Al llegar a la heladería me percaté de que Zac no estaba allí.
"Mejor para mí. Verle sería horrible en este momento."
Me acerqué al mostrador para hablar con Nadia.
- ¡Amanda! Zac ahora mismo no está.
- ¿Podemos hablar? - Fui directa, no quería explicarle el por qué no estaba aquí por Zac.
- Sí, claro, la heladería está vacía últimamente. No viene ni James a hacer el reparto, han contratado a una chica.
- Normal que no venga. - No podía ser que Nadia no se diera cuenta de que James a lo mejor no estaba ahí por ella.
- Oye, si vienes aquí a recordarme el ridículo que hice en la fiesta...
- No Nadia, simplemente quiero escuchar con tus propias palabras lo que pasó.
- Pues que vi a mi ex. Simplemente eso.
- El chico con el que tú...
- Sí, el chico con el que me enrollé era mi ex. Una confesión repentina de arrepentimiento por parte de tu ex y el alcohol no se llevan bien. Y yo tenía alcohol en mi cuerpo de sobra. Joder, me tuvo en sus brazos con dos palabras.
- ¿Pero tu no habías entrado con James?
- Sí, pero fui a buscar las bebidas y lo perdí de vista. Cuando lo divisé con mi vista borrosa ya era demasiado tarde. La cagué Amanda, estoy tan arrepentida.
- ¿No has hablado con él? Se merece una explicación.
- Lo he intentado... Pero él se niega en rotundo. Soy estúpida Amanda. Muy estúpida.
- Nadia... ¿Tú sientes algo por él?
- Sentir es poco. Cuando lo veo hay algo en mí que cambia. Puedo decir con seguridad que soy otro tipo de persona cuando estoy con él.
- Pero si lo quieres, ¿por qué le hiciste eso?
- Pues porque en ese mismo momento no lo sabía. Lo supe tarde desgraciadamente. Y ahora no puedo hacer nada. Lo perdí. Es verdad el refrán que dice que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos... ¿Lo conoces?
"Por desgracia, lo conozco de sobra"
- Nadia, creo que debéis hablar. Estáis hechos el uno para el otro. Dejad el pasado. Somos personas, cometemos errores.
"Qué irónico que lo diga la chica que no es capaz de perdonar un simple desliz con la persona que más necesita en estos momentos."
- Pero no puedo Amanda. Él no quiere ni verme.
- ¿Has probado a llamarle?
- Cinco veces. Cinco mensajes de voz con interminables lo siento que he dejado en su buzón de voz.
Me dolía ver a Nadia así. No pensé que una persona pudiera sufrir tanto por un "pequeño error" ¿Estaría Zac sufriendo así por mí? Ni de coña.
- Amanda... -Nadia interrumpió el silencio que habíamos mantenido mientras yo le agarraba de las manos tratando que dejara de sollozar.
- Dime.
- A lo mejor me puedes ayudar.
- Nadia, James y yo tampoco es que hayamos habado mucho ¿sabes?
- Tú no pero Zac y él son amigos. ¡A lo mejor puedes convencer a Zac para que me ayudes! - Dijo esto con tanta ilusión que no pude articular palabra alguna para mencionar el percance que Zac y yo habíamos tenido en la fiesta.
- Yo, es que, Nadia, él y yo... -¿Cómo empiezas a contar que el chico que más odias pero que ha pasado contigo un mes te ha intentado besar y tu lo has rechazado? O peor aún ¿Cómo explicas que ahora que no lo tienes es cuando te das cuenta de que lo necesitas sin motivo alguno?
Justo cuando lo iba a soltar todo Nadia se levantó y fue hacia el mostrador mientras miraba fijamente a alguien que estaba detrás mía y que yo no había logrado a averiguar de quien se trataba.
- Por ahí viene Zac, por favor Amanda, os necesito a los dos. Necesito vuestra ayuda. -Dicho esto se fue hacia el mostrador con una sonrisa de complicidad por lo que me vi forzada a enseñarle una de mis sonrisas falsas.
Me iría de allí lo más rápido que pudiera antes de ver a Zac. Y cuando Nadia me preguntase le diría que me había surgido una emergencia o que simplemente tenía que ir al baño.
"Yo y mis excusas tontas."
Pero justo cuando me iba a levantar una mano firme y familiar me agarró del brazo.
- Necesito hablar contigo.
"Zac."
- Tengo un poco de prisa así que... -Traté de esquivarlo. No podía verle la cara. No podía ni escucharle.
- No, Amanda. El que tiene prisa soy yo. Tengo prisa por que todo esto acabe. Tengo prisa por volver a tomarme un helado sentado en esta maldita mesa mientras tú muestras esa cara de asco cuando un helado no te gusta o cuando te relames tus labios cuando descubres un nuevo sabor. Tengo prisa por volver a verte reír con esa risa a carcajadas que muestra tus hoyuelos en tus mejillas sonrojadas. ¡Hasta tengo prisa por volver a subirme en aquella maldita escalera nada más para estar contigo! Tengo prisa por volver atrás y no dejarme llevar por mis impulsos al intentar besarte. En definitiva, tengo prisa por necesitarte. Y te necesito más que nunca.
Sin controlar mis impulsos y con los ojos vidriosos me lancé a sus fuertes brazos fundiéndome con él en un abrazo que duró una plácida eternidad para los dos.
- Supongo que con esto me perdonas ¿No Amanda Martínez? -Me dijo con su sonrisa pícara.
- Lo mismo digo, Zachary Brown.
- ¿Amigos?
- Amigos.
Y así, es como empieza una fuerte amistad entre Zachary Brown, el cual ya no es el odiado para mí y yo. Sí, lo sé. Puede que para vosotros esta amistad no tenga salida pero, bien es sabido que las mejores amistades comienzan con un "Tú me caías mal" ¿No?
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Te amaré cuando deje de odiarte. #Wattys2017
Teen Fiction"El inalcanzable", así apodaban a Zachary Brown todas las chicas del instituto. Bueno, todas menos Amanda y su mejor amiga Kelsey que le habían cogido muchísima tirria hacía años. Hasta que el verano de 2015 se convirtió en el verano más aburrid...