42. La última prueba.

31 4 0
                                    

- ¡Charlie!- exclama Oddet poniéndome, aún, más nerviosa.

- ¿Qué? Lo intento, lo juro que lo intento pero no me salen las palabras.- intento justificarme pero no se si terminan de entenderme.

- Odd déjala, no la agobies más, para ella es difícil.- Helen intenta que me tranquilice, pero aun así sigo pensando que eso de cantar ante gente va a ser imposible.

Me siento en la cama de Violet mientras mis queridas amigas comentan mi miedo y que hacer.

- ¿Estás bien?- Violet se sienta a mi lado y me agarra una mano.

- No, no se como vamos a hacer esto, si no soy capaz de cantar delante vuestra, ¿cómo voy a cantar delante de gente? Ni siquiera tengo que teneros en frente, cantáis junto a mi y las palabras no me salen.- agacho la cabeza intentando buscar algo bueno de esta situación pero no lo consigo.

- Estás bajo mucha presión, pero no hay prisa, se trata de vencer un miedo y pasarlo bien. Yo te ayudaré. Te lo prometo.- como de costumbre, la más cariñosa de mis amigas intenta animarme y con un abrazo y un fuerte beso en la mejilla me pone en pie para volverlo a intentar.

Esta vez coge un pañuelo negro y nos obliga a todas a sentarnos sobre su cama.

No se por que, me da a mi que ese pañuelo tiene que ver conmigo.

- Lo primero que vamos a hacer es dejar de presionar a Charlie, ¿de acuerdo?- dice mirando fijamente a todas.

- Sí...- las otras tres responden arrastrando sus palabras y ella automáticamente continua con su charla.

- Ahora llega el turno de Charlie.- su mirada se clava en mi y eso me preocupa, espero que no sea algo raro.- Siempre que cantas estás sola, o cuando crees que nadie te mira, ¿no?- asiento ligeramente y ella sonríe.- Bien, pues te vendaremos los ojos por el momento, si no nos ves, para ti, no existimos. ¿Podrás cantar así?

Siempre que mi madre me ha oído cantar ha sido a través de la puerta de mi habitación. Nunca me he atrevido a hacerlo delante de ella, y aun sabiendo que las puertas no eclipsan mi voz y que está pegada a ella para disfrutar de esta, no me impide cantar. Solo si la abre.

Mmm, puede que funcione. Muy ágil.

- Sí, creo que podre.- seguidamente, se acerca a mi para ponerme el pañuelo sobre los ojos y sin decir nada, pone la música.

EN CASA

Aún no me lo creo, he conseguido cantar delante de ellas. No solo en grupo, a solas también.

Realmente ha sido como si no estuviesen, vamos, tenía el pañuelo en la cara. Pero algo es algo, ¿no?

Tras darle la noticia a medio mundo, me ducho, me pongo mi pijama y me dispongo a cenar.

- ¿Crees que perderé el miedo?- le pregunto a mi madre de repente.

- Claro que sí. Solo tienes que confiar en todo lo que puedes hacer y lograr. Has podido con cosas peores, solo es cuestión de ir soltándose.

- El problema es que si me miran...- mi madre me interrumpe a mitad de frase con tal de que no repita siempre lo mismo.

- Cielo, no es algo que se pase de un día para otro. Solo es cuestión de tiempo.

Y sin más, decido acabar de hablar del tema y subo a mi cuarto para reflexionar sobre todo lo ocurrido.

Me tumbo en la cama y miro al techo. Suspiro. Y en ese mismo instante mi móvil comienza a vibrar.

Hola cielo.

Digo retorciéndome por el colchón.

Hola preciosa, ¿qué tal con tus amigas?

La pregunta de Robert me deja pensativa por un instante.

Muy bien, he conseguido cantar con los ojos vendados pero...

Paro en seco, realmente he logrado más de lo que esperaba conseguir, pero no lo que pretendía.

Cielo, tranquila, es un buen comienzo. Dentro de poco cantarás para mucha gente, espero que me des un concierto a mi en solitario.

La proposición de mi novio me sonroja pero accedo.

Eso está hecho.

***

No sabemos que hacer. La única manera de oír su voz es que no vea nada y no queremos que se quede ahí atascada para siempre.

- Charlie, no llores mas por favor, me estás poniendo nervioso.- miro a mi mejor amiga, ya desesperada, sin saber como hacer nada.

- Se que no sirve de nada pero no entiendo por que tanto miedo.- sus palabras nos hacen rompernos un poco por dentro. No queremos verla mal, pero tampoco podemos hacer mucho mas de lo que ya estamos haciendo.

De repente, esa bombilla que creí que nunca se encendería en este tema, ha conseguido iluminarse.

- ¿Y si cierras los ojos?- Charlie se seca las lagrimas y me mira extrañada. El resto de sus amigas giran sus cabezas para ver que es lo que digo a continuación.- Quiero decir, cierra los ojos y cántanos. Luego los abres y a ver que tal.

Al parecer la idea les gusta, así que por probar no perdemos nada. Bueno, perdemos si no funciona, porque esta noche les toca cantar.

Sí, aunque parezca una locura, pensaron que ya sería capaz De hecho, ha pasado tiempo, pero nada.

- Bueno, ¿estás lista?- le pregunto y ella, con los ojos cerrados asiente.

La música comienza a sonar.


CINCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora