SEPTIEMBRE
(Hace dos años)
Llegué a Florida después de 9 horas en avión y más de 4 en coche. Yo vivía en Madrid y tenía muchísimos amigos allí pero claro, el trabajo de mis padres siempre era la prioridad. Y es que mis padres eran representantes artísticos, pero tampoco nos motivemos que nunca he estado con cantantes famosos. Ellos más bien, "sacan a la luz" a artistas. Y pongo sacan a la luz entre comillas porque de todos los artistas a los que han representado solo una ha salido adelante. Jade Winston se llamaba y hasta tengo una foto con ella pero nunca se la he enseñado a nadie porque como he dicho, no "salió a la luz". Tan solo sacó un disco con las canciones que compuso ella.
Ese mismo verano me habían dado la noticia de que nos mudábamos a Estados Unidos porque, según fuentes ajenas a ellos (mi tío Ben que también estaba metido en esos rollos) allí habían "Diamantes sin pulir" que era como llamaban ellos a los artistas a los que ayudaban.
Obviamente, al principio pensé que se trataba de una broma de mal gusto pero no fue hasta aquel 31 de Agosto de 2013 al ver las maletas hechas y la casa en la que había vivido toda mi vida vacía y sin mueble alguno cuando me di cuenta de que no era ninguna broma. Me mudaba, para siempre me iba a ir a vivir a Estados Unidos, concretamente a Florida, cosa que me encantó porque yo sin la playa no puedo vivir y, como en Madrid no hay playa, pues aprovecharía al máximo todos estos años sin estar al sol.
Llegué y al bajarme noté ese clima tan característico de Florida. Hace mucho calor, pero a la vez hay demasiada humedad.
Nuestra nueva casa se situaba en South Beach, uno de los barrios más turísticos de allí, pero a la vez residenciales.
No pude esperar por mis padres y corrí hasta llegar a la enorme casa en la que íbamos a vivir. Entré y contemplé mi nuevo hogar por lo menos, cinco minutos con la boca totalmente abierta. La casa es increíble. Tiene un enorme y moderno salón que contacta con una cocina que parece sacada de película. Al fondo se encuentra una enorme escalera de caracol que conduce al piso de arriba. La casa tiene tres grandes habitaciones, una de ellas, de matrimonio. Mi habitación es un poco sosa la verdad pero sé que con el tiempo, una barra de pegamento, cintas, pinzas, un tablón para colgar fotos y, por supuesto, fotos, muchas fotos, ya no será la habitación aburrida que es.
La idea de decorar la habitación me pareció excelente pero había un problema... ¿Con quién me sacaba las fotos? Necesitaba amigos, aunque eso para mí no era un problema ya que en Madrid socializaba mucho y desde siempre he caído bien, o eso me dicen.
Estaba pensando en la idea de hacer amigos cuando observé por el ventanuco que tenía al lado de mi cama la casa de los vecinos. Aparentemente, era igual que la mía pero me preguntaba si allí viviría algún o alguna adolescente de 16 años que empatizara conmigo.
No me costó mucho averiguarlo ya que de pronto, como si me hubieran leído la mente, salió un chico, un guapo y apuesto chico de aquella casa. Si de lejos era así de guapo, no me imagino como será de cerca... ¿Y si lo averiguo?
Sí, sería una gran idea, y así, quien sabe, tendría alguien con quien sacarme las fotos y algo más, supongo.
Ví que se dirigía a los cubos de basura que estaban en la calle de en frente y se me ocurrió que a lo mejor podría "coincidir" con él utilizando la excusa de que tenía que sacar la basura.
¿Pero qué basura iba a sacar si me acababa de mudar y no habíamos ni utilizado la cocina?
- ¡Amanda baja por favor para que nos ayudes a tu padre y a mí a sacar las cajas del coche! -gritó mi madre.
Encima que no puedo ir a hablar con el chico ahora tengo que mover... ¡CAJAS! Las cajas eran de cartón así que podría tirarlas al cubo de la basura, aunque claro, tardaríamos muchísimo en vaciarlas. A no ser que...
Sí, era un poco estúpido que por un chico que ni siquiera conocía y ni siquiera había visto de cerca fuera a hacer eso pero... Es tan misterioso y me da tanta curiosidad por saber, al menos como se llama mi vecino, porque, al fin y al cabo, fuera al final mi amigo o no, era mi vecino que no me importó nada en absoluto.
Cogí la caja donde estaban todas mis cosas y al llegar a mi habitación vacié todo el contenido encima de la cama.
Y corrí, corrí hacia el cubo de la basura con la caja en las manos sin escuchar a mi madre gritándome que parase, que necesitaba mi ayuda. Tampoco escuché a mi padre gritándome el por qué me iba y hacia donde iba.
Solo corrí hasta llegar al cubo. Cuando llegué me paré en seco y lo vi. Estaba allí con su pelo negro azabache y el moreno característico de las personas que se tiran horas y horas al sol. Y esos ojos, esos ojos verdes que tanto atrapaban.
¿Había sido un flechazo? No no, eso solo pasaba en las películas y los empalagosos libros que tratan el amor como una forma tan estúpida y tan cliché que nadie se lo cree. O a lo mejor...
- Perdona, ¿lo tiras ya o qué vas a hacer? - no puede ser, me habló, ¡me habló! ¿Qué hago? ¿Qué digo? Espera, ¿que tire el qué?
Y me dí cuenta de que llevaba medio minuto sujetando la tapa del contenedor de la basura como una idiota mientras lo miraba y pensaba en lo guapo que era.
- Ups, perdóname de verdad, no sé que me ha podido pasar. - En realidad si sabes lo que te ha pasado, que eres una idiota y una estúpida.
- Vale, pero déjame tirar la basura. -Me aparté para que él pudiera tirar la basura y posteriormente hice yo lo mismo con la caja de mis cosas.
- Mi nombre es Amanda Martínez y soy nueva en el barrio, concretamente, soy tu nueva vecina. -Me atreví a decirle con una sonrisa.
- Eh.. vale, adiós. -Y se iba a marchar sin decirme su nombre. Fue entonces cuando supe que ese chico me atraía y le dije:
- ¿Y tu eres?
Se dio media vuelta y me miró con esas esmeraldas que tenía como ojos.
- Mi nombre es Zachary Brown, pero mis amigos me llaman Zac.
Zac, que bonito nombre. ¿Espera? ¿Yo soy su amiga? ¿Y si lo compruebo?
- Bueno, pues encantada de conocerte Zac...
- Ey, para el carro preciosa que yo para ti soy Zachary Brown, no eres mi amiga, eso te tiene que quedar muy claro, no soy amigo de cualquiera. - Y se fue, se fue después de haberme dicho eso. Que creído, no pensé que fuera así, ¿Y como que no podría ser su amiga? ¿Pero este que se cree? ¿Un marqués?
De camino a mi casa me di cuenta de lo mala persona que era Zachary Brown y de lo mucho que lo iba a odiar durante toda mi vida.
***
Y ese día, a parte de un buen broncazo por parte de mis padres y un desastre en mi habitación que tuve que recoger frustrada al saber que lo había montado y no había servido de nada me llevé una "Primera vez".
La primera vez que había odiado a alguien.
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Te amaré cuando deje de odiarte. #Wattys2017
Teen Fiction"El inalcanzable", así apodaban a Zachary Brown todas las chicas del instituto. Bueno, todas menos Amanda y su mejor amiga Kelsey que le habían cogido muchísima tirria hacía años. Hasta que el verano de 2015 se convirtió en el verano más aburrid...