v e i n t i t r e s

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Papá me ha llamado, despertándome en el intento.

-Papi.- saludo.

Michael gime junto a mi.

-¿Qué pasa, bebé?- me toma de la cintura apoyando su cabeza entre mis pechos.- Sabía que terminarías llamándome así y queriendo darme una mamada.

Oh Dios.

-¿Liah?- papá pregunta.

Michael salta en la cama tapando su boca y poniéndose colorado.

Mis ojos se abren a más no poder. Estoy muerta de vergüenza.

-¿Liah?- habla nuevamente, su voz siendo dura.

-¿Eh? ¿Qué sucede?- balbuceo.- Estoy algo dormida, lo siento.

-¿A quien le darás una mamada?

-¿De qué hablas?- río.

-He escuchado.

Michael se levanta y corre hacia el baño aún tapando su cara.

-No dijo mamada, dijo patada, es que siempre lo golpeo.- resoplo.- Creo que la edad te está afectando.

-¿A quién golpeas?

-A Michael.

-¿Quién es Michael?

Estoy segura que le he hablado muchas veces de él y seguramente mamá también. Creo que no me escucha. Aún así tengo que explicarle de su presencia y de que estamos viviendo juntos hace ya un tiempo.

Me ha reclamado porque dice que está pagándole el alquiler a alguien que ni conoce. Lo he defendido con que me alimenta.

Michael vuelve a aparecer cuando ya he cortado el teléfono, con su pelo goteando y la toalla amarrada alrededor de su parte baja.

-Eres un estúpido.- cruzo mis brazos mirándolo disimuladamente de pies a cabeza.

Maldito hombre.

-Puedes tocar también.- guiña un ojo.

-Vete a trabajar luego.- giro en la cama volviéndome a tapar.

Besa mi mejilla, haciéndome cerrar los ojos.

Fue un completo drama cuando trajimos sus muebles hacia acá y queríamos hacer que todo cupiera perfectamente, pero el departamento no tiene mucho más espacio del que ya ocupaba.

Vendimos la mayoría, dejando sólo los que nos sirvieran para guardar las cosas a ambos sin problema alguno.

Me duermo sin darme cuenta y cuando despierto Michael, obviamente, ya no está.

Mi rutina no es muy diferente a la de todos los días que paso sin Michael.

Comer, ver televisión, jugar con el gato, seguir comiendo y dormir un poco.

Soy una gorda.

Michael va a dejarme por floja.

"Ve a la plaza cerca de la tienda. Ponte bonita aunque te cueste"

Es un sol.

Tomo un taxi al lugar. Michael está sentado en un columpio tal niño psicópata, dándose vuelo lentamente.

-Llevas vestido.- abre la boca sorprendido.

Sólo quiere molestarme.

-No es primera vez que me pongo uno.- ruedo los ojos.- O que me veas con uno.

-Me gusta esto.- choca las manos levantándose.

Entrelaza nuestros dedos luego de darme un corto beso en los labios.

-Sólo no preguntes.- se apresura a decir cuando estoy apenas abriendo la boca.

Resopló y permanezco en silencio hasta que el auto ya está por la carretera.

-¿Cómo estuvo tu día?

-Sshh, bebé.- pone su dedo en mi boca.

Lo muerdo y él, en vez de molestarse, gira su vista a mi con las cejas alzadas y la sonrisa pegada.

Golpeo su hombro con el puño; es un sucio.

Apoya la mano en mi pierna, dando un lijero apretón, y yo descanso la cabeza en su hombro.

-Te amo.- murmuro.

En el momento en el que me interrumpió en medio de la lluvia para meterme a la fuerza dentro de su auto, no llegué a pensar que estaría tan a gusto en el mismo asiento, sólo creí que mi vida terminaría ahí, siendo violada por un tipo no excesivamente guapo. Pero ha sido lo mejor que me ha pasado. Y, supongo, me tranquiliza el hecho de que ya no somos unos adolescentes, veintidós y veinticinco años suenan viejos (más Michael).

Fueron unos lindos cumpleaños.

Al verlo sólo siento que no dejaría a nadie más meter la mano dentro de mi vestido como lo está haciendo él justo ahora.

Estaciona el auto en la orilla de la carretera y me tira sobre sus piernas, aún con su mano donde mismo.

-¿Sabes, bebé?- apoya su barbilla en mi hombro.- Nunca había utilizado apodos cursis con alguna novia. De echo realmente nunca siquiera me había apetecido hacerlo, porque, Dios, es tan ew, pero tu eres tan adorable con tus mejillas rojitas y me gustas mucho... Y me encanta.- besa mi mejilla, mandando un suspiro luego de eso.- Ahora quiero tener sexo en el auto.

-Quería decir algo bonito también, pero ñeh.- alzo los hombros.

No es la cosa más cómoda del mundo, pero lo bueno no se le quita.

-Presiento gravemente que me has dicho que me ponga bonita porque sabías que me pondría vestido y que tu único plan era llegar a un lugar que estuviese solo para poder introducirme el pene.

-Eres tan sutil.

Sus dedos juegan con el borde de mi ropa interior, la cual me acabo de volver a poner, claramente con sus dobles intenciones apareciendo nuevamente.

-Dejame tranquila.- golpeo su mano.

-Salvaje.- saca la lengua.

Suelto una risita y me lanzo sobre él a besarlo.

Muerdo su labio mientras aprieta mi trasero hacia él.

Corre mi ropa interior hacia un lado, introduciendo sus dedos de repente, haciéndome gemir en su boca.

-Puedo contigo.- murmura.

Me muevo contra él, apegándome a su miembro.

Ríe sacando los dedos para tomarlo e introducirlo, haciéndome sentir sus jadeos de inmediato en mi cavidad bucal.

Creo que nunca más podré subirme al auto sin recordarlo.

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Quiero saber que piensan de esto por la ctm.

Diganme ;cc

Me di cuenta que...
Luke + Pia = Lia :o

Me siguen en ig? Arroba Piahxm
Las seguiré de vuelta si me dicen heheh

Bai.<3

Cheeks || m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora