CAPÍTULO 6: La graduación

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No pude pegar ojo en toda la noche. Estaba demasiado nerviosa por lo que pasaría hoy.

Me desperté a las seis de la mañana con mi madre al lado de mi cama gritando;

- ¡Hoy es el día cariño! ¡Por fin te gradúas! -No sé quien estaba más emocionada, si ella o yo.

- Sí mamá, por fin hoy es el día... -Repetí con voz adormecida.

- Baja a la cocina que hoy tienes un desayuno especial.

Los desayunos especiales de mi madre implicaban tortitas, huevos fritos y bacon, cereales con leche y todo tipo de bollería. No sé si quería engordarme para la graduación o qué pretendía pero desayuné como una reina.

A las tres de la tarde vinieron Lindsay y Kelsey con sus respectivos vestidos, accesorios y como no, con sus grandes maletines de maquillaje y potingues variados que yo no me ponía.

- ¡Qué nervios tía! -Gritó Kelsey nada más cruzar la puerta de mi casa.

A mi madre no le molestaba que vinieran a mi casa ya que las dos le caían demasiado bien la verdad. Había veces que parecía que Lindsay y Kelsey eran sus amigas en vez de las mías. Pero eso no me molestaba.

- ¡Hay que empezar ya a prepararse que mi look requiere mucho tiempo de preparación! -Lindsay tan presumida como siempre.

Yo acabé mucho antes que las dos. Ya tenía todo mi look. El vestido, los "tacones" y una coleta alta. De maquillaje me esmeré un poco pero no pasó de la sombra de ojos, rímel y un rosa pastel en los labios.

Ellas, en cambio, parecían princesas sacadas de cuento.

Kelsey iba con ese vestido despampanante y esos tacones, ¿qué tacones? ¡Eran unos taconazos de 15 cm! Parecía una chica pin-up con esa coleta alta que se había hecho después de alisarse esa melena negra. Había optado por un delineado que acababa en un rabito y unos labios rojos.

Lindsay, en cambio, iba sexy. Muy sexy. Tenía razón cuando dijo que ese vestido le sentaba genial. Madre mía que cuerpazo le hacía. Los tacones eran más bajos que los de Kelsey pero aún así, demasiado altos para mí. Eran plateados cubiertos por purpurina. Lindsay se había hecho rizos en esa melena castaño claro y se había maquillado muy natural.

- ¡Estáis increíbles! -Exclamé al verlas.

- ¡Y tú! -Dijeron las dos a la vez.

- Sabéis que no es verdad...

- Manda, hazme el favor y quiérete un poquito que estás despampanante. - Me dijo Kelsey a modo de consuelo.

- ¡Kelsey tiene razón! -Insistió Lindsay.

La verdad es que llevaba una época bastante mala conmigo misma. Y es que, ¿no habéis tenido la sensación de estar pero no estar? Osea, esa sensación que sientes cuando se acerca un chico o quien sea y todos se fijan en las demás menos en ti... Sé de sobra que no soy fea. Nadie lo es. Solo que hay mucho gilipollas suelto que ha dado a entender que o eres feo, o eres guapo.

Pero mis amigas me querían mucho, igual que yo a ellas. Las consideraba hermanas.

- ¡Chicas se os va a hacer tarde! -Gritó mi madre desde la planta baja.

- ¡Ya bajamos! -Pero antes, "¡Click!" una foto para recordar y otra foto más para pegar a mi pared de los recuerdos que hacía dos años ya que llevaba repleta de fotos.

El padre de Lindsay se había ofrecido a llevarnos en una limusina que había alquilado.

De camino me fijé en la casa de Zachary Brown. Todas las luces estaban apagadas. Supuse que ya habría salido hacia la graduación. Y entonces lo vi, en la parte trasera de su jardín, sentado en una de las butacas que tenían junto a la piscina. Sin vestir, en pijama. ¿Por qué? ¿No se graduaría? Sabía que era un macarra pero el aprobaba todo... O casi todo.

La graduación no fue nada del otro mundo. Discursos por aquí, llantos por allá. Risas, recordatorios y muchos abrazos por parte de Lindsay y Kelsey.

No fuimos a la fiesta de después porque queríamos pasar la última noche antes del verano juntas para comenzarlo juntas también.

Decidimos ir a un restaurante cercano. Sin padres, solo Lindsay, Kelsey, Gus, Alex y yo.

Sí, habéis oído bien, todas con sus parejas, menos yo.

Te amaré cuando deje de odiarte.        #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora