2.¿Qué tiene de bello ser fan de Harry Potter? Es una basura.

359 30 4
                                    

Capítulo 2

Un correo desconocido

Salí de casa con el ceño fruncido. Acomodé mi mochila de mala gana y por cada paso que daba me fijaba en el suelo, por si encontraba mi agenda que es prácticamente mi diario.

-¡EMMA!- Salté del susto, volteo aun lado y se trataba de Cristina. - ¿Qué estás haciendo? Pareces una detective, solo te falta la lupa.

-Busco mi diario, - parpadeé rápidamente - que diga, mi agenda.

-No entiendo. ¿Pero que hace una agenda en la calle?

-Ayer, Cristina, ayer, - dije casi gritando. - Cuando aquel sujeto chocó conmigo.

-Te recuerdo que no tenías en alto tu mirada - defendió.

-Pero, - di una pausa - como sea. Solo que, cuando las cosas cayeron de mi mochila al voltearla para sacar mi celular... - Entonces razoné, - oh madre mía.

-No entiendo - refunfuñó Cristina.

-Es obvio, cuando se me cayeron las cosas seguro también mi diar... mi agenda. Y la tonta de mí no lo tomé. Soy tan muggle - llevé mi mano a mi frente, moviendo la cabeza.

-Tan muggle- rompió una carcajada, Cristina.

-Puf - chasqueé los dientes, - como sea - refunfuñé.

Cristina rodeó los ojos, lo hizo disimuladamente pero la vi.

ϟ ϟ ϟ ϟ ϟ ϟ


Estábamos en la clase de Historia.

Es interesante, pero no tan interesante cuando la imparte un profesor tan aburrido. Él se parece como la profesora Trelawney, solo que en versión hombre. Él hubiera sido profesor de ciencias, habla mucho de lo más allá, con que algún día se acabara el mundo. Oh bien, hubiera sido profesor de geografía, según yo sé, es profesor de eso, solo que en educación primaria.

A todos duerme el profesor Thomas, excepto, Leonor que se la pasa dibujando muñecos japoneses, Naomi, torciendo los ojos cada vez que el profesor Thomas se volteaba a otro lugar, a Karla se le volteaba los ojos del sueño, Silvana bostezaba mucho y Cristina haciéndose que prestaba atención, pero andaba en la luna, y yo, bueno, seguía pensado en donde estaba mi diario, mi sagrado diario.

-¿Alguien entendió? Si no, lo vuelvo a explicar.

- ¡Sí entendimos! - dijeron todos en el salón al mismo tiempo. 

-Bueno, me daré cuenta entonces en el examen. ¿Alguien ha leído el libro Rojo y negro?

Nadie dijo nada.

-No, nadie. Oh, ¿La cartuja de Parma?

Recordaba ese libro, y de hecho lo tengo. Pues me lo dio mi abuela paterna, la última vez que la vi. Pues papá tiene problemas severos y mi abuela insiste en que su hijo está bien, así que, ellos me hicieron a un lado, supongo. Por qué seguir detrás de alguien cuando no le interesó mucho de mí. Aunque a mí no se me da el rencor. No quise levantar la mano, pues sabía que me iba a preguntar de qué trataba y platicarle de ello. No sé mucho del libro, solo sé que es gordo, grandote como de miles páginas, completamente antiguo. 

-Bueno, entonces de tarea, me van a traer un ensayo sobre lo que trata el libro.

Hubo quejidos.

-No se quejen muchachos, - dijo con paciencia - solo ingresarán al famoso navegador e investigaran al respecto para poder realizar su ensayo. - Algunos rodearon los ojos. - Estense pendiente del noticiero, a ver si ya se termina el ciclo de la vida.

Love, PotterheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora