- Y bien, querido conductor, ¿hacia dónde nos dirigimos ahora? -Pregunté cuando me volví a subir a la flamante furgoneta.
- Hacia donde usted quiera -Contestó con una sonrisa.
- ¡No conozco ni la mitad de sabores de helado que hay y voy a conocer todo Estados Unidos!
Después de haber dicho esto, Zac comenzó a reírse tan fuerte que en algún momento pensé que se le desencajaría su cuadrada mandíbula.
"¡Qué bruta eres, Amanda!"
Después de haber parado su particular ataque de risa, Zachary se secó las lágrimas de los ojos, miró el reloj que venía incorporado en la radio de la furgoneta y puso las manos al volante sin antes volverme a mirar y reprimir otra sonrisa.
"No entiendo que es lo que le hace tanta gracia, es la verdad"
- Ya veo que te has decidido, ahora dime a donde vamos, ¡y no te rías! -Dije intentando sonar molesta para picarlo.
- Dado que dentro de poco anochecerá tenemos que buscar un lugar donde podamos dormir. Pero antes, pasaremos por la gasolinera.
- ¿Ya estamos escasos de gasolina? -Si tenía pensado sacarme el carné de conducir, viendo lo mucho que gasta un coche prefiero seguir ejercitando mis piernas.
- ¡Qué va! Pero no vas a pasar toda una noche en una furgoneta sin comprar un arsenal de todo tipo de guarrerías de gasolinera... -Me quedé atónita, con los ojos como platos.
"¿Cómo narices puede estar pensando en comida después de haberse zampado una pizza y un helado? ¡Este chico es un pozo sin fondo!"
- Será una broma, ¿no?
- ¿Cuándo he bromeado con la comida, señorita Martínez? -Después de haber dicho esto volvió a centrar sus ojos en la carretera mientras sonaba en la radio una canción country al más puro estilo sureño.
Estuvimos casi una hora con el simple sonido del banjo cuando mi móvil lo interrumpió. Mis padres me estaban llamando.
"¡Mierda! ¿Qué hago? ¿Qué digo?"
Zachary, que se estaba percatando de mi nerviosismo, me arrebató el móvil de un manotazo y puso el manos libres.
- ¡Buenas señor y señora Martínez! Soy Zachary Brown, su hija ahora mismo está ocupada.
"¿Pero qué narices está haciendo?"
Zachary no paraba de hablar con mis padres. Al parecer "me había llevado a la playa en coche y ahora mismo estaba en el agua y no podía responder". Mi móvil se estaba quedando sin batería así que "yo le había dicho desde el agua que cuando llegara a casa los llamaría."
"Mis padres no son tontos. Me descubrirán."
- Está bien Zachary, dile que la queremos mucho. ¡Y que la extrañamos! -Se escucha al otro lado del teléfono.
"¿Qué acaba de pasar?"
- De nada. -Dice Zac con una sonrisa mientras me devuelve el teléfono.
- ¿Cómo lo haces? Yo no me quedaría tranquila si mi hija estuviera con Zachary Brown a solas...
- ¡Auch! ¡Eso ha dolido! Digamos que tengo... Poder de convicción. -Resopla volviendo sus ojos a la carretera de nuevo.
"Y tanto que lo tienes... La viva prueba soy yo,que me he dejado convencer por ti en todos los aspectos, querido Zachary."
- ¡Hemos llegado! ¡El paraíso de las guarrerías!
Era una gasolinera más bien pequeña, con tan sólo dos puestos para repostar. Sin lavadero de coches y con una mini tienda.
- ¿Estás seguro de que aquí tendrán lo que buscas? Creo que escasean hasta los chicles. -Pregunté mientras nos dirigíamos hacia la tienda.
- Créeme, las gasolineras pequeñas, son las que más engordan.
La dependienta era una chica alta, rubia y con extensiones moradas que masticaba chicle como si fuera una cabra. Nada más entrar, se quedó mirando fijamente a Zac.
- ¿Qué hay Emily? -Le sonrió Zac.
La chica hizo un gesto con la cabeza sin haber hecho antes una gran pompa con el chicle azul radiactivo que tenía en la boca.
"¿Se conocen?"
Como si me hubiera leído el pensamiento, Zachary se volvió hacia mí y me dijo en tono misterioso: - Tengo contactos.
- Por supuesto, sin problema ja ja ja. -En realidad me comía las ganas de saber por qué conocía a esa chica.
- Está bien, yo me ocuparé del pasillo de la derecha y de las bebidas. Coge lo que más te guste del pasillo de la izquierda. No me decepciones. -Dicho esto,se alejó de mí en busca de snacks de todo tipo así que yo también me dispuse a hacerlo.
Después de haber pillado chocolate y dos bolsas de Doritos me di cuenta de que los Twinkies,bollería industrial al más puro estilo americano, eran de una edición limitada de Alicia en el país de las maravillas cuyo relleno sería esta vez de cereza. No me lo pensé dos veces. El envoltorio era demasiado bonito.
Volví al mostrador en busca de Zac y cuando lo vi, era una montaña de bolsas de patatas,bebidas energéticas, chocolate y golosinas variadas.
- ¡Estás loco!-Exclamé.
- Ponlo a mi cuenta, Emily. -Le dijo a la indiferente chica mientras ésta seguía masticando el chicle.
Una vez llegamos al coche, Zachary se fijó en los Twinkies a los que yo estaba mirando fijamente.
- Si ya tienes hambre...No te cortes en coger uno.
- Ah ¡no! ¡no!Simplemente estaba mirando el envoltorio... Es precioso.
- Con que Alicia en el país de las maravillas ¿eh? -Dijo con tono curiosamente interesante.
- Es mi película Disney favorita. -Respondí.
- Es una peli para locos. -Concluyó.
- Ja. Muy gracioso. ¿Cuáles tu película Disney favorita entonces, chico cuerdo?
- Peter Pan. El más puro signo de la libertad.
- Querrás decir, el más puro signo de la inmadurez. ¡Crecer forma parte de la vida! ¡Nopuedes ser un niño siempre! -Exclamé.
- Ya, pero... Mejor ser un niño que una loca que persigue a un conejo y acaba peor que el sombrerero loco. -No pude evitar reprimir una sonrisa.
- Bueno, ¿a dónde vamos a ir entonces? -Intenté cambiar de tema.
- He cambiado la ruta, me parece que ahora te voy a llevar a un lugar que es mejor que el País de las Maravillas. Te lo pasarás como una niña. -Me guiñó un ojo.
- ¿Cómo Peter Pan entonces? -Me miró fijamente, se mordió su labio inferior y puso las manos al volante de nuevo no sin antes decir:
- Eres increíble, Amanda Martínez.
INFORMACIÓN VALIOSA:
¡Hola a tod@s! ¡He vuelto!
Sí, por fin después de un año sin escribir debido a mis estudios (He acabado primero de bachillerato :D) he decidido volver para acabar con esta historia que tanto me encanta y tanta ilusión me hace. Lo siento de verdad por mi ausencia, espero que hayáis extrañado a Zachary y a Amanda tanto como lo hacía yo...
¡Prometo seguir subiendo capítulos!
¡Gracias! ¡Os quiero muchísimo!
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Te amaré cuando deje de odiarte. #Wattys2017
Teen Fiction"El inalcanzable", así apodaban a Zachary Brown todas las chicas del instituto. Bueno, todas menos Amanda y su mejor amiga Kelsey que le habían cogido muchísima tirria hacía años. Hasta que el verano de 2015 se convirtió en el verano más aburrid...