bueno habrá en todo este asunto no? Eso es lo que creía cuando decidí encontrar el lado bueno a todo esto. El problema aparec...