"¿En qué momento accedí a darle las malditas clases de literatura a Zachary Brown?" Me lamentaba una y otra vez.
¡Se había fijado en mis bragas! ¡Dios qué vergüenza! ¡Seguro que esa misma noche se lo diría a todos sus amigos para reírse de mí!
Me puse unos leggins negros a pesar del calor que hacía (no iba a llevar más nunca pantalones cortos delante de Zachary) que combiné con una blusa de tiras roja. De calzado, mis características "Converse" esta vez, de un color azul jaspeado.
Bajé las escaleras muy silenciosamente y demasiado avergonzada por lo que me diría al verme bajar.
Pero no estaba allí. Zachary Brown estaba en el salón sentado como Pedro por su casa en mi sofá de color marrón.
- ¡Pues va a ser verdad eso de que las mujeres tardan una eternidad en arreglarse! -Me dijo al verme a su lado mirándolo incrédula.
- ¿Qué pasa? -Preguntó al notar mi expresión de sorpresa.
- ¿Qué haces en mí sofá?
- Bueno, técnicamente pasaré aquí mucho tiempo en estos tres meses de verano así que también será mío. -Dijo sonriendo. ¡Joder, para de sonreír Zachary!
- Ya, claro, ¿y cómo tienes tan seguro que te voy a seguir ayudando?
- Tenemos un trato, ¿recuerdas? -Me dijo con ese tono característico que usan los mafiosos en las películas de suspense que veía mi padre todos los Domingos.
- Sí, pero lo puedo romper. -Respondí desafiante.
- Pero no lo harás porque... -Y me cogió de la mano sin que yo pudiera responderle.
- ¡Oye! ¡Para! ¿A dónde vamos? -Pregunté sin parar de correr agarrada a su mano.
- ¡A estudiar!
- ¡Pero si nos hemos pasado de tu casa hace un minuto! -Y era verdad. Después de haber cerrado la puerta de mi casa de golpe, me había llevado calle abajo hacia... ¿El centro comercial?
- ¡Ya sé que nos hemos pasado! ¡También vamos a ir a cumplir parte del trato! -Dijo parándose en seco ante la heladería.
- ¿Te concentrarás en la heladería? -Dije sonriéndole.
- ¿Y tú probarás un sabor nuevo de helado? -Me respondió con otra pregunta.
- ¿Qué es lo que me tienes que enseñar hoy? -Dijo mirándome con una sonrisa mientras entrábamos en la heladería.
- Shakespare. ¿Y qué sabor de helado tendré que probar hoy? -Le pregunté con la misma sonrisa a Zachary.
- Hoy toca un helado de limón.
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Te amaré cuando deje de odiarte. #Wattys2017
Подростковая литература"El inalcanzable", así apodaban a Zachary Brown todas las chicas del instituto. Bueno, todas menos Amanda y su mejor amiga Kelsey que le habían cogido muchísima tirria hacía años. Hasta que el verano de 2015 se convirtió en el verano más aburrid...