39. Buenas noches.

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Después de una cena muy entretenida y un tanto extraña, Robert y yo decidimos subir a la habitación para estar a solas.

Nuestra primera noche juntos.

Durante el rato que hemos estado en la mesa, mis padres no han parado de hacerle preguntas a mi novio, pero ninguno lo trataba como tal, lo cual me hace pensar que, o no tienen ni idea de lo que somos o van a ser unos padres modernos que no me van a preguntar.

Ayudamos a recoger los platos, a ordenar y demás, y justo cuando me decido a subir el primer escalón, todas mis suposiciones e ilusiones sobre la modernidad paternal que tenia en mi cabeza, se esfuman.

- Charlie, ¿puedes venir un momento a la cocina?- ante la pregunta de mi madre, no puedo decir que no, así que miro a Robert y le digo que vaya subiendo a la habitación sin mi.

- Sí mamá, ya voy.

Al llegar, mi madre está apoyada en la encimera sonriéndome de oreja a oreja.

Ay Dios, ¿qué estará pensando?

- ¿Querías decirme algo mamá?- digo intentando acabar cuanto antes con el asunto.

- ¿Cuándo nos ibas a decir que tienes novio?- pregunta sonriendo.

Genial, es más lista de lo que parece.

Para todos aquellos que no lo sepáis, las madres son mucho más inteligentes de lo que creemos y si no os preguntan lo que piensan, tranquilos, lo saben y lo guardan en silencio hasta que se lo contéis. No se les pasa una, pero es normal, fueron jóvenes alguna vez, se saben todos los trucos.

Respiro hondo ante la pregunta y pienso en que decir, aunque como mentir no me va a servir de nada, simplemente le relato lo que pienso al respecto.

- ¿Cómo lo sabes?- digo finalmente.

Fantástico Charlotte, contesta con una pregunta, claro que sí, para que aún te pregunte más.

- Ya en San Francisco había algo, quedábais e incluso cuando servía la mesa, parecía que solo estabas tú. El nerviosismo de Robert nada mas entrar hoy nosotros en casa, vuestras miradas en la cena y...- me mira y se ríe.- Cielo, te has puesto colorada muchas veces. ¡Con lo difícil que es sacarte a ti los colores y has estado roja toda la cena!- tras decir esto noto como me empiezo a ruborizar, me estoy poniendo tan roja como dice.

- ¿Algo que se te haya olvidado?- le corto tajante.

- No te enfades, es muy buen chico y muy guapo. Es normal. Pero sabes que puedes confiar en nosotros, ¿verdad?- pregunta mi madre preocupada.

- Sí, pero, no sabía si saldría bien. ¿Para que iba a decir nada?- pregunto confundida.

- En esta vida no nos dan un manual de instrucciones mostrándonos que es lo correcto Charlotte, simplemente uno debe hacer lo que le dicta el corazón y ya se verá el resultado.- mi madre finaliza así o eso quiero creer, sin más me despido sin dejar que opine nada al respecto.

- Vale, pues yo ya lo estoy intentando, así que sí, estoy saliendo con él. ¿Me puedo ir ya?- pregunto desesperada por subir a mi cuarto.

- Sí, vete anda que te está esperando.- y con una sonrisa que no se como tomarme, salgo corriendo directa a mi habitación.

No quería decirlo así, pero me gusta tener un apoyo en casa. Además, si lo saben quizá pueda verle más a menudo.

Bien hecho.

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