Solo para bilingües

22. Amenaza.

N/A: Este capítulo es desde el punto de vista de nuestro Camarón pero para no poner los diálogos en inglés están traducidos directamente, bah, como una novela normal, já. 

Es corto, lo sé, no me juzguen. 

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Cameron estaba feliz de estar de vuelta en Seattle; había extrañado a su familia como loco pero tal vez no tanto como extrañaba a Victoria. Tal vez porque podía estar lejos de su familia sabiendo que de alguna manera siempre estaría conectado a ellos, porque había vivido con ellos toda su vida. Pero en los meses que estuvo en Venezuela, lo que tuvo de Victoria no parecía suficiente para todo un año, ni siquiera para dos. Por eso le pidió matrimonio... porque de todas las veces que creyó estar enamorado, nunca se sintió como con Victoria. Tenía que haber una diferencia, él no podía estar loco. 

Ya llevaba poco más de un mes en Seattle y se había acostumbrado de nuevo pero nunca fue tan incómodo dormir sin saber que no iba a poder ver a esa chica a la que amaba a su lado cuando despertara. Todo los días la veía a través de Skype, se contaban todo lo que pasaba a su alrededor mientras no estaban. Victoria por fin había recibido los resultados de la prueba genética y se lo había contado con un emocionado mensaje que ponía "CAMAROOOOoooOOOooon SOY LA HIJA DE MI PADRE". Él estaba feliz por ella hubiese querido estar ahí para verla ser feliz.

―¿Y cómo está tu padre? ―preguntó su madre ese día mientras cortaba vegetales.

―Muy bien, hablé con él hace poco y dice que me echa de menos, ya sabes, él no pasó tanto tiempo como hubiese querido conmigo, él... trabaja mucho, de no ser por Victoria me hubiese perdido mil veces ―él negó con la cabeza.

―Victoria, Victoria... ―su madre suspiró―. Ya quiero conocerla.

―Ya quiero que la conozcas ―Cameron suspiró―. Es la persona más humilde y generosa que jamás conocí, es un poco brusca y está algo loca pero me encanta todo eso, incluso con lo mucho que grita.

―Suena como una auténtica latina ―Jackie rió―. Sabes, tu padre... era mi tutor de español en la secundaria.

―Oh, esa historia... ―Cameron rió cubriéndose los ojos con las manos.

―¡Estábamos muy enamorados! ―su madre sonrió―. Me da gusto que ustedes se atrevan a ir más allá... porque definitivamente no es fácil casarse a tu edad y sé que la van a pasar difícil, la vida no es color de rosa, eso lo van a aprender pronto pero en la vida, Cameron, si uno no se arriesga no gana... ¿Esto es lo que tú quieres? ¡Bien, adelante, hazlo y sé feliz! Pero ni por un momento pienses que no habrá sacrificio de por medio ―su madre lo apuntó con un cuchillo―. No es que te sermonee, hijo, pero tú y esa muchacha tienen que aprender lo duro de la vida y tal vez haciendo esto que no lo hace todo el mundo, aprendan algo el uno del otro y de sí mismos.

―Jamás pensé que iba a ser fácil ―Cameron suspiró―. Pero no iba a perderla, mamá... ¿Sabes a cuantas chicas he conocido? He conocido chicas maravillosas pero ninguna se compara con Victoria, mamá, ninguna... ¿Tengo realmente que cuestionarme que quiero pasar el resto de mi vida con Victoria solo porque alguien lo dice? ―resopló, visiblemente exagerado―. Sé que no será fácil... ya no es fácil.

―Lo siento, cariño ―ella se acercó y besó su mejilla.

El timbre sonó.

―Son Lois y Hope ―dijo su madre al dirigirse a la puerta.

―¿Por qué invitaste a Hope? ―él rodó los ojos.

―No lo hice, Lois dijo que ella insistió en venir ―su madre hizo una mueca―. Ve, escóndete, le diré que no estás.