Las semanas que siguieron a mi reencuentro con Zac en la heladería fueron fabulosas. Básicamente, comimos helados de sabores locos como naranja, kiwi o straciatella (el cual cabe decir que es mi favorito ahora ), ayudé a que Zac repasara por última vez el temario para el examen de recuperación y volvimos a poner en marcha el plan Jadia. ¿Funcionó? Os estaréis preguntando.
Bueno, no hay nada que una cena romántica a la luz de la luna en un jardín no pueda arreglar. James y Nadia se perdonaron, se sinceraron y ahora son la pareja más bonita que he visto jamás.
¡Ah! ¡Se me olvidaba un pequeño detalle que caracterizó mi semana! Las continuas regañinas de Kelsey por haber aceptado la amistad de Zac. Me recordaba constantemente lo mucho que lo debería de odiar y lo mucho que me arrepentiría de mi decisión, y eso me llegó a cansar.
***
- ¡Ya estoy harta Kelsey! Vale que contigo no se haya portado bien pero joder, le estoy dando una segunda oportunidad y la está aprovechando estupendamente. -Llevaba más de una hora gritando al teléfono como una loca repitiéndole una y otra vez a mi mejor amiga que era imposible odiar a Zachary Brown después de todo lo que había pasado. Los sentimientos no se controlan.
- ¿Me vas a decir que contigo siempre se ha portado bien? ¡Reacciona Amanda! ¡Abre los ojos! -Kelsey y su cabezonería, como no. Ella al igual que yo hablaba a gritos.
- Sé que en un principio no todo fue bueno, y sé de sobra lo que me hizo a mí, a ti y a media comunidad femenina del instituto. Pero aquí está la viva prueba de que todo el mundo puede cambiar, Kelsey. Él ha cambiado para mejor. Sé de sobra que no me seguirás creyendo pero la verdades que ni yo misma lo creo.
- No, Amanda, sí te creo. Ahora empiezo a comprender que puede ser verdad eso de que las personas cambien. -Esto lo dijo un poco más calmada por lo que mis ojos comenzaron a brillar de alegría.
"¡Has hecho cambiara Kelsey de opinión!"
- Sabía que tarde o temprano lo comprenderías. -Dije con alegría.
- Creo que no me entiendes Amanda. No estoy hablando de Zac.
- ¿Cómo? ¿De quién me hablas?
- De ti. -Mis ojos comenzaron a sustituir las gotas de alegría que habían llenado mis ojos por gotas de tristeza y preocupación.
- A... ¿ A qué te refieres? -No podía ni hablar de lo nerviosa que estaba.
- A que has cambiado, efectivamente. Y no era un cambio que me esperaba. Ha sido de la noche a la mañana, Amanda. De repente me escribiste una tarde y me explicaste que Zac te había pedido ayuda a ti. Desde ese momento supe que estabas perdida. Te imaginé escribiendo ese mensaje con tu característica cara de emoción que hacen que tus mejillas se sonrojen como tomates. Nunca pensé que tu ayuda llegaría hasta tal punto de considerarlo un amigo, Amanda. ¡Por dios! ¡Si hasta has dormido en su casa! -Suponía que mi amiga estaba enfadada, pero nunca llegué a pensar que me gritaría de esta forma.
- ¿Y qué tiene eso de malo? -"Serás tonta. ¡Todo está mal!"
- ¿Ves por qué has cambiado? ¡No te das cuenta! Todo está mal Amanda. Joder, es el odiado. Lo que tú y yo tenemos en común. Sin esto...
- ¿Qué, Kelsey? Sin esto ¿qué? -Estaba impaciente por saber lo que iba a pasar.
- Sin esto ya no sirve nuestra amistad.
¿Qué? Imposible. Que Kelsey, mi mejor amiga. Mi aliada, me dijera eso era más que imposible. Ella y yo teníamos muchas cosas en común. Zachary Brown era solo una de ellas.
- Tiene que ser una broma. - Buscaba un pretexto para que todo lo que me acababa de decir fuera una broma pesada. Como respuesta se hizo un silencio incómodo que pareció durar años.
- Lo siento, Amanda. Pero las cosas serían muy diferentes a partir de ahora si seguimos siendo amigas.
- ¿Y Lindsay? Somos tres en el grupo. -Dije con la voz quebrada. No evitaba sollozar. Era inevitable. ¿Cómo podía estar pasándome esto a mí?
- Yo seguiré siendo amiga de Lindsay. Tú también puedes. Debes. No la dejes tirada por mí. -Intenté explicarle que necesitaba seguir teniéndola a mi lado. Que no podía dejarme así. Pero justo cuando las palabras comenzaban a brotar de mi quebrada voz la llamada se cortó.
Comencé a llorar con tanta fuerza que pensé que mis pulmones se romperían y no me dejarían seguir respirando.
Entonces oí la puerta y,no sé por qué extraña razón mi cerebro comenzó a imaginar que podría ser Kelsey, así que fui corriendo hacia la puerta. Justo cuando la abrí me dí cuenta de que me había lanzado a los brazos de Zac como una niña pequeña que llora teniendo una de sus características perretas.
- Ey, shh, tranquila,¿qué pasa? -Dice mientras juega con mis mechones de pelo .- La he cagado, Zac, la he cagado. Todo se ha ido a la mierda y... -Comencé a llorar otra vez refugiándome en su hombro.
- Amanda, necesito que te relajes. Respira y cuéntame que has hecho. -Dijo esto mientras me secaba una lágrima que recorría mi mejilla.
- Tú, Zac. Todo ha sido por ti. -No pude seguir sin derrumbarme y fue él esta vez el que merodeó con sus brazos mientras me daba un cálido beso en la frente.
Una vez me calmé,entramos en mi casa y le conté todo lo que había sucedido y lo mucho que le había defendido.
- Joder Amanda. Hasta sin querer cagarla la cago.
- Ey, no. Tú no has hecho nada. Ha sido ella la que no ha comprendido lo mucho que has hecho y sigues haciendo por mí. -Le dije mientras le agarraba sus cálidas manos.
- Amanda... -Sentí la sensación de que se avecinaba algo importante.
- Dime. -Me volví aponer nerviosa.
- ¿Y si no he cambiado?¿Y si todo lo que estoy haciendo es por quedar bien? - ¿A qué rayos venía eso?
- ¿A qué te refieres? -Me sudaban las manos.
- A que todo lo que te he mostrado de mí es verdadero pero ¿qué hay de lo que escondo? A lo mejor no te gusta que te lo enseñe. -El también sudaba.
Por un acto instintivo me acerqué hacía él y le dí otro de mis cálidos abrazos.
- Los lados ocultos delas personas son los más interesantes. -Le susurré al oído.
***
Después de ese encuentro tan emotivo con Zac se me pasó lo de Kelsey. Cada vez lo olvidaba más pero el recuerdo siempre se mantenía existente en algún lugar de mi mente.
Y es que las primeras veces no se olvidan.
Y yo me había peleado con mi mejor amiga por primera vez.
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Te amaré cuando deje de odiarte. #Wattys2017
Teen Fiction"El inalcanzable", así apodaban a Zachary Brown todas las chicas del instituto. Bueno, todas menos Amanda y su mejor amiga Kelsey que le habían cogido muchísima tirria hacía años. Hasta que el verano de 2015 se convirtió en el verano más aburrid...