"¿Qué demonios te ha pasado?"

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- ¡Ya estoy en casa! – grité cerrando la puerta – ¡Sunny, Youngjae si estáis haciendo algo indebido parad, se os acabo la fiesta!

- Ja, ja, ja muy graciosa pequeña demonio – mi hermano apareció con el pelo revuelto –. No estábamos haciendo nada.

- Y voy yo y me lo creo – reí –. Sunny, ¿dónde estás?

- ¡Salón! – pasé por el lado de mi hermano y cuando mire a su cuello vi un bonito chupetón.

- Hermanito, tienes algo en el cuello – mi hermano se puso rojo –. Con que no hacíais nada ¿eh?

Youngjae corrió escaleras arriba sonrojado mientras yo entraba en el salón y me sentaba al lado de Sunny.

- ¿Qué tal ese trabajo? – le bese la mejilla.

- Aburrido, no me gusto el tema – mentí.

- ¿Qué te paso en la mejilla? – murmuró señalándome con el dedo en la cara –. Lo tienes morado – me tensé.

- Y-ya s-sabes – Sunny entrecerró los ojos –. Soy muy torpe a veces.

- Explícate.

- Choqué contra el respaldo de una silla.

- ¿Cómo?

- Estábamos haciendo el trabajo y era demasiado tarde, me estaba quedando dormida y cerré los ojos, me fui de bruces contra la silla – reí nerviosa –. Tengo más magulladuras porque me caí de la cama donde dormía.

- Eres demasiado torpe Sora – suspiré calmada, se lo había tragado –. No me imagino la cara de tu compañera.

- Fue muy amable se preocupó por mí – Sunny bufó – ¿Qué tal estos días con mi hermano?

- Youngjae es muy atento, se presentó en mi casa con un ramo gigante de lilas y me pidió que me quedará con él – mi mejor amiga sonreía embobada –. Por supuesto que acepte encantada – sonreía perversamente.

- No hace falta que me cuentes más, le he visto el chupetón – Sunny río.

- Tiene en más partes del cuerpo como e-

- ¡No sigas! No me interesa vuestros revolcones – me levanté sobresaltada del sillón –. Me voy a descansar, el viaje en coche me ha dejado agotada.

- Que duermas bien – me di la vuelta y comencé a subir las escaleras –. Intentaremos no hacer mucho rui-

- ¡Ya vale! – grité y corrí hacia mi habitación mientras escuchaba las carcajadas de mi mejor amiga.

Literalmente me encerré en mi habitación durante toda la tarde y gran parte de la noche, fue ya sobre medianoche que baje a cenar algo. Estaba aburrida y un poco preocupada, únicamente podía pensar en Yongguk y Zelo heridos o en serios problemas. Lo veía tan nítido en mi mente, que parecía real. Tenía un gran nudo en el estómago.

Miraba ansiosa el móvil esperando un mensaje de alguno de los dos, pero dudaba que me enviaran algo, si la misión era de noche hasta mañana no tendría noticias de ellos. ¡Mierda! ¿Por qué mi corazón estaba tan intranquilo?

A las dos y media de la mañana decidí que era suficiente y me fui a la cama, me coloqué mi pijama negro y me acosté en mitad de la cama, sin embargo no podía dormirme, extrañaba el calor de Yongguk, sus abrazos por la espalda y sus besos de buenas noches, estaba jodida. Eran las tres de la mañana cuando miré el móvil por última vez.

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- ¡Buenos días Sora! – Min-Hee me saludo alegre al sentarme a su lado – ¿Por qué faltaste ayer a clase?

- Me encontraba un poco mal, mareos y náuseas – mi compañera me miro horrorizada.

- Espero que estés mejor, odio cuando estoy enferma siento que no puedo hacer nada – le sonreí cálidamente e intenté prestarle atención a la clase.

Pero no pude.

No había recibido ningún mensaje y aquello me inquietaba, necesitaba saber que estaban bien, que nada les había pasado. Estaba tan preocupada que había dormido muy poco y bastante mal en comparación a los días anteriores, los moratones hoy me dolían muchísimo más, me los había tenido que cubrir con más capas de maquillaje porque habían adquirido una tonalidad más violeta aún, y por si fuera poco mi hermano y Sunny parecían un par de conejos con las hormonas revolucionadas.

En resumidas cuentas, una noche para el olvido.

Sin embargo, algo me mantenía esperanzada y era que esta noche Yongguk tenía que venirme a ver, deseaba que llegará ya la hora.

- ¡Sora! – unos brazos me detuvieron cuando salía del campus.

- ¿Sung-kyu? – lo miré – ¿Qué quieres?

- ¿Vamos a tomarnos un café?

- No – me di la vuelta para seguir caminando, él me volvió a parar – ¿No te lo he dejado bien claro?

- No soy una persona que se da por vencida tan fácilmente – bufé.

- No me gustan las personas persistentes, y menos en estos casos – solté su mano de mi muñeca – Lo nuestro es el pasado, un pasado que olvidé y que tú deberías hacer lo mismo.

- No puedo.

- No lo has intentado lo suficiente – miré mi móvil, se hacía tarde – No tengo tiempo ni hoy, ni mañana. No me preguntes, diré siempre que no.

- ¿Tan fácil olvidaste todo lo que vivimos? – me paré en seco y apreté mis puños.

- No, no fue tan fácil, te amaba, pero era lo mejor para mí olvidarte. Las cosas pasan por algo Sung-kyu.

- Te sigo amando – me mordí la lengua nerviosa.

- Pero yo a ti no, lo siento – me marché dejándolo atrás, aquello había dolido más de lo que pensaba.

Eran las cinco y media de la tarde cuando llegué a casa, Young-jae y Sunny no estaban con lo cual supuse que habrían salido. Piqué algo de la cocina y después marché a mi habitación para terminar la tarea del día que había faltado, no era mucha pero prefería que no se acumulase.

Terminé sobre las ocho, durante todo ese período de tiempo había recibido un mensaje de mi hermano diciéndome que Sunny y él pasarían la noche fuera, pero ni uno de Yongguk, estaba muy nerviosa conforme pasaban las horas y no aparecía por la ventana.

Justo a las once y treinta cinco minutos, escuché un ruido de la ventana, aparte mis ojos del portátil y me asomé por ella. Mi vista se quedó clavada en él.

- ¿Qué demonios te ha pasado? – corrí escaleras abajo a abrirle la puerta.

- Contratiempos – justificó.

- ¿Dónde está Yongguk? – Zelo se agarró el costado con una mueca dolorida.

- En casa, he venido a buscarte – le miré interrogante – Él recibió el mayor daño, quiere verte.

¿Por qué mi corazón se encogió de repente? ¿Por qué no le había hecho caso a ese maldito presentimiento? 

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¡Hola! 

Dentro de poco la vuelta a clase. ¿Cómo se pasó tan rápido el verano?

De nuevo quería daros las gracias por llegar a los +300. Me alegra muchísimo que os entretengáis con lo que escribo.

Nos leemos pronto,

XOXO.


One Last Shot /BAN YONG-GUK - BAP/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora