—¿Beso? —Cameron la miró estupefacto.
—Sí, beso —ella se acercó, hablando en voz baja—. Mi primer beso.
—Tú —él la apuntó a ella— quieres que yo —se apuntó a sí mismo— te beso —frunció los labios en un beso al aire—. Beso, el primero... para ti.
—Sí —ella asintió apenada, bajó la cabeza y se miró las manos—. O sea, discúlpame que sea tan abusiva y que te lo pida así de sopetón, pero es que se me ocurrió que... aquí los chamos me dan asco ¿Entiendes? Y no quien que ninguno se me acerque pero tú eres diferente, no sé si es porque eres de allá de donde tú eres o... yo no sé para qué me molesto si no me estás entendiendo —se golpeó la frente con una mano y sacudió la cabeza—. ¿Sabes qué? Olvídalo, es una idea loca mía que nada que ver.
—Vic —ella sintió el toque de Cameron en las manos, quitándolas de sobre sus ojos para mirarla, él estaba sonriendo; Victoria ya no sabía que era lo que había entendido o no—. Sí —dijo asintiendo rápidamente—. Yo te doy beso, no problema ¿Ok? Yo me encargo.
—Ay ¿sí? —ella rebotó en el colchón y lo abrazó inmediatamente tan fuerte como pudo, él la recibió tan gustoso entre sus brazos que a ella le costó que la soltase—. Gracias, de verdad, Camarón —le dijo cuándo la soltó al fin, él la miró a los ojos y bajó su cara buscando sus labios pero ella puso una mano sobre sus labios impidiendo tocarla—. ¡Frena tu caballo, que no estoy lista aun! —le exclamó dejándolo asombrado—. No aun, Camarón, no ahorita.
Él quitó su mano de su boca y puso la suya sobre la mejilla de Victoria frunciendo el ceño de repente.
—¿Entonces cuándo? —interrogó apretando los labios, Victoria tuvo que alejarse porque comenzaba a sentirse abrumada por la manera en que la miraba.
—Cuando mi abuela no esté en la casa o en un lugar donde estemos solos ¿Me entiendes?
Cameron asintió.
—Solos, no abuela en casa, sí entiendo.
—Bueno... —Victoria se rascó la nuca y se volvió a mirar las manos con un nerviosismo que Cameron estaba notando— ¿No piensas que es raro?
—¿Raro? —Cameron frunció el ceño—. Mmh... no, raro no. Tú quieres beso, yo te doy beso, solo... está bien para mí.
—¿Por qué? —ella frunció el ceño y ladeó la cabeza al preguntar.
Él le colocó los dedos debajo de la barbilla y le besó la frente.
—Porque eres hermosa, Victoria.
Él lo dijo, ella no estaba loca ni lo había entendido mal; él le había dicho que era hermosa. Eso jamás se le iba a olvidar; ni como sonaba esa frase con su acento, ni cómo se veía cuando se lo había dicho ni el día ni la hora. Era el primer muchacho que le había dicho tal cosa, al menos de una manera buena y respetuosa que a ella no le provocaba ganas de correr lejos de él. Quiso no estar sintiéndose tan atraída hacia él en ese momento, quiso darle vuelta atrás a su petición inmediatamente porque Victoria podía no entender el inglés, pero entendía perfectamente que él tenía que irse en algún momento y ella no iba a ir con él.
Él se fue ese día con la promesa de un beso cuando estuviesen solos; pero al parecer el destino no los quería a solas esa semana. Todo el mundo se interpuso; desde Eliana y Miguel jalando a Victoria de aquí para allá con cosas de la escuela que tenían atrasadas hasta, a su abuela le había dado por quedarse en la casa varias tardes seguidas durante dos semanas y apenas podía ver a Cameron en el pasillo y en planta baja, donde cualquiera podía verlos si lo intentaban. A él ya se le había hecho una costumbre preguntar "¿Cuándo?" y ella sabía lo que significaba. Odiaba tener que decirle "después".

ESTÁS LEYENDO
Solo para bilingües
HumorVictoria Sandoval no sabe ni cinco de inglés. Cameron Lawrence no sabe hablar español maravillosamente. La primera vez que Victoria y Cameron hablan el traductor Google los hace parecer Tarzán en frente del otro, pero eso no impide que ambos desa...