29. Lo logré.

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Ambos viajes resultaban tener la misma fecha.

Uno más temprano que el otro pero no habría una chance de un encuentro para salvar el dia.

Aquel día Francisco Duarte, el primo de Cameron y vecino de Victoria descansaba boca abajo cómodamente en la cama de su tío en su apartamento. Era mucho más cómodo vivir allí que con su madre para él, todo era comodidad. Pero su celular sonó y él entre dormido y despierto lo tomó, entrecerrando los ojos revisó sus mensajes: era Cameron.

Una nota de voz de Cameron.

Rodó los ojos pero la reprodujo de todas maneras.

»Fran, perdón por no haberte dicho antes pero voy a Venezuela ahora, tengo que hablar con ella en persona... dile a papá, Dustin viene conmigo, estamos subiendo al avión, espero que tengas algo de comer para cuando llegue, llegamos más o menos a las seis y algo de la mañana... ah y Dustin quiere que presentes algunas amigas a él «

Lo primero que Francisco pensó fue; sigue hablando como la mierda el español.

Lo segundo: tengo hambre.

Lo tercero: Beatríz me dejó en visto.

Y al fin: MIERDA, VICTORIA ME DIJO QUE SE IBA A VERLO HOY ¿QUÉ HAGOOOO?

—Mierda, mierda, mierda, mierda... —decía mientras trataba de encontrar su ropa por la habitación—. ¿Qué hora es? —miró el reloj, eran las seis—. ELLA SE VA A LAS CINCO, VICTORIA NOOOO...

Francisco corrió para ponerse la ropa y por eso salió con la camisa al revés del departamento, intentando llamar a Victoria pero su celular parecía estar apagado o fuera de servicio. Por suerte se encontró a doña Virginia en planta baja. La tomó por los hombros alarmandola un poco.

—¿¡Victoria ya se fue!? —interrogó totalmente acelerdo.

—Su papá na acaba de venir a buscar ¿Que tienes, hijo?

—Cameron viene y ella se va... ¡No se van a encontrar! —le explicó lo más rápido que pudo para después echar a correr.

Olvidó que había dejado las llaves de su auto arriba así que tuvo que ir por ellas y casi diez minutos después se fue. Había un tráfico terrible que tenía al pobre Francisco tirándose del cabello, él estaba convencido de que no iba a lograrlo pero aun así siguió intendo hasta logró avanzar. Cuando llegó al aeropuerto intentó seguir llamando mientras la buscaba por todas partes.

—Por favor, por favor, por favor... —Francisco suspiró—. Exijo ser el padrino, porque coño... ¿¡Victoria!? —un alivio recorrió su pecho al escucharla contestar su celular—. ¿¡Sigues en Venezuela!?

—Sí y te estoy viendo ¿Pero tu te viste en un espejo antes de salir? Parece que te escapaste de Barbula.

Francisco volteó para encontrarla a unos cuantos metros de él. Sintió que todo volvía a su equilibrio cuando por fin se acercó, estaba haciendo una fila ¡El único momento en que una larga fila le había resultado buena!

—Por Dios... —dijo él cuando llegó a su lado—, casi me da un patatús... ¡Victoria, no te puedes ir!

—¿¡Pero que dices, loco de rancho!? —ella estaba parada detrás de una señora con tres niños y delante de un hombre con cara de amargado, detrás de ella se encontraba su padre.

—¡Que Cameron viene! —exclamó y luego sacó su celular—. Escucha —puso la nota de voz para ella.

Por alguna razón los ojos de Victoria se iluminaron y luego se llenaron de lágrimas. Ella empujó a las personas saliendo de la larga fila. Su padre la siguió con cara de mortificación.

—¿Viste? —Francisco dejó caer sus brazos pesadamente.

—Viene a verme —hizo un adorable puchero entre lágrimas hacia César.

—Si no se casa contigo lo mato, Victoria —el hombre marcó en un celular algún número y esperó que alguien atendiese su llamada—. ¿Señor Luis Montoya? Sí, soy yo, mire... necesito otro favor.

—Conozco a Cameron, le va a devolver el dinero —afirmó Francisco.

—Más le vale, porque si no se casa con mi hija y encima me hace gartar plata le voy a hacer una vasectomia improvisada —sentenció César antes de alejarse para hablar por teléfono.

—¿¡Qué hora es!? —interrogó Victoria totalmente alarmada mirando el reloj de su celular—. ¡Dios, debe estar llegando, son las seis y media!

En ese momento Francisco recibió un mensaje de Cameron.

«Ella está aquí, los estoy viendo».

—Lo logré —suspiró el chico.

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N/A; JIJIJI ¿Ven que son exageradas? No , la vaina dramática y tal. Bajenle dos.

Bueeeeno, aun hay cosas que aclarar 7u7 todavía no hay que confiar en mamá Ross.

Lo bueno: se acabaron los capítulos cortos, ya volvemos a lo habitual (cuando más de mil palabras son lo habitual).

Eso es todo por ahora, jeje.

Los amo (no me crean), Ross out.

Solo para bilingüesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora