33. Mentiras con patas cortas.

32 4 0
                                    

A falta de unos días para el presunto baile no tengo pareja y empiezo a sentirme molesta. Es increíble que las reinas, tras dejar de tener esa excesiva popularidad si tengan, aún siendo odiadas y yo, que voy a buenas con todo el mundo, no haya tenido ni un solo pretendiente.

Ojala Robert estuviese aquí...

Sí, si mi novio no viviera lejos, iría con él al baile y, posiblemente sería el centro de atención. No me gusta serlo, pero si con ello jodo a esas cinco payasas, estaría más que encantada.

Pero esta claro que lo mío no es la suerte.

Camino hasta llegar a la cafetería, donde me esperan las chicas y bueno, Derek, Liam e Ian.

Finalmente Liam dejó de huir como un loco de mi al hacerle ver su querido amigo, que simplemente me sinceré y no iba a ir detrás de él como una obsesa. Yo le reconocí tener novio y al parecer, eso ya le calmó del todo.

Por otro lado está Derek. Durante las últimas semanas lo he ido conociendo en profundidad, es bastante raro, como bien me dijo Helen, pero a la vez me parece muy curioso y gracioso.

En cuanto a Ian, va demasiado a su bola o se centra en conversar con Oddet, pero no parece ir más allá de ello la cosa.

El día es algo aburrido, quizá lo siento así porque veo a todo el mundo feliz menos yo.

Llego a mi taquilla para coger mis cosas, ya es hora de volver a casa. Mi mal humor se palpa en el ambiente. Abro la puerta desesperada y con fuerza sin mirar si hay alguien al lado y sin querer, golpeo fuertemente a Helen con ella.

- ¡Ay! ¿Charlie se puede saber que coño te pasa?- pregunta un tanto alterada por el fuerte golpe.

- ¡Nada, no me pasa nada!- tan pronto como acabo la frase pego un portazo y comienzo a caminar. Quiero llegar a casa y pasarme toda la tarde pendiente de mí y mi novio, solo él me despejará.

- Pues para no pasarte nada, estás un pelín rarita.- dice Aby.

- Venga, sabes que puedes contárnoslo.- se acerca Odd a mi intentando conseguir que hable.

Me giro y las miro, pero sin decir nada sigo caminando y ellas me imitan. De camino a la salida comienzo a hablar.

- Pasa que nunca he ido a un baile y me hace ilusión poder ir a uno con un chico. Pero el chico de mis sueños está en San Francisco, y los de aquí o tienen pareja o pasan de mi. ¿Dónde están aquellos que me llevan hablando tantos días o intentando ligar conmigo? Ellas tienen pareja, y nosotras, nosotras no tenemos nada.- digo triste, cabizbaja y al mismo tiempo, llena de rabia.

- Bueno, aún puedes ir con Helen y Odd. Ese fue vuestro trato.- intenta animarme Aby.

- Sí, de verdad chicas, menos mal que os tengo a vosotras.

Me despido corriendo de todas. Violet me espera en la puerta con el coche, que está en doble fila. Tras varios días sin vernos, mi querida amiga cantarina y yo hemos logrado quedar, aprovechando que hoy a penas tenía clase dos horas en la universidad.

Vi me ha invitado a su casa a comer y yo, he aprovechado la ocasión para desahogarme y contarle mi gran frustración.

- Venga ya, no eres fea, para nada.- dice mirándome como si estuviera loca.- Además a lo mejor no te lo han pedido porque no saben como.

- Vi, estamos a miércoles y el baile es el sábado. Todo el mundo tiene pareja, pero al parecer me toca ir con dos de mis mejores amigas.

- Mejor me lo pones, ¿y lo bien que te lo vas a pasar?- mi amiga intenta animarme pero no hay manera.

CINCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora