Capítulo 10.

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Hola, Papi.

No estoy bien, en lo absoluto. A veces me preguntó si hice algo mal para no ser simplemente feliz. ¿Algo hice mal Papi? Ella no tenía que regresar de esa manera, no cuando yo me estaba enamorando de su... Novio. Él no debía ser su novio. No se lo que realmente pasa conmigo, no se si decírselo a papá. Te necesito. Solo salí de ahí quedando como un anormal ¿sabes que fue lo peor de aquel momento? Que comencé a llorar y me había prometido no hacerlo desde que lo hice por Manuel.
Nadie puede cumplir sus promesas.
Las personas se van para jamas volver, me lo has demostrado.

Te extraño mucho.

-Zeus

Cuando su padre decidido que sería bueno mudarse y comenzar desde algún punto que se acercará al cero, Zeus tenía muchas razones por las que no quería irse de su verdadero hogar.

Pero todavía quedaban algunos recuerdos, la mayoría no tan buenos y otros horribles. Pero también había bastantes buenos que de vez en cuando no hacían daño traer a la mente y sonreír.

Pero Zeus no quería recordar muchas cosas y los reprimía.

Pero cuando vio a esa chica, sus mismos ojos pequeños y su cabello color chocolate casi rojizo, su sonrisa que hacía que sus ojos se hiciera aun más pequeños y sus mejillas un poco rosadas ayudarán a esconderlos, una gran nostalgia no lo abandonó en ese momento. Ella se había ido sin decir un adiós dejando a un pequeño Zeus mas destrozado de lo que ya estaba.

Pero por otra parte estaba Larry mirando la escena sin entender ese grito ni como se conocían su novia y el chico lindo. A él le parecía lindo Zeus. Por mas tonto que sonará, él pudo notar la decepción de el mas pequeño en sus ojos, no estaba seguro de si iba llorar pero cuando él salio corriendo de ahí, sabía que lo iba a hacer y no quería que nadie lo viese.

Zeus le contó a Mauro a quien le costaba comprender la vida de su amigo. Había tantos nombres, problemas y una infinidad de cosas que aún Mauro no lograba anexar juntos.

—Larry es... —pauso para recibir una respuesta de Zeus

—El chico que me gusta...—eso era mentira, no le gustaba, realmente estaba enamorado y eso aunque Zeus consideraba imposible en un plazo de tiempo tan corto podía decirlo.

Mauro se acordó en la cama e hizo lo cuaderno y libros que la cubrían a un lado para acercarse mas a Zeus quien parecía que en cualquier momento lloraría - de nuevo-

—¿Sol es tu novia? —Zeus negó con la cabeza repetidas veces—¿Ex novia?

—Solo tuve mi primer beso como ella y una relación de unos niños de 5 años, no se si considerarla de esa forma ¿sabes?

Mauro se quedó callado cuándo Zeus estiró la manga de su suéter gris y la paso por su mejilla limpiando una lágrimas.

—¿Quieres que le patee el culo a ese tal Larry? —le preguntó intentando animarlo un poco. Toco su rodilla e hizo que alzará la mirada regalando le una sonrisa triste.

—Es mas alto que yo y yo soy mas alto que tú ¿en serio esperas patearlo?—Soltó una pequeña risa y eso para Mauro ya era un logro. Solo asintió con una sonrisa.

—Entonces después le pateare el culo pero ahora explícame la operación y porque tengo que aprenderme estas normas de memoria—le respondió entregándole un libro e indicándole lo que no entendía.

Zeus mantuvo su sonrisa y unas cuantas risas por el resto del día. Mauro volvió a llamar a su madre diciéndole que volvería a quedarse en casa de Zeus. Quizá su amigo necesitará a alguien a su lado abrazándolo y ese no seria su padre.

El diario de Zeus. -Secuela de Un Mes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora