d i e c i s i e t e

845 85 20
                                    

Un movimiento sobre mi cuerpo me hace apenas despertarme de mi sueño, aunque no logro abrir los ojos, esto me gana.

-Sólo sigue durmiendo.

-Michael.- suelto apenas.

-Shh.

Me deja sobre la cama, pero no lo siento caer junto a mí.

Abro los ojos cuando ya ha pasado mucho tiempo y me levanto para caminar hacia la atrayente luz del baño.

Está mojando su cara mientras lo miro con los ojos chinos. Suelto un bostezo y él se gira hacia mí tomando la toalla para secar su cara.

-Yo quería esperar a que llegaras.

-Es tarde, ve a dormir.

Frunzo el ceño volviendo a bostezar.

-¿Sucede algo?

Niega con la cabeza juntando sus labios y camina hacia mí para empujarnos fuera, apagando la luz tras él.

Me giro para envolver los brazos alrededor de su torso fuertemente y él lo hace de vuelta.

-Te he extrañado mucho.- murmuro.

-Yo igual a ti, nena.

Tira mi pelo hacia atrás y besa mi frente.

-¿Tienes sueño?

-Demasiado.- asiente sonriendo.

Me pongo de puntitas para besar sus labios, se siente como la eternidad.

Desabrocha sus pantalones y se lo saca junto a sus zapatos mientras yo me vuelvo a acostar, nuevamente bostezando sin pudor alguno.

Meto las manos dentro de su polera una vez que esta junto a mi y apoyo la cabeza sobre su pecho.

-Duerme, bebé.- murmura.

-Eres la única persona de la cual no me molesta recibir tanto empalagosismo, ¿sabes?

-Dudo que esa palabra exista.- suelta una risita.

-No importa, sabes a lo que me refiero.

-Claro que si.

-Realmente quería esperar por ti, pero al menos ya estás junto a mí.

Besa mi frente en respuesta y me pide que vuelva a dormir, pero no logro hacerlo, ya me he despertado.

Cuando - luego de un rato- levanto la cabeza para mirarlo, me doy cuenta que está igual de despierto que yo, con la mirada fija en la pared de enfrente, como si tuviese algo rondando por su cabeza.

-¿Por qué aún no te duermes?- pregunta sin mirarme.

-Yo... Sólo no tengo ganas. ¿Qué hay de ti?

-Se me han bajado las ganas de hacerlo.

Subo las manos a su pecho por dentro de la polera haciéndolo reír.

-También te extrañé, eh.

Me pone a horcajadas sobre su regazo, tirándose hacia arriba para besarme.

Esto no tarda mucho en subir de temperatura lo suficiente como para dejarnos sin polera a ambos, con mis dientes sobre su clavicula y sus manos empujándome hacia su entrepiernas.

Succiono de su piel haciéndolo gemir, es delicioso.

Me deja bajo él en cuestión de segundos, lo puedo ver sonreír sobre la oscuridad, está mirando mis pechos y es bastante incómodo, hace mucho un hombre no me veía semi desnuda.

-Luces como pervertido.- suelto una carcajada.

-Estoy viéndote sin polera, no sólo tocando bajo la polera. Voy llegando a tercera base luego de tantos meses.

-Ya tardabas.- alzo las cejas.

Frunce el ceño y luego vuelve a sonreír.

-Me debes una mamada.

Lo golpeo en la cabeza porque ha cagado el momento.

-No te chupare el pene.

-Oh.- suelta un puchero.

Vuelve a pegar su vista en mis pechos para seguir en lo que hacíamos y de un tirón me desabrocha el brassier. Sonríe otra vez con esa pinta de depravado sexual que extrañamente me emociona y un pestañeo después ya no hay nada que me cubra.

-Mierda.- murmura.

Gimo al sentir su lengua hacer tacto con mi pezón derecho con su sonrisa aún plasmada.

De una u otra manera su actitud enferma hacia la situación me hace sentir bien, quizás porque siento que le emociona el tenerme tan a su merced.

Las frazadas se empiezan a enredar a medida de que su boca desciende por mi vientre hasta el borde de mi ropa interior.

Estoy poniéndome nerviosa con tanta cercanía; al menos estoy preparada para la situación que está a punto de suceder. Me siento avergonzada y mis mejillas están hirviendo a doler.

La respiración se me entrecorta al sentir como quita mi ropa interior con demasiada lentitud, es una tortura. Da una rápida mirada hacia mis ojos antes de tocarme con su dedo y luego hacer tacto con su lengua. Gimo fuertemente y él separa más mis piernas.

Su boca sobre mí me hace creer que tiene un montón de experiencia.

Me estremezco ante el pensamiento.

Empuño las manos alrededor de las sábanas cuando el cosquilleo en la parte inferior del estomago se hace presente. Lo siento sonreír.

-Vamos, nena.

Si pudiese relatar con palabras lo que el maldito orgasmo que vino a continuación me hizo sentir, creó que no podría. Ha sido algo genial, como si... No lo sé.

Quiero a Michael haciéndome sentir así toda la vida. Por favor.

No puedo decirle nada, mi respiración va demasiado agitada y creo que si abro la boca seguiría gimiendo. No exagero.

El sonríe mientras vuelve a subir y yo muerdo mi labio inferior al sentirlo presionarse, sonrojándome estúpidamente. Estoy transpirando de la emoción.

Su detestable ropa interior desaparece mientras se ubica entre mis piernas cómodamente. Flexiono las rodillas y sus manos se apoyan sobre mi cabeza antes de llevarlo todo a cabo.

Terminamos teniendo una noche revuelta de gemidos y respiraciones agitadas no necesarias de explicar.

Por la mañana tengo la mejor vista al recién abrir los ojos y me doy cuenta que realmente sería feliz despertando a diario de esta manera y con ese sentimiento recorriendome.

-No sabes cuán bonito se ve el morado sobre tu piel, Michael.

*****

Yo no .

Escenas triple equis a petición por mensaje ahr

Comentarios pls? :c

Bai <3

Cheeks || m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora