—Entonces no se casan —Miguel a afirmó cruzado de brazos.
—Y yo que me había comprado un vestido bien caro para la boda —resopló Eliana—. Y me queda sexy —aseguró.
—Le queda sexy —corroboró Miguel con mucha convicción.
—No sabemos... —Victoria se miró las manos con nerviosismo—. Él quiere quedarse aquí pero yo digo que... ¡No sé! No sé que hacer.
—Ve con él —dijo Eliana en voz baja—. Jamás vi a dos personas que hicieran tanto por estar juntos, yo le dije a Miguel que si aguantaban el año eso no duraría.
—Es, verdad, me lo dijo —Miguel asintió.
—Vaya fe que nos tienes —Victoria hizo una mueca.
—No es eso, es que... si soportaban un año entero, incluso más de seis meses sin el otro ya estarían resignados a una constante ausencia y cuando volviesen a verse las cosas no iban a ser igual —Eliana se encogió de hombros con una sonrisa triste en la cara—. Una pareja que va a casarse debe pasar tiempo junta, acostumbrarse a compartir su vida, cambiar sus rutinas para que coincidan con la del otro, Victoria... y creo que aunque sea un reto para ti, debes ir con él, tú ya conoces este país y lo amas pero... ¿Cuál es la aventura en todo eso? ¿No te gustaban los retos? Amar a Cameron es un reto, ahora cumplelo como se debe.
—Cuando pareces Alfonso León hablando de la vida y el amor yo me pregunto que fue lo que vi en ti ¿Qué me gustó tanto de la Telenovela andante? —interrogó Miguel haciendo una mueca con la boca y negando con la cabeza.
—Sí, bueno, te lo voy a recordar más tarde —dijo Eliana alzando la barbilla.
—Bueno, me callo —susurró Miguel.
Victoria sonrió mirándolos y suspiró porque sabía que su amiga tenía razón. Ella amaba su país pero Cameron ya había pasado mucho tiempo lejos de sus costumbres y ella poco sabía de todo lo que ocurría en Estados Unidos, como era la vida allí, peor o mejor ella tenía la meta de algún día ir y que Cameron le enseñase todo lo que hasta ahora le había contado. Era lo justo. Ella le había enseñado sus costumbres, su cultura y todo lo que le gustaba pero ¿Qué sabía de las cosas que hacía en Seattle? No solo quería escuchar sobre ello, quería verlo, quería ser la alumna por primera vez.
—Eliana tiene razón —Miguel interrumpió sus pensamientos—. ¿Qué harás aquí? No estás trabajando ni estudiando y sé que es difícil dejar a tu familia y a nosotros, claro pero... no es como que no nos volverás a ver, ya mismo estábamos ahorrando para ir a visitarte cuando se vayan y... no es como que nunca vas a volver —él alargó el brazo para limpiar una lágrima de su rostro—. Venezuela te perdonará tu ausencia, creeme que va a estar aquí siempre pero Cameron no, no puede esperar toda la vida por ti.
—Aunque todos sabemos que él diría que sí —Eliana murmuró—. Él accedió a quedarse pero... ¿Es realmente lo que quieres?
—Y el hombre vino hasta aquí para recuperarte —le recordó Miguel.
—En cambio tú ibas a ir con él para terminarle en la cara porque te acobardaste —continuó Eliana.
—Cuando lo dices así suena como si él te quisiera más a ti que tú a él ¿No lo crees? —sopesó Miguel.
—¡No, yo lo amo! —reclamó Victoria.
—Menos palabras, más acciones —dijo Eliana.
—¿Ustedes me están echando? —preguntó Victoria frunciendo el ceño.
—Para nada, no va a ser lo mismo si te vas, tú eres nuestro complemento pero estamos pensando en lo que tú quieres —afirmó Eliana.
—Porque te conocemos —concretó Miguel—. Tú quieres irte con tu gringo y ser feliz en el imperio yankee, pero tienes miedo y estás acobardandote por todo lo que la gente dice.
ESTÁS LEYENDO
Solo para bilingües
UmorismoVictoria Sandoval no sabe ni cinco de inglés. Cameron Lawrence no sabe hablar español maravillosamente. La primera vez que Victoria y Cameron hablan el traductor Google los hace parecer Tarzán en frente del otro, pero eso no impide que ambos desa...