Capítulo 18

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¿No habría estado mejor sin mi? Él lo habría estado, estoy seguro.

Él fue quien te hizo esto.

Él fue quien te mató.

Si, fue él y estoy seguro.

¿Porqué no dejó que me fuese contigo? ¿Ppensaba que lo perdonaría cuando me dijo todo aquello? No se si tengo derecho a estar y actuar de esta forma, ¿lo tengo?

Escuche rumores, no se como se enteraron. Me lo ha dicho Sol. Se han enteraron que me he intentado suicidar.

Perdóname, acabo de despertar de todo esto, soñé contigo, que estaba junto a ti. Me dijeron que estuve mucho tiempo inconsciente. Y desperté, habría deseado quedarme en ese sueño.

Te quiero.

-Zeus.

Despertó, se encontraba confundió, lo único que recordaba era haber tropezado con algo, después una navaja, un papel y los gritos de su padre.

A su alrededor estaban unos tubos delgados conectados a él. Una máquina que emitía un molesto sonido. Intravenosas. En una esquina estaba una televisión y en una mesa estaban lo que creía que eran sus cosas. Se siente completamente distanciado de la realidad.

Algo cálido envuelve su mano, él no se mueve, le duele el cuerpo, puede jurar que su cuerpo es como una prisión. Lo siente completamente dormido.

Cuando voltea, después de algunos largos segundos de analizar lo que evidentemente es una habitación de hospital, una mujer casi mayor esta a su lado, muriendo literalmente de sueño. Con grandes y notables ojeras debajo de sus ojos, una piel un tanto pálida y su cabello recogido en una coleta mal hecha.

Es de noche y lo sabe porque su abuela esta durmiendo hecha un ovillo en ese sillón mientras sostiene su mano. El reloj marca la hora. Le habría gustado volver a consolar el sueño pero ya su llanto ocupaba ese momento. No entendía muy bien porque la razón de su llanto, quizá por los globos, peluches un montón de cosas más en la esquina de la habitación.

O quizá por miedo. ¿Ahora qué?, era lo único que pasaba por su mente.

Podría comenzar de cero. Superar una vez mas lo que ya había superado en el pasado, o al menos no lo había recordado y cuando lo hacía, lo reprimía.

La mañana siguiente el despertó como cada mañana, ya había entrado en pánico la noche anterior y nadie había estado ahí. Las enfermeras tomaron sus signos vitales, presión, niveles de oxígeno y esas cosas que lograban irritarlo por tanta gente que lo tocaba.

Había visto a su padre, solo lo había visto y no intento ni siquiera hablarle. Él le sonrió y Zeus lo ignoro.

Llegaba gente, llevándole un pequeño presente, no entendía como se habían enterado.

Y ya muy poco le importaba.

Rasco unas cuantas veces sus vendajes, era un ardor intenso y logró quitar las vendas de unas cuantas veces.

Dos días después.

Zeus aún se encontraba en hospital, la gente parecía feliz al verlo despierto. Incluso Sam, quien a escondidas de todos había ido por las noches a ver a Zeus, llorar un poco, acariciar su cabello y despidiéndose con un beso en la frente.

El diario de Zeus. -Secuela de Un Mes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora