7. ¿Acaso este Muggle sintió interés por mí?

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Capítulo 7

Una pérdida


Un chico Emma, un chico, es solo un chico Emma.

Asentí ante aquella voz dentro de mí.

Me encontraba completamente pasmada, sentí cómo me salía la saliva por la boca. No quiero que se burlen, pero es que yo nunca he tenido una linda charla con un chico. Mentira, les diré la verdad, nunca he hablado con chicos, no es que yo no quiera, ellos se alejan. Tal vez nunca me interesó, pero debido a que me encogían por su forma burlona de verme, me hacían ver la chica más tonta y eso hizo que solo me metiera más a mi mundo paralelo, invisible como un fantasma sentimental. Para ser más franca, tengo problemas para socializar, no me gusta ser así, pero me cuesta hacerlo. 

Quise abrir la boca para decir algo, pero el dolor de garganta me invadió.

-Hum... hum... ¿Quién habla? - Pregunté con balbuceos.

-¡Guao! Yo pensé que iba a escuchar una voz de una niña ruda que trata de interpretar espejismos ocultos de magia, ya sabes, macabra, - se burló - no una lleno de puros balbuceos como si apenas puedes tragar la comida, sí que te afecta ver y ser fan de esa basura.

-¿Disculpa? - Fruncí el ceño, quise mostrar una voz más fuerte, pero fue evidente que no pude.

-Lo que oíste, o qué ¿estas sorda? - Hubo cinismo en su voz. - ¡Genial! Lo que me faltaba, una niñita estúpidamente cursi.

-¿Cuál es tu maldito problema? - Como pude alcé un poquito de mi voz gruesecita. - Yo no soy una niñita estúpidamente cursi, y por lo que dijiste hace un momento, no es él para nada una basura.

-Como sea niña - obvio que a él le dio igual.

-Y hey, ¿quién eres? - Pregunté.

-Que no es obvio - espetó.

O vaya, creo que era él.

-Supongo -dije con desigual.

Hubo una pausa, solo sentía su respiración y mis manos no dejaban de sudar.

-Hum, quiero que me des mi agenda. Por favor - fui amable.

-Muy bien niña, te espero en el parque. El único parque cercas de tú escuela de niñitos de mami e inmaduros.

-Oye, no es una escuela para eso, es una preparatoria de jóvenes...

Interrumpió. -Lo que digas, si con esos uniformes de malcriados que usan los hacen ver patéticos - se rió.

Di un quejido, sentí como se raspó mi garganta.

-Nos vemos brujita cursi.

-Que yo no soy ni una...

Y colgó.

Suspiré con nerviosismo.

Caminé directamente a mi habitación, no me iba a presentar con mi uniforme si de por si aquel sujeto se burla sobre ello, no quiero burlas en mi cara. Caminé directo a mi cajonera y saqué unos jeans levis, una camisa color purpura acompañado de un suéter delgado color crema y otro encima de él siendo este de encaje color gris, una bufanda color gris tejida que mi madre me obsequió en una navidad, y mis únicos converse color morados. Tomo mi celular, unas toallitas kleenex, porque ya sentía como se me escurría la gripe por mi nariz. Me miro en mi espejo que estaba pegado detrás de la puerta de mi baño, me observo de pies a cabeza.

Love, PotterheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora