4. Bienvenida vecina.

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Desde el momento en que han llegado me quedo observando el coche, es elegante y de los caros, sin duda no puedo negar que pienso que son unos pijos ricos y estirados. Van a vivir en la casa más grande de toda la zona, eso no puede permitírselo quien sea, solo gente con dinero.

El coche frena y yo ni pestañeo, ¿quienes serán los nuevos vecinos? Del coche baja un hombre con traje, ahí mis dudas sobre ricachones empiezan a dispararse, aunque sea un atuendo que puede llevar cualquier hombre, su coche me da que pensar. También baja una mujer, supongo que será su esposa, tiene una melena por los hombros, morena y rizada. Ella va sencilla, con un vestido colorido,  quizá no son lo que pienso. 

De repente se abre una de las puertas de atrás del coche y la veo, es una chica y no parece una de las estiradas. Va vestida verdaderamente genial, sin duda si no es rica al menos tiene mucho gusto. No es muy alta, creo que es algo más bajita que yo y es diferente, su pelo es una explosión de color. Negro azabache en la realidad, lo tiene poco más abajo de mitad de su espalda, ondulado, a mitad de melena comienza un degradado de colores en todos azules, verdes, lilas y rosas. Parece una chica muy atrevida.

Veo sus maletas, sin duda es una chica muy presumida, ¡SEIS MALETAS! nunca he visto nada semejante. Iba a ir a visitarla y darle la bienvenida, pero tienen prisa por entrar, así que me quedo aquí, mirando desde la ventana, la verdad quiero conocerla, al fin alguien de mi edad en la calle o al menos cercana a ella.

- Parece que tenemos nuevos vecinos, ¿lo sabíais no?- miro a mis padres y por el gesto parece que sí se han dado cuenta.

- Al parecer tienen una hija un tanto... pintoresca.

- Sí, la he visto por la ventana, y pintoresca ¿por qué? ¿lo dices por el pelo?

- Oh hija, claro que lo dice por el pelo, ¿por qué lo iba a decir sino?- mi madre siempre tan razonable, el caso es que cuanto más hablan de ella, más curiosidad tengo por conocerla.

Acabo de cenar y me dirijo a mi cuarto, estoy un rato mirando los correos que la agencia de modelos me ha enviado.

- ¡MAMAAAAAAA!- grito haciendo que retumbe toda la casa.

- ¿Se puede saber por qué gritas? no son horas hija.

- Me han mandado un correo de la agencia, tengo que ir mañana a hacerme unas fotos, ¿podrías llevarme?

- Vale, pero vete a dormir ya, es tarde. Buenas noches.

- Buenas noches mamá.- me da un beso y se va y yo como el resto del día sigo mirando por la ventana. La nueva vecina duerme en la última planta de la casa, lo se porque es la única estancia con la luz encendida todavía. No puedo dormir así que decido salir a dar un paseo nocturno aprovechando que mis padres duermen. 

Salgo de casa de forma sigilosa para no despertar a nadie y doy una vuelta a la manzana. Cuando estoy llegando a casa la veo, está sentada en el tejado con la mirada perdida. Miro a todas partes y encuentro una piedrecita. Se la tiro y ella la ve pero no sabe de donde procede, tendré que afinar mi puntería.

***

¡CLOP!

- ¿Pero  qué..?- miro a un lado y a otro intentando buscar que es aquello que ha caído sobre el tejado pero no veo nada así que sigo martirizándome con mis profundos pensamientos. Peter.. tal vez Aaron tiene razón y debo esperar unos días a que todo se calme un poco, pero no se, ¿le quiero? ¿me quiere?

¡PLAS!

- ¡AY! 

***

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