"Hola:Te escribo esto desde afuera de la casa, en una servilleta que llevaba en el buzo.
Me siento sucio, usado, esto no debió ser así, no me gusto para nada. Bueno, solo un poco, supongo que cuando estas ya haciendo... eso, bueno, ya no te importa, pero el sentimiento que viene después es peor.
Recuerdo una vez que papá me dijo como sería mi primera vez con una chica, que yo la invitaría a cenar, le haría su cena favorita, en una mesa con velas lo comeríamos y luego iríamos a la habitación que previamente había decorado con pétalos de rosas rojas que formarán un corazón. Nos besaríamos mientras nuestras ropas desaparecían y pues, bueno, haríamos el amor.
Pero no hubo nada de eso.
Te seguiría contando, pero las lágrimas no dejan de salir por mis ojos, lo siento.
Te quiero. -Zeus.
P.D: Es mi cumpleaños"
Habían pasado ya algunos meses desde que Zeus y Sol se habían vuelto a ver, la vida le había cambiado bastante en los últimos meses. Su enamoramiento por Larry no se había ido, o Zeus no quería que se fuera. Sol seguía siendo su novia, pero en ocasiones, sentía que ella le coqueteaba. Y por último estaba Mauro, el pobre estaba enamorado también de Sol.
En fin, las cosas no estaban más raras porque no se podían. Lo único que distraía a los 4 de sus pensamientos era que la fiesta de bienvenida estaba cerca.
Zeus estaba emocionado por ir, irían Sol, Mauro y él juntos, que sintieran una confusión en cuanto a sus sentimientos, no quitaba el hecho de que eran amigos, o algo así.
Sería la primera fiesta de Zeus, Samuel no lo dejaba ir a las de su escuela anterior, y también porque nadie lo invitaba.
Samuel le había dado permiso de ir, con la condición de que regresara antes de las 11. Zeus acepto.
Tenía tanto que hacer, la fiesta seria de gala, necesitaba un traje negro. Samuel lo llevo a comprar uno y a comprar zapatos. A veces, Zeus se preguntaba, por qué Guillermo decía parecer más su madre, si Samuel era más afeminado que él.
Siempre que iban de compras, Samuel se tardaba una eternidad en escoger ropa, zapatos o lo que fuese a comprar.
Aunque estuvo bastante distraído todo el día, se tardó mil años en escoger un par de zapatos negros para Zeus.
Faltaba cada vez menos, la fiesta sería un día antes de su cumpleaños, y eso emocionaba más a Zeus.
Tenía un calendario donde marcaba los días que faltaban. Había tomado esa costumbre de Samuel; todos los días después de levantarse y ducharse, y antes de irse a la escuela, tomaba un boli negro y tachaba el día que era. Faltaban tres semanas para la fiesta. Dos, una.
Cinco días, cuatro, tres, dos, y en un abrir y cerrar los ojos, la fiesta era mañana sábado.
La ultima clase del viernes, matemáticas, había terminado y Zeus esperaba aun lado de la banca de Larry, esperando a que este guardase sus cosas.
-Zeus, ¿Iras a la fiesta verdad?-Zeus asintió-Bien, varios amigos al terminar la fiesta iremos a mi casa a seguir con ella, es nuestro último año ¿Sabes? La queremos pasar bien. ¿Quieres venir?
-Me encantaría, pero debo pedirle permiso a mi padre.
-Vale, espero te deje, tengo ganas... de que vayas.
Larry se colgó la mochila al hombro y se fue. Agradecía que Zeus fuera algo inocente.
Ahora seguía lo más difícil, que Samuel lo dejara ir.
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El diario de Zeus. -Secuela de Un Mes.
FanfictionLa vida de Zeus se cuenta en hojas de papel, en un monto desordenado de libretas destartaladas alojadas en una esquina de su habitación. Se cuenta en heridas invisibles que Samuel intenta curar con los años que parecen tener prisa por terminar. Y l...