Hola papi.Es extraño seguirte llamando así... De cualquier forma.
Han pasado muchas cosas últimamente, he estado en un hospital. He peleado mucho con Samuel. Puedo largarme de aquí, tengo la edad suficiente pero no quiero dejarlo solo aunque me haya mentido.
Ya lo sé todo y sigo sin poder creerlo. Me siento un poco dopado, todos los medicamentos que me dan solo sirve para volverme loco y quitarme las pocas energías que tengo. ¿tú crees que esto me sirva para volver a ser Feliz?Con amor, Zeus.
Miró toda su habitación. Ante él parecía un gran espacio nuevo. Las cortinas estaban cerradas. Los cajones cerrados y quizá ordenados, la cama limpia, todas sus cosas en su lugar, el baño arreglado y todo en perfecto estado, como si nada hubiese pasado.
Zeus sabía que era una forma que utilizaba Samuel para esconder la escoria. Sabía que el orden lo mantenía tranquilo y lo hacía creer que todo estaba bien.-Ordene tu habitación mientras estabas fuera -Zeus rodó los ojos, era obvio pero claramente su padre estaba nervioso, o así parecía y pretendía ser amable. Respiro hondo.
Aún no soportaba mucho, aún le costaba ver a Samuel como el padre ejemplar que claro, con el tiempo fue decayendo hasta caer es esa incómoda situación, como sí para Zeus, Samuel fuese un completo desconoció. Aún cuando Samuel había sido la primera palabra de Zeus y había sido su padre igual.
Contó hasta 10, su mal humor parecía empeorar y no encontraba otra forma de sacar aquella rabia que a maldiciones y gritos. Tomo su campera con más fuerza.
Solo estaba enojado consigo mismo pero estaba cansado, había quedado algo afónico por todas las confrontaciones que había tenido con su padre, donde terminaban llorando hasta quedarse sin aliento y con los ojos ardiendo y un dolor de pecho impresionante.
-Si, esta bien. Necesito dormir-mencionó indiferente ante todo, vio a su padre que estaba fuera de la habitación, con una maleta en la mano y una gran y no tan sincera sonrisa pintada en su rostro. Zeus intento sonreír, pero logró solo una mueca-Gracias.
Samuel asintió y le entregó la maleta, y espero a que Zeus cerrase la puerta para dejar caer su sonrisa y simplemente volver a aquella expresión sin motivos de demostrar nada, ni tristeza, ni felicidad.
El psiquiatría que había atendió a Zeus le recomendó que no lo dejase solo, porque aún seguía siendo difícil, no había paso mucho tiempo y él quizá seguía teniendo impulsos de volver a atentar contra sí mismo. Y vaya que había tenido suerte. También comento que la sutura podría ser retirada en un par de semanas. Dijo que los medicamentos le quitarían energía, quizá un poco de apetito. Tendría que luchar contra cambios de humor radicales y grandes discusiones si no lograba que Zeus se mantuviese tranquilo.
Bajo y miro todo a su alrededor. En el trabajo había reportado la situación en la que se encontraba y su jefe por más pesado o exigente, lo entendió y le dio un tiempo para que estuviese estable.
No había mucho que hacer, su mirada vagaba en todos los lugares, todo estaba limpio, todo estaba bien y no había mucho que hacer y se sentía inútil ahí parado sin hacer absolutamente nada.
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-Vamos hijo, tienes que levantarte-Movió levemente el cuerpo de Zeus, intentado-en vano- despertarlo para que asistiera a lo que él había accedido a hacer.
Él no accedió por su padre o porque el médico decía que era lo mejor en estos casos. Lo hizo por él mismo, teniendo la más mínima esperanza de alguna manera volver a estar bien y comenzar a superar todo lo que había sucedio en tan poco tiempo. Todo había llegado tan rápido como una ráfaga de viento que traía consigo recuerdos que lastimaban.
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El diario de Zeus. -Secuela de Un Mes.
FanficLa vida de Zeus se cuenta en hojas de papel, en un monto desordenado de libretas destartaladas alojadas en una esquina de su habitación. Se cuenta en heridas invisibles que Samuel intenta curar con los años que parecen tener prisa por terminar. Y l...