45. La familia.

31 3 0
                                    

A penas quedan minutos y aún no me creo que esté por las calles de San Francisco, llegando a la casa de mi querido novio.

Mi padre conduce en silencio y yo miro por la ventana mientras escucho música en mi móvil

1 Mensaje Nuevo

Hola cielo, ¿por dónde vas?

Robert me pregunta y el corazón se me acelera de manera exagerada. Acto seguido me quito un auricular y procedo a preguntar a mi padre.

- ¿Papá por dónde vamos? O al menos, ¿cuánto nos queda?- mi padre contesta sin quitar la cara de la carretera.

- Dile a Robert que nos quedan unos diez minutos.

Asiento y sin perder el compás de la música, me vuelvo a colocar mi auricular y le respondo.

Dado a que llego bastante pronto, mi novio ha decidido recogerme en un punto de encuentro e ir a su casa paseando para que estire las piernas tras unas horitas de viaje.

De repente veo de lejos un parque.

¿Será ese en el que hemos quedado?

Sí, lo es, ahí está. Tan guapo como siempre. Lleva unos pitillos negros rotos, unas vans del mismo color, una camiseta básica blanca y una camisa desabrochada encima a tonos rojos y negro, tipo leñador.

El pobre mira hacia todas partes, se toca la nuca y se muerde el labio varias veces.

Está nervioso, que mono.

De repente divisa a mi padre, el cual le saluda con la mano y comienza a aparcar. Yo, por otra parte, intento que me encuentre en el asiento de atrás y, consiguiéndolo, me sonríe.

El coche para sus motores y mi padre abre desde dentro el maletero. Robert, muy caballeroso se acerca para ayudar con el equipaje y yo, de mientras, abro la puerta.

- Es solo un fin de semana, ¿te lo dijimos no?- dice mi padre al mirar de nuevo mis tres maletas.

Una es de un tamaño normal para la ropa, otra algo más pequeña para los zapatos y complementos y un neceser que por su tamaño, podría ser una bolsa de mano.

- Papá necesito mis cosas.- me quejo cual niña pequeña y mi novio se ríe ante semejante situación.

- Bueno, espero que tu familia tenga espacio, sino no se donde vais a meter a mi hija y tanta cosa.- dice bromeando.

- Tranquilo, cogerá.- dice Rob agarrando dos de mis maletas.

- Bueno hija, pórtate bien y disfruta.- me da un beso en la mejilla y se mete en el coche de nuevo.

El coche comienza a arrancar y saludándonos con la mano echa marcha atrás para meterse de nuevo en la carretera. Baja la ventanilla y añade.

- Ya hablamos para cuando venga a recogerte. Te quiero.

Le saludo con la mano y le sonrío.

El coche comienza a alejarse y ambos miramos hacia él hasta que comprobamos que ha desaparecido.

Al fin solos.

***

Es un hombre muy simpático y me cae genial, pero estaba deseando que se fuera.

No seas mala persona, es tu suegro, yo de ti no jugaría con fuego.

Mi cabeza piensa cosas que no suelo, pero verla aparecer y no poder besarla me mata.

Una vez alejado lo suficientemente el coche, Charlie comienza a hablar.

- Al fin solos.- y a mitad de un suspiro suyo, mi boca ya estaba sobre la suya.

Mis manos sostienen su cara, mis dedos se enredan en su colorido pelo y ella, cuando comienza a reaccionar rodea mi cuello con sus brazos y se acerca más y más a mi.

Tras semejante beso, me mira sonriente sin soltarme.

- Te quiero.- y sin esperarlo me vuelve a besar.

Esta vez no es tan largo ni tan intenso, mas bien es un beso casto pero dulce.

- Y yo.

Ambos nos soltamos y volvemos a agarrar las cosas. Miramos a todas partes, suspiramos a la vez y comenzamos a caminar hacia mi casa.

Durante el trayecto le hablo de mi familia, le hago reír como puedo y me siento la persona más afortunada del mundo, aún estando algo lejos.

¿Se sentirá igual que yo?

***

De repente, llegamos a una casa similar a la mía por fuera, aunque algo más pequeña. La suya solo tiene dos pisos, pero parece muy acogedora.

Con nervios por todo mi cuerpo me posiciono tras él mientras abre la puerta.

- Hola familia.- vocifera por la casa.

- Hola chicos.- de repente, por el pasillo, aparecen una mujer de la edad de mi madre aproximadamente y una niña. Su madre y su hermana.- Oh que chica más guapa.

La mujer me da dos besos y yo sonrío ante su halago.

- Me llamo Macy- dice la madre feliz.- y ella es Lenna.

- Encantada.- digo mientras beso a su hija.

- Bueno, pasad, pasad, no os quedéis en la puerta. Robert ayúdala con las cosas, que se instale. Charlotte, siéntete como en tu casa.- sin decir nada les sonrío y sigo a mi novio por las escaleras.

En la primera planta está su habitación y la de su hermana y abajo, la de sus padres.

Tiene un cuarto algo más pequeño que el mío. Pero su cama es del mismo tamaño.

Abre el armario y en él, hay un gran vacío. De repente me mira y sonríe.

- No te quejarás, te he dejado sitio.- le sonrío y le abrazo.

Mientras hablamos, deshago mis maletas y ordeno las cosas.

2 HORAS DESPUÉS

- ¿Todo bien?- pregunta su madre mientras coloca la mesa.

- Sí, todo en orden mamá. Ya está todo en su sitio.- dice Robert.

- Bueno chicos nosotros vamos a cenar ya. No se si te lo habrá contado mi hijo, pero mi marido es chef, así que poco lo vas a ver por casa.- dice la mujer mientras mira por donde empezar a comer.

- Sí, me lo comentó y bueno, es entendible, es un trabajo de muchas horas.- digo y continuo comiendo mientras sigue la charla.

La cena transcurre entre conversaciones, risas y algún que otro asombro. En acabarnos el plato, Robert dice de ir a su cuarto ya, utilizando como excusa que quizá estoy algo cansada por el viaje.

Le miro a los ojos y más o menos, entiendo que me quiere decir, así que finjo estarlo y le imito.

- Bueno guapa, que descanses y tu también hijo.- su madre, tan encantadora como desde un principio nos da las buenas noches.

- Adiós chicos, que descanséis.- dice su hermana poco después.

En llegar a la habitación me siento en la cama y él, sin decir nada, empieza a quitarse la ropa.

Ay... Dios... mío...

CINCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora