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Aún sentía sus labios sobre los míos, cálidos y suaves en el rápido tacto que hizo.

Oh Dios, Michael, vuelve y hazlo una vez mas.

Que vergüenza verle de nuevo.

¿Y si sólo se había equivocado? ¿y si realmente quería besar mi mejilla?

Repito: Que vergüenza verle de nuevo.

Quiero contarle de esto a alguien, pero estoy sola, no tengo a nadie, por mas deprimente que suene.

Por estúpida.

Lo tengo a él ahora, ¿no?

Tengo esperanzas en no correr la misma suerte con él.

Michael...

Su nombre es como todo lo cursi que hay.

Yo estoy siendo demasiado cursi.

Suelto un suspiro y vuelvo a lo mio, y no me refiero a tocarme los labios.

Me refiero a sufrir por ser mujer.

Siento mis piernas pesadas, como si acabara de correr una maratón muy larga, pero sólo me he levantado hacia el baño hace mas de una hora. No quiero moverme, se que si lo hago esto no terminará bien. Soy un zombie, no puedo hacer mas que pestañar pesadamente cada segundo... Y tocar mis labios con los pensamientos idiotas.

Tres episodios y medio de How I met your mother después, el golpeteo de la puerta rebota contra mis oídos y, sabiendo quien los provoca, no me molesto en levantarme.

No puedo hacerlo.

Voy a morir.

Pero quiero hacerlo, casi tanto como quiero que esto termine pronto.

-Estaba golpeando la puerta.- entra a mi habitación con su ceño fruncido.

Lo miro débilmente, luego vuelvo mi vista a la televisión y de nuevo regreso a él.

-¿Cómo entraste?

-Yo... Pensé que te había pasado algo.- lleva la mano a su cuello, frotando de él incómodamente.- Bueno, realmente... Yo...

-Michael.- alzo las cejas.

-Force la puerta, sólo eso.- roda los ojos.- quedó bien.

-¿Realmente no eres algún tipo de psicópata?- frunzo el ceño.

-¿Por qué no has abierto la puerta?- se cruza de brazos alzando una ceja.

-Porque estoy muriéndome.- suspiro dramática.

-¿Y no quieres salir a morirte a otro lado?

-Quisiera, pero no puedo.

-¿Por qué?

-Cosas de la vida.

-Ouh.- hace un puchero y arrastra los pies hasta llegar al borde de la cama para pasar sobre mi y acostarse.- Hola.- dice antes de besar cerca de mi boca, causando el escalofrío en mi cuerpo y el calor en mis mejillas.

-Hola.- murmuro con voz aguda, mirando hacia él unos segundos.

-Salgamos, por favor.- gime.- Si quieres vamos a mi departamento solamente.

-No puedo moverme de la cama.

-Eres mala.

-No es cierto.- giro la cabeza hacia él.- Si quieres lo hacemos otro día, no tengo animo ahora.

Alza las cejas con diversión y me doy cuenta que eso ha sido tomado con doble sentido.

Esconde su cara en mi cuello y vuelve a gimotear.

Hay demasiada sangre haciendo efecto en mi cuerpo.

-Mikey.- llevo mis dedos a su cabello.

Separa su cara y me mira con los ojos adormecidos. Su vista me recorre la cara, es bastante incómodo, quiero chillar, pero sé que lo arruinará. Besa la punta de mi nariz, prosigue a la comisura de mi boca y, bastantes segundos después, se deja caer sobre mis labios.

Los entreabrimos al mismo tiempo y esto se aplaza un par de mucho tiempo en el cual sólo quiero sonreír y chillar. Es tan suave.

Nos separamos, besa mi mejilla y vuelve a esconder su cara en mi cuello. Me siento sonrojar, tengo los dientes clavados en mi labio inferior mientras estos se curvan en una sonrisa estúpida.

Siento como él también sonríe contra mi.

Quiero que lo haga de nuevo.

No le digo nada o sería incómodo, en cambio, fijo mi vista en la televisión y continuo con la maratón de How i met your mother.

Rato después siento la respiración de Michael tranquilizarse mientras su mano se sitúa sobre mi torso.

Me muevo hacia el lado para simplemente mirarlo; luce tan adorable y sus labios estirados tan apetecible. Hace un gesto con estos mientras gimotea y luego gira tirando de mi, dejándome apoyada sobre su pecho. Casi siento que lo hace a propósito.

Cierro los ojos para dejarme ir junto con él.

-

Cuando despierto está todo oscuro dentro de la habitación, a excepción de la televisión que aun sigue prendida. Restriego mis ojos a la vez que suelto un bostezo.

-Ow.- siento como suelta junto a mi.

-Deja.- cierro los ojos mientras hundo la cara en su pecho.- Tengo mucho sueño.

Me abraza hacia él, pero vuelvo a separarme mandando otro bostezo.

-Voy al...- me siento en el borde de la cama mirando a la nada.- Ya vengo.

Camino al baño, hago lo que debo, agradezco no haberme manchado, cepillo mis dientes y luego vuelvo.

-Voy a morir.- murmuro tirándome en la cama.

-¿Por qué?

Me encojo de hombros mirándolo. Él sonríe.

-¿Serás de esos hombres viejos que utilizan camisetas de bandas todo el tiempo?- ladeo la cabeza cerrando un ojo.

-Oh, claro que si.- suelta demasiado emocionado y no puedo evitar soltar una carcajada.

-Ellos son tan raros.

-Tendrás que ser rara también.- alza las cejas.- Has dicho que debo mantenerme contigo, tienes que acostumbrarte. Además, seguro terminas utilizándolas.

-Claro que no.- agito la cabeza riendo.

-Creo que te lucirían bien.- pone cara pensativa.

-No lo creo.

-Ujum.- asiente.

Me pongo de rodillas con las manos en los muslos.

-Debes ir a casa.

-Nadie me espera realmente.

Entrecierro los ojos soltando una carcajada tonta.

-Ven.- hace un gesto. Frunzo el ceño y él vuelve a hacerlo.

-Me da miedo.- murmuro.

Tira de mi mano para dejarme caer sobre él y me besa cortamente en los labios. Me separa arrugando la nariz, pero vuelvo a acercarme a él, esta vez besándolo yo.

Quisiera hacer esto por siempre.

*****

Cheeks || m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora