d o c e

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Despierto con su cuerpo recargado sobre el mio y la boca seca.

Mi corazón casi se sale al pensar en que llegamos a algo más, pero al parecer no fue así.

-Luke Hemmings. Espero me recuerdes, rubia.

Giro mi cabeza hacia la voz, es el chico de ayer, está sentado en una silla de escritorio.

-No soy rubia.- frunzo el ceño aun media dormida.- Soy más bien castaña. Y si, te recuerdo, no bebí lo suficiente para no hacerlo.

-Espero te duela la cabeza.- sonríe.

-Ja. No. Soy genial, nunca me duele la cabeza en la mañana siguiente.- alzo las cejas.- sólo tengo sed.

-Lastima que no tengo un vaso con agua.- suspira.

-Ve a dormir.- resoplo cerrando los ojos y volviendome a acomodar.- No deberías estar molestando.

-Podría dormir, pero hay alguien en mi cama.

-Echalo.

-Sería grosero de mi parte correr a mi amigo y a su novia.

-Puede que si...- bostezo.

-No captas, ¿cierto?- ríe suavemente.

-¿Huh?

-Esta es mi habitación.- vuelve a reír.- y esa es mi cama.

-Ugh. Lo siento.- hago una mueca.- No sabía. Michael nos trajo aquí. Además, no soy su novia.- resoplo.- Te haré un ladito si gustas. 

-No te preocupes, realmente sólo venía por algo y justo despertaste. Sigue en tus sueños, princesa.- suelta divertido antes de salir de ahi.

No alcanzo a hacer siquiera algún tipo de gesto cuando ya pierdo la consciencia indefinidamente.
O al menos hasta que algo sobre mi cuello me despierta.

-Michael.- jadeo.- No hagas eso.

-Buen día.- guía sus labios a los mios, pero antes que alcance a tocarlos me alejo de él.

-No. Acabo de despertar, mi boca apesta.- agito la cabeza.- Seguro la tuya también, asqueroso.

-Tengo olor a menta.- sopla en mi cara.- Acabo de lavar mis dientes.

-No hagas eso.

-Pero si huele bien.

-Si, pero igual.

Besa mi mejilla y luego sale de encima mio.

-Mi cepillo está en el baño, puedes ocuparlo.- hace un gesto hacia la puerta azul.

-Que cosita.- ladeo la cabeza pegando un salto fuera de la cama.

Entro al baño cerrando la puerta detras de mi. Hago mis necesidades y luego busco el cepillo de Michael. No es muy dificil, tiene un papelito pegado con su nombre escrito en él. Es una ternura.

Lavo mis dientes ignorando el hecho de que no me agrada del todo el tener que utilizar algo tan individual, pero no hay opción; estoy en casa ajena y con un aliento asqueroso.

Le muestro los dientes cuando salgo del baño, logrando que suelte una carcajada, y camino de vuelta en la cama para acostarme, pero antes que puede lograrlo me toma de la cintura y me deja caer sobre su regazo. No tardo en sonrojarme y él mucho menos en atacar mi boca con la suya.

Se acomoda en la cama para quedar sentado mejor y mete sus manos dentro de mi polera.

-Me da cosquillas.- río alejándome de él.- Y no me gusta que toquen mis rollitos.

Cheeks || m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora