31.-Feliz cumpleaños, Emma.

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Capítulo 31

El mejor cumpleaños


La muchedumbre en la escuela se sentía como una bomba apunto de explotar, en el buen sentido de, estaban excitados o sino, eufóricos. En el Instituto estaba solo tres salones de sexto semestre con treinta estudiantes aproximadamente, así que, la mitad de los estudiantes de la escuela transmitía esa emoción al resto, además que las vacaciones se avecinaban. Dejar la preparatoria resultaba ser una época única, que solo una vez sucede.

Como prueba de amistad o de buen compañerismo y además por mi cumpleaños, Alexander me regaló una libreta de Harry Potter, Eleonor me regaló el quinto libro de Harry Potter, y Annie, me dio una taza para beber café de Hedwig. Las otras ex-amigas solo me dijeron: que pases un gran día mañana; simplemente lo agradecí. 

Aprendí que algunas amistades solo aparentan. No obstante, si  quieren acercarse a mí, aquí estaré, no estaré esperando solo no ignoraré. Yo no fui la sangrona con mala onda que dejó de hablar nada más porque sí. 

― Último día de clases, conejitas ― comentó Alexander, saliendo del salón, abrazándome por el hombro y a Eleonor.

― Iuk ― dijimos al mismo tiempo yo y mi amiga, por la expresión que usó.

― Ay, que ñoñas, estoy traumado por la película de las conejitas ― refutó.

― Solo falta que te traumes con Anastasia ― dijo con sarcasmo, Eleonor.

― ¿Qué Anastasia? ― pregunte crédula.

― La novela para adultos que millones jovencitas de esta escuela falsificaron credencial para pasar a verla al cine. 

― Oh sí, y me incluyo ―, dijo de repente Alexander, soltándonos ―, ya sabes, el tipejo que se cree el amo de los pantanos, para hacer sumisa a su reina del pantano.

― Eso no tiene sentido ― espetó, Eleonor.

― ¿Qué es una sumisa? ¿Son de la mitología? ― pregunté.

Alexander y Eleonor se echaron a reír.

― Ay, ay, bella Emma ― dijo entre risas Alexander dándome unos golpecitos en mi cabeza, muy despacio.

― Las musas no son sumisas, ¿te referías a las musas, no?

― Sí. Son de la mitología. Qué nunca han leído el libro de la mitología...― pero fui interrumpida por Eleonor. 

― Sí, Emma, pero no nos referimos a ello.

― Entonces...

― Olvídalo―, intervino Alexander ― ya déjalo así.

― Pero...

En eso apareció Annie.

― ¡Felicidades!

― Gracias ― dijimos al unísono los tres.

― Ya en una semana se gradúan ― recordó ― ahí estaré presente, por mi tía.

― Genial, escucharás mi discurso ― dijo Alexander orgulloso.

― Supongo ― replico la tímida de Annie.

― Y qué, ¿vendrán a la pre- fiesta de graduación? ― comentó, Alexander.

― Yo no, porque es para los graduados y no me permiten ir a fiestas ― dijo con hilo de voz, Annie.

Love, PotterheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora