"¿Señor Jung?"

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Estaba sentada en la parte trasera de la camioneta que había aparecido en la casa de Yongguk y Zelo sin previo aviso, era completamente negra con las ventanas tintadas y de grandes dimensiones. Era conducida por dos hombres de aspecto aterrador, cosa la cual no ayudaba a reducir mis nervios en ese momento.

- Todo estará bien - Yongguk me cogió la mano y comenzó a acariciarla -. Estamos juntos, no dejaremos que te pase nada.

Miré a Zelo y él también me sonrió intentando trasmitirme tranquilidad, apreté con fuerza la mano de Bang mientras respiraba controlando mis ansias.

Ninguno de ellos me había querido describir a su jefe por más que les había preguntado, siempre me ponían la excusa de que decirme algo empeoraría las cosas, pero yo quería saber, quería saber por qué le tenían tanto miedo y porque les había exigido que me llevaran ante él de una forma bastante precipitada.

- Hemos llegado. Fuera - el copiloto se bajó del coche y nos abrió la puerta, rápidamente Yongguk se puso en pie y me pegó a él.

Cuando los tres estuvimos fuera la camioneta, ésta se fue a toda velocidad en la dirección opuesta a nosotros, miré asustada el lugar. Estábamos en las afueras de algún pueblo bastante deshabitado, justo delante de un edificio abandonado y con pinta de haber albergado numerosos asesinatos debido a sus abundantes manchas de sangre en las paredes.

- Iré delante y Zelo detrás - Yongguk me posicionó detrás de él -. No te alejes de nosotros.

- Pero estás herido - murmuré cuando comenzamos a caminar.

- Te lo vuelvo a repetir, he estado peor.

Entramos dentro de aquel sitio y caminamos por un pasillo lleno de escombros y cadáveres de algunos pequeños animales hasta llegar a un ascensor con pinta de antiguo, Zelo apretó el botón y el elevador no tardó en llegar, los tres nos subimos y Yongguk abrió un pequeño compartimento del que salió una pantallita bastante moderna, sin decir nada puso su huella dactilar y unos segundos más tarde el ascensor se puso en movimiento.

- Siento mucho que hayas tenido que ver esto - Yongguk me atrajo hacia él.

- No entiendo por qué me quiere ver - Zelo se aclaró la garganta mirándome.

- Si estas metido en este mundo - sus manos abarcaron todo el lugar -. Muertes, asesinatos, venganzas, etcétera, no puedes darte el lujo de tener sentimientos.

- ¿Sentimientos?

- No puedes tener contacto con tus familiares, no puedes querer a nadie ni puedes dejar que nadie te quiera - arrugué el cejo -. Debes estar solo, aquí solamente eres tú, de vez en cuando algún compañero y tus armas. Nada más.

- Pero el CEO nos ha descubierto - ahora miraba a los ojos de Yongguk.

- ¿Habéis hecho algo malo? - Bang me miró mientras sonreía ladinamente.

- Ajá, hemos hecho algo muy malo - tragué nerviosa -. Hemos dejado que una persona nos quiera, y nosotros hemos comenzado a querer a una persona.

- Y encima la hemos puesto en peligro.

- Esa persona eres tú, Sora - abrí los ojos asombrada.

El ascensor se paró bruscamente provocando que casi me cayera, sino fuera por Yongguk que me sostuvo con su brazo derecho, le sonreí amablemente.

Ambos se posicionaron delante y detrás de mí, le cogí la mano a Bang y se la apreté fuertemente, él comenzó a hacer pequeños círculos para relajarme, gracias al cielo que su tacto conseguía que mis nervios desaparecieran en un instante.

Pasamos por varios pasillos con un gran número de puertas que daban a su vez a campos de entrenamientos, tanto de tiro como de lucha cuerpo a cuerpo. Pude ver a un chico de mi edad disparar a una diana y clavar la bala justo en el centro, y un hombre -posiblemente de la edad de mi padre- clavarle un cuchillo a un saco con forma de persona.

Aquel sitio daba mucho miedo, sin embargo en ningún momento el tacto de Yongguk cesó.

Al final del tercer pasillo, una puerta gris se abrió de par en par dejándonos pasar y llegamos a una extraña recepción pintada de negro con adornos de color rojo carmesí. Allí una chica con unas grandes ojeras nos miró asombrada, rápido tecleó algo en el teléfono y seguido se levantó de su asiento.

- P-podéis entrar - su voz sonaba muy apagada y sus ojos evitaban en todo momento el contacto con nosotros, por alguna extraña razón me dio pena.

Yongguk se dio la vuelta y me miró fijamente.

- Te prometo que esto terminará pronto - asentí -. No te soltaré la mano en ningún momento.

- Gracias - susurré.

Bang miró a Zelo y ambos asintieron decididos, sin mediar ninguna palabra Zelo se acercó a la puerta y la abrió lentamente.

Su interior estaba bastante oscuro pero mientras fuimos entrando me di cuenta de que era más luminoso de lo que se podía apreciar a simple vista. La habitación estaba decorada como la extraña recepción, con tonos negros y rojos, y justo en el centro se encontraba una mesa de madera oscura que acaparó mi mirada, detrás de aquel mueble se encontraba una silla dada la vuelta.

- Estamos aquí jefe - Zelo se apartó de mi espalda para posicionarse a mi lado izquierdo.

La silla se dio la vuelta y pude observar la figura de un hombre robusto, su cara estaba adornada con un denso bigote y unas ojeras de un tono negruzco.

- ¿Realmente os estáis dando cuenta del error que habéis cometido? - se apartó las manos de la boca, e instantáneamente ahogué un grito.

- ¿Señor Jung? - el nombrado abrió los ojos atónito.

- ¿Sora?

- La misma - sonreí nerviosa ante la atenta mirada de mis amigos - ¿Es usted el jefe de todo esto?

- ¿C-cómo? - se levantó de la silla y se aproximó a mí, Yongguk se interpuso.

- No te preocupes, nos conocemos de hace mucho tiempo.

Jung me abrazó pegándome a su pecho, le correspondí. Se apartó y me cogió de los mofletes.

- ¿Cómo está tu madre y tu padre? - negué levemente.

- Mamá falleció hace un tiempo, y papá pasa más tiempo en el trabajo que con nosotros.

- ¿Sun-Hee falleció? - asentí - Lo lamento mucho, siempre fue una grandísima persona.

- ¿Señor Jung por qué hace todo esto? - me miró dolido.

- Esto es algo de lo que me arrepiento - miró a Yongguk y a Zelo -. Pero del que no puedo salir.

¿Por qué el antiguo mejor amigo de mi madre era el jefe de Yongguk y Zelo? ¿Por qué les hacía cometer asesinatos? ¿Por qué les hacía sufrir?

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¡Hola!

Creo que a partir de ahora iré actualizando los fines de semana. Espero comprendáis que mis estudios van lo primero.

Gracias al cielo ya me encuentro mejor, y con más ánimos. ¡Yupi!

¿Cómo estáis ustedes? ¿Bien? Espero que sí.

Nos leemos pronto,

XOXO.


One Last Shot /BAN YONG-GUK - BAP/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora