One Last Shot /BAN YONG-GUK - BAP/

"¡Es ahora o nunca!"

- Esto acabará – murmullos se escuchaban a través de la puerta del cuarto de Yongguk.

- Tendremos que prepararla para lo que venga – la voz de Zelo se unió a la de Yongguk.

Lentamente salí de la habitación y bajé las escaleras hasta llegar al salón, no sabía qué hora era pero debía ser muy temprano a juzgar por la luz que entraba por las ventanas.

- ¿Buenos días? – susurré somnolienta.

- Hola princesa – Yongguk se acercó a mí y me abrazó por la cintura – ¿Por qué te levantaste tan temprano?

- ¿Qué hora es? – bostecé.

- Van a ser las seis de la mañana – abrí mis ojos asombrada – ¿Quieres volver a la cama?

- Si te dijera que sí ¿me tomarías por loca? – Yongguk sonrió.

- Puede ser – en un rápido movimiento ya me encontraba entre sus brazos –. Zelo dame un minuto.

- Sin problemas.

Con mucha delicadeza Yongguk me llevó de nuevo a su habitación y me recostó en la cama.

- ¿De qué hablabais? – le pregunté.

- Cuando te vuelvas a despertar te lo digo – se acercó a mí y me deposito un beso en la frente –. Te quiero.

- Yo también a ti.

Y de nuevo me volví a dormir.

Bang Yongguk's POV

- Dormida – afirmé en cuanto me senté de nuevo junto a Zelo.

- ¿Se lo has dicho? – me preguntó.

- No – negué.

- Tienes que hacerlo.

- Primero quiero aclarar todo esto – me recosté en el sofá.

- Tenemos una semana como máximo – dijo Zelo preocupado.

- ¿Solos? – mi compañero asintió – ¿El jefe?

- Muerto, ayer por la tarde – maldije –. Nos tienen entre la espada y la pared, quieren que se derrame sangre.

- ¿Sabes de alguien que también estuviera dentro de la mafia?

- No, nadie responde – golpeé el sillón –. Estamos solos te lo repito, somos dos contra una mafia entera.

- Tengo que enseñarle a usar un arma, ella no se puede quedar aquí mientras estamos fuera.

- Estoy de acuerdo contigo.

- Bien, me voy arriba – me levanté derrotado –. Llama a Youngjae y dile que guarde su trasero en alguna parte, lo necesito vivo.

- ¿Por?

- Cuando esto acabe, puede que tanto tú como yo estemos muertos – Zelo se mantuvo en silencio –. Quiero que Sora este protegida con alguien, que mejor que su hermano.

- No moriremos – le sonreí.

- Nadie lo sabe, sin embargo no nos rendimos tan fácil ¿recuerdas? – me despedí de él – Buenas noches.

- Ya es de día, creo que sería más apropiado decir Buenos días – reí mientras subía escaleras arriba.

Entre en mi habitación con mucho cuidado, evitando despertarla. Caminé despacio hacia el otro lado de la cama y me recosté muy despacio.

Justo cuando mi cuerpo tocó el colchón los brazos de Sora me aprisionaron contra su cuerpo y me rodearon como si fuera un peluche.

- Sora me estás estrujando – murmuré bajito.