Love, Potterhead

19.- Compartes una cabaña con una chica obsesionada con Harry Potter.

Capítulo 19

La nueva compañera

Me encontraba absolutamente en shok. No presté  atención de todo lo que dijeron. Peyton me movió bruscamente para que reaccionara. 

― Emma, Emma.

―Perdón, ¿qué ocurre?

― Creo que verlo te puso atónita, querida.

Como no tienes idea.

― Hay que ir a nuestras cabañas, para ir a recorrer este bello lugar y apuntarnos al concurso de la cual participaremos― recordó Leonor.

Iba caminando detrás de Peyton y Leonor, desde luego, escondiéndome de Tom, pero era tonto hacer aquello, pues soy más alta alado de ellas.

― Chica, Potter, huelo, hormonas andantes ― comentó Leonor, ella y Peyton rieron.

―Claro que no ― fruncí ceño.

― ¿Por qué te escondes? ― Debió preguntar, Peyton ―. ¿Acaso él es malo?

―¿O te gusta? ― intervino enseguida, Leonor.

No dije nada, y ante mi silencio rieron ambas. Llegamos a las cabañas; todo estaba muy bonito. Había cuatro camas con un orden. Cuatro cajoneras y una mesa de estar. Era de saber que no iba a desempacar mis cosas, pues no íbamos a durar mucho tiempo aquí.

Cuando nos sentamos en nuestras camas, ya que, Leonor estuvo a mi lado y Peyton frente a Leonor, en eso llegó una chica de cabello muy lacio color castaño,  y de la estatura de Leonor tanto de Peyton.

― Hola, ¿puedo?

Las tres asentimos.

― Seguramente tu eres nuestra compañera de cabaña ― dijo rápidamente, Peyton.

La chica asintió y se sentó en la cama solitaria, de lado de Peyton y frente mío.

― ¿Cómo te llamas? ― Pregunto desde luego, Leonor.

La chica titubeó un poco, algo me decía que era más tímida y reservada que yo.

―Mi nombre es, Annie, puf, que va, son las primeras que no me conocen.

― ¿Por qué lo dices? ― Pregunté siendo cuidadosa a mi forma de habla.

― Soy... bueno... la sobrina de la directora. Nadie lo cree, es obvio, miren, soy un asco.

No era un asco, desde luego, era una chica bonita, no me había dado cuenta, pero cargaba pecas. Quizás un desorden en su cabellera, pero y que, yo también lo tengo igual. Pantalones holgados, camisa ancha de color purpura y unos converse rojos, quizás nada a la moda, pero, no tan anticuado. Es bonita, ese era el punto.

―No te digas eso, nadie es una basura. Mi nombre es Emma, ellas son mis amigas, Leonor y Peyton.

Las chicas saludaron. 

― ¿Qué año cursas? ― preguntó Peyton, al acomodarse en la cama.

―Segundo.

―Eres joven ― puntualizó, Leonor ―, nosotras casi nos graduamos.

― Qué bien ― no fue para nada expresiva.

― Seguro vas en nuestra escuela― dijo, Peyton.

―Sí, pero soy de esas invisibles. Casi nadie me reconoce, bueno, sí, pero no. Solo por ser la sobrina de la directora.

― Vaya, chica ―, dijo en medio de un bufo, Leonor ―. Y, ¿para qué vas a concursar?