8.¿A este qué mosco muggle le picó?

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Capítulo 8

Un día sin escuela


Al día siguiente amaneció completamente lluvioso, y mi mamá se encontraba a mi lado sentada en mi cama tomándome la temperatura.

-Tendré que hablarle a la escuela, - dijo. - No iras - informó.

-¡No! - Exclamé. - No puedo faltar mamá, enserio no puedo. Aparte de que no me gusta, no puedo, hay clases importantes.

-Lo siento Emma, ya dije, no irás. No estoy pidiendo tu aprobación, no vas a ir. Tienes una temperatura muy alta, estas muy enferma. Ayer vomitaste, tuve que cambiarte las cobijas. Duraste con mucha calentura el día de ayer, hija.

-Pero mamá...

-¡Te dije que no Emma! Estas muy enferma.

-¿Eso es malo?

-Muy malo, Emma. Hablaré al trabajo y avisaré que llegaré tarde, iré a la farmacia en busca de pastillas o algo que me mediquen para ti.

-No es necesario, mamá.

-¿Cómo me puedes decir eso, Emma? Claro que es muy necesario, niña.

Y sin otras palabras más, ella salió de mi habitación.

-¡Ag! - Me quejé frunciendo el ceño.

Odio faltar a clases, originalmente, aun enferma voy a clases pero, creo que esta vez me pasé de limite.

Mi madre se comunicó con la escuela del motivo de mi falta, y mandaron justificaciones a mis maestros. Pidió permiso a su trabajo para llegar un poco tarde y conseguirme el medicamento.

-Espero que con esto, estés mejor. Te dejo aquí tú medicamento, - dijo, poniéndolo en mi mesita de noche. - Desayunaré de una vez contigo. Hice avena y pasé a una panadería, traje rosquillas, como a ti te gustan. Unos de los medicamentos quizás y te haga dormir.

Asentí.

-Ponte pantuflas y suéter. Abajo esta frío.

Y así fue, cogiendo del suelo mi cobija favorita, de Harry Potter, que se me había caído durante la noche y salvándose de mí vomito. Me en la enrede alrededor mío, arrastrando los pies al bajar la escalera. 

Llegué a la mesa, me senté en la silla, di un sorbo a mi avena y sentí tan bien mi garganta que hasta hice un quejido de satisfacción.

-Tu directora me dijo que justificará tus faltas, y que por tu parte investigues las tareas.

-Está bien, yo me encargo.

-Cómo pasa el tiempo tan rápido - dijo, al consultar su reloj. - Es un poco tarde, - se levanta de la mesa, limpiándose su boca con una servilleta, - cariño lo siento, debo de llagar casi a las 8:30 y ya es tarde.

-No te preocupes, está bien - le sonreí.

-Cuídate, a lado de tu medicamento te dejé las horas indicadas para consumirlo.

-Gracias, estaré pendiente.

Se acerca a mí, y me da un beso en la frente. Toma su bolso que lo dejó en el sofá y salió corriendo por la puerta.

Al terminar mi desayuno, me atacó el sueño justo como me lo había dicho mamá. Y por lo tanto, me quedé profundamente dormida en el sofá con la música de la lluvia que afuera caía.

ϟ ϟ ϟ ϟ ϟ ϟ

Abrí mis ojos y lo primero que vi fue el reloj que está arriba de la televisión, eran las 11:55am.

Love, PotterheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora