20. Me conocerás, Emma

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Capítulo 20

La historia y una declaración


Ahí estaba esperando a las nueve en punto como me lo había pedido. Esperé y esperé, pero jamás llegó, después de un momento justo cuando comencé a caminar me tintineó un mensaje. Se trataba de él.

Tom <3

― Perdón por no llegar, he tenido un inconveniente. Discúlpame.

Era de saberlo. Y tú imaginado buenas esperanzas, Emma. Qué boba.

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Los días siguiente fueron entretenidos, por tanto sirvió para despejar mi mente y no pensarlo. Conocimos un poco más a Annie, tratábamos de escondernos de Alexander porque nos ridiculizaba de ves en cuando. Entré a un mini curso de Escritura Creativa, todos ahí eran serios, además de que éramos como diez estudiantes. 

Por otra parte, el gran día había llegado. El concurso apareció ferozmente, y me hallaba entregando mi fanfiction, en cuando lo entregué sentí que algo se desvanecía, sentí que algo estaba mal, ese pensamiento negativo entró en mí como queriéndome decir que fue estúpido participar para fanfiction ya que eso ni debería de existir; como todo: un lado positivo y otro lado negativo, ¿por qué debe ser así el ser humano? ¿o soy la única humana que le sucede eso?

A los participantes nos dijeron que iban a tardar un tiempo de evaluar nuestros escritos y que por tanto fuéramos a despejarnos. Se trataba de quince competidores para esta categoría, contando conmigo. Así que, la selección sería ruda.

Una vez que salí del auditorio donde comenzaban los jueces a calificar, sonó mi celular, pensé en una persona, y le había atinado, mamá. 

― Hola ―saludé de modo aguado.

― Hija, hola, ¿cómo va todo?

― Acabo de entregar mi fanfic ― dije con tono enigmático.

― Oh, linda, todo estará bien. Nora y yo te mandamos toda nuestra suerte. Y si no ganas, no pasa nada hija. De los esfuerzos se queda el valor del conocimiento y la muestra de la lucha por haber intentado; estar ahí, ya ganaste por mucho, mi niña. ¿Está bien? ― mamá siempre tenía que decir las mejores palabras para animarme.

― Sí mamá. Gracias. ¿Y qué están haciendo?

― Nora ve su programa favorito y yo, estoy tejiendo. Volviendo a lo de antes. Lo extrañaba ― arguyó.

― ¿Tejes? Que diga, ya sé que sabes tejer, pero, ¿por qué después de tantos años?

― Hija, ten comprensión, estas lejos de mí ― soslayó.

― Entiendo, mamá.

― ¿Te la estás pasando bien? ¿Nada malo? ¿Chicos sangrones?

― Todo bien, mamá ― aclaré.

En eso, vi pasar a Tom. Iba caminando con las manos en los bolsillos de sus jeans oscuros, caminaba cabizbajo, hasta que giró a mí dirección. 

― ¿Emma? ¿Hija, estas ahí?

Tragué saliva, Tom se dirigía a mí. Parpadeé puesto que quedé congelada pegada a mi celular en el oído.

― Perdón, mamá, es que ando nerviosa, ya sabes ― emití una voz monocorde.

― No te preocupes, lo que tenga que pasar, pasara, aun así, sé que eres una buena escritora. Que nadie diga lo opuesto, por algo se inicia, mi niña.

Love, PotterheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora