4. Familia.

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Victoria fingió que no le había tomado la mano y caminó hasta su apartamento, lo invitó a pasar pero Cameron dijo que tenía que ir a su apartamento primero así que solo entró. Su abuela estaba en la cocina haciendo la limpieza, Victoria pasó y le besó la mejilla antes de ir a cambiarse. Ahora que veía a Cameron todas las tardes, se ponía sus jeans más bonitos y blusas de hecho limpias y planchadas para estar en casa. Si su abuela lo había notado no dijo nada al respecto, pero probablemente lo había hecho, a veces la miraba y se reía y Victoria tenía la sospecha de que ella creía que había algo más entre Cameron y ella.

Cuando terminó de ponerse su camisa, su abuela abrió la puerta.

—Victoria, Cameron me dijo... bueno, me medio dijo que quiere verte —dijo Virginia dejando pasar a Cameron a su cuarto, un lugar en donde él nunca había estado y que miró con curiosidad al entrar, Victoria no pudo evitar sentirse avergonzada—. Voy a estar en la sala viendo televisión, quiero la puerta abierta ¿entendiste? —le dijo con detenimiento y seriedad.

—Sí —susurró apenas Victoria asintiendo.

—Bueno —Virginia miró a Cameron—. Ay, a ti no te entiendo, no te voy a decir nada —se rió y salió de allí, caminando hasta la sala y dejando la puerta del cuarto abierta, no podía ver hacia adentro desde la sala pero aun así Victoria la empujó levemente como quien no quiere la cosa.

Cameron le sonreía y traía una mochila colgada del hombro mientras miraba la colección de peluches que Victoria tenía sobre las repisas en la pared y los dibujos que hacía pegados detrás de la puerta, su cama con sábanas de Piolín y la puerta de armario con stickers de todo tipo adheridos a ella. Victoria trató de ignorar que estaba en su habitación y que se sentía tan pequeña delante de su presencia, no es que el espacio fuese muy reducido pero se veía más grande en los espacios cerrados. Sus ojos se veían más azules con la luz que venía de la ventana contrastando con el blanco de las paredes. Podría mirar esos ojos siempre, eran los ojos más bonitos que nunca había visto.

—¿Qué es? —le preguntó apuntando a mochila que traía.

—Quiero enseñarte —dijo él quitándose la mochila del hombro y poniéndola sobre la cama—. Me siento... —apuntó hacia la cama.

—Sí, siéntate —ella asintió y se subió a la cama cuando él se sentó en el borde, ella se acomodó a su lado con las piernas cruzadas.

Cameron sacó una lujosa y demasiado delgada laptop de su mochila, con el logo de la manzana, una cosa que Victoria creyó que solo llegaría a ver en la televisión y que dejaba muy abajo a su gruesa HP que le había regalado su tío la navidad pasada. Él la abrió y la encendió, dejando la mochila a un lado.

—Te enseñaré... familia —dijo él.

Victoria asintió comprendiendo.

Hacía unos días ella le había mostrado álbumes de fotos familiares y le había hecho una exposición con mímica hacer de su árbol genealógico. Luego ella quería que Cameron le enseñase a su familia, él dijo que después. Ahora estaba allí, aparentemente buscando en un archivo de fotos, Victoria se levantó de la cama y fue por su mochila, sacó dos paquetes de Cocosette* de ella y le tendió uno a Cameron volviendo a su lugar. Él lo tomó y lo miró con curiosidad.

—¿Qué es? —preguntó con curiosidad.

Ella negó con la cabeza y abrió el paquete, sacando una de las dos larga galletas, ella partió una por la mitad y Cameron abrió la boca, ella se lo dio y él lo masticó lentamente saboreando la galleta. La miró sorprendido y volvió a abrir la boca, ella puso en su boca la otra mitad.

This is delicious... (esto es delicioso) —murmuró él negando con la cabeza y cerrando los ojos mientras aun masticaba—. I love it, Vic (lo amo, Vic) —le sonrió encantadoramente.

Solo para bilingüesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora